miércoles, 26 de junio de 2013

LA LUZ COMO COMUNICACIÓN



CAPÍTULO VII


LA LUZ COMO COMUNICACIÓN

Desde el punto de vista exotérico, la palabra “comunicar” como generalmente la
usamos significa un proceso por el cual se transmite conocimiento o información de una
mente a otra. Sin embargo, un estudio y síntesis de sus raíces derivadas revela su
significación esotérica la cual nos hace posible comprender mejor la significación real y el
uso recto de esta función de transmisión sensorial, intelectual y espiritual. Se deriva
directamente de la palabra latina communicare que significa participar. En ella se
encuentran dos palabras básicas: “com”, que se refiere a “con” o “junto”, y “un” que se
refiere a “unicidad” o “unidad”. De ese modo vemos que la “comunicación” es un medio
por el cual son unificadas hasta cierto punto una variedad de mentes y conciencias a través
del proceso de la participación. Esta participación es un proceso polarizado: el polo
positivo se revela en acciones de radicación, expresando, informando, enunciando,
escribiendo, telepatía de proyección y proyección inspiradora; el polo negativo se revela en
acciones de percepción, reacción a estímulos vibratorios, toda percepción sensorial,
aprendizaje, comprensión y realización. Todo lo que está establecido en la mente divina
puede ser transmitido o compartido con las diversas mentes o conciencias individualizadas.
La meta evolutiva completa es la unidad realizada de las diversas mentes con la Mente
Única de Nuestro Creador.
Antes de emprender la consideración del significado oculto, kármico y evolutivo de
la comunicación entre humanos, debemos considerar primero la comunicación básica,
primordial o absoluta entre la Conciencia Divina y la conciencia humana - la
“participación creadora de la “Luz.” La Mente Divina se nos da a conocer - “nos habla” -
por su Propia manifestación como infinidad de estados cambiantes de vibración objetiva -
el mundo natural físico; también nos ha provisto con centros y órganos de percepción
sensorial en cuyo desarrollo y ejercicio podemos aprender de nuestro origen por la
observación de la manifestación. Por medio de la vista, percibimos y conocemos la
manifestación de Dios como color; por la audición, percibimos y conocemos la
manifestación de Dios como tono; por el tacto, percibimos y conocemos la manifestación
de Dios como textura y densidad; por el gusto percibimos y conocemos la manifestación
de Dios como mezcla química; por el olfato, percibimos y conocemos la manifestación de
Dios como emanación o radiación química invisible y silenciosa. Las formas de
percepción sensorial extendidas, “trascendentales”, son incluidas en la clarividencia, la
intuición, clariaudiencia, “claricognición”, telepatía e inspiración. Mediante estas
facultades las apercepciones internas del Hombre son reveladas en reinos que trascienden
las “limitaciones de Tiempo-Espacio”. Todas estas facultades y poderes sensoriales y
supersensoriales hacen posible las numerosas variaciones de la acción y “rapport”
comunicativas entre lo Divino y Su subhumano, microcosmos humanos y superhumanos,
así como humanos entre sí y sus “hermanos y hermanas” subhumanos y superhumanos.
Aquel que más sabe (que ha evolucionado más la conciencia) comparte con aquél que
sabe menos (que está menos evolucionado en conciencia y conocimiento); aquel que sabe
menos recibe y aprende de aquél que sabe más y está más evolucionado en la conciencia.
La atracción magnética de diferencias relativas en conciencia y semejanza de impulso
cósmico de realizar la unidad es la relación comunicativa entre todas las cosas vivientes.
