Reflexión para la luna nueva del 16 de Septiembre
de 2012
Sucede en 23º 37’ de Virgo.
La luna nueva proporciona un espacio de creación.
Allí conectamos con la sencilla profundidad del universo y podemos traer algo
nuevo a un mundo determinado, movilizando luz entre los diferentes planos
de manifestación de la misma. La oscuridad, en una manifestación
polarizada, dual, tiene como hermana a la luz. Así, en la noche de menor
visibilidad aparente, se percibe mejor lo que está por venir y aún no ha
crecido a la luz del día físico. Esta idea general encaja bien con algunos
aspectos de la lunación que tiene lugar en Virgo. La naturaleza interior de
este signo es el alumbramiento en un plano concreto de lo que se gesta en
otros.
La condición flexible de Virgo le permite
plantearse la siguiente pregunta: “¿Qué
senecesita que yo haga aquí por el bien común?”. Esta aparente
indefinición o falta de carácter lleva a un servicio mucho más ajustado a las
necesidades del conjunto de seres con los que compartimos la vida. Junto a la
intuición de la que nace la verdadera respuesta a esta pregunta existencial,
Virgo desarrolla una capacidad de análisis de lo concreto, la capacidad de
vivir bien pegado al terreno. Una cualidad semejante produce continuidad en la
tarea y eficacia concreta. Los resultados no se difieren hasta un futuro
indeterminado, sino que se impulsan en el presente. Bajo esta vibración,
actuamos en cada momento con los cinco sentidos en lo que hacemos, como si
fuera lo más importante del mundo, porque realmente lo es. Recordemos que
pensar es dar órdenes a la naturaleza y a sus poderosos elementales. Si el
pensamiento es: “No me importa mucho lo que hago”, la
naturaleza actuará en consecuencia. La existencia se tornará menos radiante. Si
el pensamiento es: “Mi vida está en esto”, la naturaleza
actuará igualmente en consecuencia. Y la consecuencia de esta última actitud es
que la vida, la que nosotros también expresamos, tiene muchísima fuerza y
tiende a expandirse, a generar oportunidades y a crecer.
Hablar de presente es hablar de vida
interior. Si nos cuesta persistir en el
ahora, si viajamos excesivamente al pasado y al futuro, podemos motivarnos
pensando en cuidar el presente, puesto que, en realidad, vamos a vivir el resto
de nuestras existencias en él. Ni pasado ni futuro tienen entidad propia.
Permanecer en el presente es
acercarse al yo interno, es dejar atrás caretas y
envolturas. Los aspectos de la lunación de este mes muestran nuestros puntos de
mejora, nuestras mejores oportunidades. Como ejemplo de condiciones mentales a
superar, tenemos lo que podríamos llamar el empacho de ideas y de comunicación
de las mismas. Consiste en la pseudo-necesidad o pseudo-verdad de generar
muchas ideas acerca de nosotras/os. Ideas bienintencionadas, ideas acerca de
cómo somos, de cómo deben ser las cosas, de qué orden debe imperar para nuestra
tranquilidad, de qué está bien y qué está mal. No precisamos decir gran
cosa a los demás, ni enseñarles ni guiarlos. Los grandes auxiliares visibles en
la evolución espiritual de la humanidad no han brillado tanto por su oratoria
como por su capacidad de transmitir y de despertar a sus oyentes. En una
sucesión natural de verbos, dar precede a argumentar, y ser precede a
dar.
Otro regalo de la influencia que comienza el
domingo 16 es la asociación a Marte en Escorpio. No sólo podemos entregarnos al
bien global; somos capaces de generar una búsqueda sincera de nuestras propias
motivaciones, y proyectar nuestras motivaciones al entorno llenas de energía.
Semejante combinación entre flexibilidad y determinación, entre estabilidad y
dinamismo, entre receptividad y modificación del medio, tiene la fuerza de un
panel enorme de células fotovoltaicas. La célula capta los rayos de Sol y
genera una corriente eléctrica, una fuerza útil y dispuesta a ser empleada de
muchas formas concretas, según nuestra voluntad.
¿Quién se apunta a la energía solar?
Que la luz sea contigo.
El equipo de Luz interna.
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Aporte realizado por el Sr. César Lillo Arellano, que agradecemos mucho.
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