La comunicación es fraternidad en acción; la comunicación verdadera, constructiva y
servicial es amor fraternal en acción. Ahora pasemos a la astrología:
Antes de que un humano pueda expresarse a otra mente en forma comunicativa, él
debe pasar por un “proceso dentro de sí mismo” por el cual formule aquello que desea
transmitir. En forma sutil, pero imperecedera, esta formulación es una interacción de la
mente subconsciente con las percepciones conscientes. Antes de que un hecho o realización
puedan ser transmitidos, tiene que ser aprendido primero y la facultad particular para
aprender haber sido ejercitada ante del momento presente. La mente subconsciente -
simbolizada astrológicamente por la Luna - es la que actúa como depósito de las memorias
- que son impresiones residuales establecidas por ejercicios de conciencia en el pasado. La
mente consciente simbolizada astrológicamente por Mercurio, es la que conoce y expresa
de acuerdo con la necesidad presente. Mediante la cualidad adhesiva, retentiva, de la
mente subconsciente, el Hombre permanece ligado a lo que ha sido y ha expresado en el
pasado y sus conocimientos e interpretaciones de su presente son establecidos sobre lo que
él recuerda como memoria o recuerdo de sentimientos de su pasado. Por lo tanto vemos que
un individuo se comunica siempre dentro de sí mismo antes de que transmita o exprese su
conciencia a otro. Un ejemplo simple: Alguien le pregunta la hora - él necesita de ese
factor de información; antes de que usted pueda contestarle; usted tiene que “recibir
comunicación - por medios visuales por lo que su reloj le indique”. Al formular un juicio
usted puede transmitir ese hecho como una acción comunicativa a la otra persona. Pero aún
antes usted tenía que haber aprendido cómo leer el reloj para indicar la hora; su mente
subconsciente conservaba el recuerdo de que usted había aprendido a leer el reloj en él
pasado. Así es que usted “tomó su pasado” para realizar la necesidad presente de
comunicación con su amigo. Y así se sigue eternamente: El pasado es el “pábulo” del cual
toma el presente para formar el futuro. En el horóscopo individual, la correlación de la
Luna y Mercurio demuestra la “mezcla” alquímica de la memoria del sentimiento,
establecida por ejercicios de conciencia en el pasado siendo ejercidos por la conciencia la
percepción sensorial y el intelecto en el presente. Además la correlación de la Luna y
Mercurio con Júpiter demuestra el proceso alquímico por medio del cual el individuo está
destilando la apercepción de la verdad - un conocimiento de hecho que está arriba y libre
de todo prejuicio personal subconsciente de interpretación, por el dolor, el placer, el
prejuicio, la antipatía o el favoritismo. La correlación de la Luna y Mercurio con Urano
demuestra la evolución alquímica de tales facultades como la intuición y la previsión; con
Neptuno, indica la “gestación de las facultades de clarividencia y clariaudiencia (la
evidencia de cosas invisibles e inaudibles) así como el establecimiento evolutivo del poder
de la fe y del poder de comunicarse por medio de la oración.
Lo anterior debe comprenderse como un estudio básico general de la naturaleza de
la comunicación. Ahora con propósitos prácticos astrosicológicos nos concentraremos en el
archisímbolo de comunicación básico y la facultad comunicativa - el planeta Mercurio,
regente de Géminis y de Virgo.
Haga una copia del “mándala de Géminis”: el orden zodiacal alrededor de un
círculo con Géminis como signo Ascendente. Observe que Tauro-Escorpión, el diámetro
del poder del deseo y del poder procreador forma el diámetro de la duodécima y sexta
cúspides. Tauro tiene relación con el centro en la garganta, que es el mecanismo por medio
del cual las criaturas que poseen el órgano de la voz crean el tono; recuerde que todo lo
que oímos es percibido como un aspecto de la vibración tonal. Escorpión se refiere a
aquella facultad de producir o de “evocar” material para otro cuerpo físico. Por medio de
Tauro generamos o “evocamos” material tonal para la incorporación, la manifestación
perceptible de ideas, pensamientos, sentimientos, emociones, conocimiento, comprensión
y realización; en el plano de la percepción sensorial física es el poder y facultad de generar
tono que “cobija” y protege (la relación de la duodécima casa al Ascendente) toda acción
comunicativa. Es el poder de Mercurio formular tonos como las palabras habladas o
cantadas por la acción recíproca de la respiración pulmonar y el movimiento de la lengua y
los labios; es además el poder de Mercurio usar las manos para escribir y trazar cuadros de
imitación simbólicos de la palabra hablada como palabras escritas o diagramas, y de los
tonos como notación musical. En el mándala de Géminis, Cáncer, el signo Lunar está en la
segunda cúspide. Aquí vemos que la conciencia del Hombre de nacionalidad, administra la
evolución de su facultad de expresarse y comunicarse mediante el lenguaje. La adhesión
cristalizada a la nacionalidad propia provoca conocimiento y uso limitado del lenguaje
sistematizado - una persona tal puede comunicarse en palabra y en escritura (o lectura)
solamente con aquellos que conocen su lenguaje particular. Pero en el plano del uso actual
del intelecto, esa adhesión puede disolverse aprendiendo otro u otros idiomas. Por medio
de semejante extensión disolvente la persona puede comunicarse con un número de
personas correspondientemente mayor, “su campo de comunicación humana” es
acrecentado, su apreciación del modo de pensar y modo de vida de otros es ahondada y por
consiguiente, en el plano de los reconocimientos espirituales ella se encuentra
experimentando un mayor grado de unicidad con otros seres humanos. Las diferencias de
lenguajes proporcionan barreras comunicativas únicamente a aquellos que no salen de las
adhesiones cristalizadas a un lenguaje; en aquellos que se salen, las barreras se desintegran
hasta cierto punto. En esto vemos nuevamente una ilustración concreta del hecho que la
comunicación es la fraternidad expresada; al grado que se aprendan más medios de
comunicación, será realizada, disfrutada y expresada la espiritualización de la
comunicación fraternal y la compasión.
En esta época que presencia la invención de la radio, la televisión, la aviación
supersónica y todos esos mecanismos por medio de los cuales las limitaciones de tiempoespacio
han sido trascendidas científicamente, se observa un paralelo en la esfera de los
esfuerzas espirituales humanos. Muchas personas de todas las naciones del mundo tratan
también de explorar las causas de los impedimentos en el funcionamiento humano
individual. Estas son personas que están dando un ímpetu regenerador poderoso a la
evolución humana por sus servicios dedicados a los valores humanos redimiendo gran
cantidad de karma negativo en sus vidas individuales pasadas y su devoción de “ayudar” a
otras personas a ayudarse a sí mismas a salir de estados kármicos de anormalidad,
subnormalidad y desviación de funciones saludables normales. Persistiendo sobre este tema
de la comunicación se espera que las siguientes observaciones sirvan para promover una
comprensión “interna” más profunda de las causas kármicas que socavan las facultades
comunicativas en el cuerpo humano; el primer punto a considerarse es la epigénesis:
La epigénesis se refiere a la facultad humana de construir la cualidad de su vehículo
en correspondencia con la cualidad y los estados de su conciencia. “Epigénesis” viene de
dos raíces que significan “construir sobre”. Es la facultad creadora poseída y - inconsciente
o concientemente - ejercitada por todos los humanos desde la aurora de su proceso
evolutivo como humanos. Mediante la epigénesis, el Hombre revela su semejanza creadora
a su propio Creador; es la “raíz” que sirve de fundamento a la florecida, en épocas
venideras, de su actividad verdaderamente creadora como conciencia de Dios. El
principio, o la ley, de causa y efecto operante en la facultad de la epigénesis en los humanos
explican toda cualidad condicionada de manifestación física, emocional y mental en el
vehículo humano - congestionada, desviada, manca o armonizada, potente y eficiente. En la
actual consideración de la facultad y propósito de la comunicación, encontramos que el
mándala de Géminis tiene mucho que decirnos sobre la causa kármica de los defectos e
impedimentos del habla que se registran en los cuerpos de seres humanos en su nacimiento
o que “aparecen” durante la encarnación como resultado de una potencial vibratoria
congestionada haber sido estimulada por la acción del tiempo. Tales condiciones congénitas
como la mudez, hendidura del paladar, hipertrofia de la lengua, el tartamudeo y el gagueo,
condiciones traumáticas que lesionan el mecanismo vocal, la lengua o los labios, etc., son
las condiciones principales que revelan externamente que las personas afectadas causaron
impedimento de la comunicación en el pasado. La memoria subconsciente retenida de la
acción e influencia destructiva o congestiva y el cuerpo físico presente reproduce, por la
epigénesis, la potencial negativa como “retribución kármica” para que la persona pueda
explorar el aspecto de conciencia negativo desde “el otro lado de la cerca” y así aprender
algo más sobre las verdades de la facultad de comunicación y su recto uso para el
desarrollo futuro y la evolución. Muchas, muchas clases de acción e influencias en el
pasado pueden causar defectos de comunicación en la vida presente; pero el mándala de
Géminis nos da las pistas ocultas básicas sobre la causa de la mayor parte de estas
condiciones defectuosas - y experiencias dolorosas:
La ubicación del diámetro Tauro-Escorpión coincidiendo con las cúspides de las
casas duodécima y sexta, es el primer punto a considerarse. Este es el diámetro de la
conciencia del poder como “deseo”, o para decirlo de otra forma, la conciencia
individualizada del deseo. Teniendo en mente que el deseo es una potencia de conciencia
que puede extenderse en cualidad desde las más inhumanas lujurias, avaricias y represalias
hasta las más sublimes formas de aspiraciones espiritualizadas, comprendemos que el recto
uso de esta potencia - como mostrado en este mándala - es una forma de servicio
contributivo (Escorpión en la cúspide de la sexta casa) y un constructor de la conciencia
de la salud. Semejante ejemplo es la expresión del amor mutuo a través del ejercicio del
mecanismo sexual; otro ejemplo es la conservación disciplinada de las energías vitales y
magnéticas para el uso en empresas y obras constructivas. Nada más sobre Escorpión en la
sexta cúspide; su polarización más elevada en el plano físico es Tauro, el signo opuesto, en
la duodécima cúspide de esta mándala es el símbolo de la creación de tonos liberados a
través de la palabra hablada - la incorporación audible de sentimientos, pensamiento,
ideas, opiniones y realizaciones.
Piense sobre esto: Una suave palabra - un “sí” o un “no” dicho en cierto tono de
voz, comunicándole a otro una decisión específica, sentimiento, realización o
reconocimiento puede alterar el curso de una vida humana si la persona a quien se hace
la comunicación reacciona a lo que oye en la palabra. Una suave palabra pronunciada
como un juicio para afectar la vida o el destino de otra persona, puede decirse de tal forma
que la mente subconsciente del que habla “abarque y sostenga” una impresión de malicia o
de destructibilidad o tal grado que la retribución kármica por esa expresión pueda objetivar
en experiencias dolorosas varias vidas después. Por temor una palabra necesaria puede ser
callada; el poder inherente en la palabra callada sería retenido como una potencialidad para
lo negro más tarde; el contenido de dolor concomitante con la disolución necesaria
subsiguiente será proporcionado al bien que hubiera resultado si la palabra suave original
hubiera sido pronunciada.
A fin de desenvolver realizaciones o cogniciones de causas kármicas de dificultades
o impedimentos a la comunicación, debemos estar dispuestos a hacer más elásticos nuestros
puntos de vista y reconocer que la causa de estos efectos manifestados en el presente por la
epigénesis pueden haber estado establecidos por largo tiempo en la subconsciencia de la
víctima. Utilizar el poder creador de la palabra hablada para encauzar las fuerzas de la
conciencia destructiva y falsa es asegurar una experiencia futura con impedimento de la
comunicación. En la repetición de formas externas el vehículo mental se desintegra hasta
cierto punto y de tal manera que algunas condiciones identificadas como “imbecilidad” e
“idiotez” resultan como retribución kármica, especialmente cuando la crueldad deliberada
ha sido la motivación emocional originaria. La experiencia actual de muchas de esas
víctimas ha sido auxiliada por el poder del amor expresado en el cuidado y la consideración
ofrecidos por aquellos que tratan de asistirlos - y este amor es también una retribución
kármica establecida por acciones de buena intención y bondad en el pasado. Así, vemos en
estos tiempos por la observación del hecho que los humanos están tratando de ayudar y
rehabilitar aun a aquellos casos más trágicos de oscuridad, impedimento y desintegración
relativa - que las únicas barreras a la comunidad son aquellas que el hombre mismo ha
establecido; el Creador nos ha dotado de las potencialidades de mente y espíritu y la
facultad de asegurar nuestra comunicación eventual con todos los planos de vida. En el
sentido universal o absoluto no existen barreras para la comunicación. Toda mente
individualizada funciona bajo la ley y mediante la liberación y refinamiento de
potencialidades dentro de la esfera inclusiva de la mente única - que es la luz única y la
conciencia única - las líneas de comunicaciones siempre en desarrollo “de cada uno con
todos y de todos con el Uno” son mantenidas perpetua y perfectamente. Por el recto uso de
nuestros factores de Mercurio, reproducimos los caminos libres de nuestras líneas de
comunicación con nuestros congéneres en este plano.

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del libro " Estudios de Astrología IX ", de Elman Bacher

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