domingo, 31 de marzo de 2013

LA SEGUNDA CASA



CAPÍTULO VI



LA SEGUNDA CASA

Las condiciones pertenecientes a la segunda casa de la rueda horoscópica enfocan
una gran parte de lo que el astrólogo está obligado a interpretar en su servicio. Puesto que
toda fase del horóscopo tiene su principio particular, se sugiere que le demos flexibilidad a
nuestro concepto de la segunda casa más allá del acercamiento tradicional que lo considera
como dinero y posesiones.
Para poner la segunda casa en el esquema de las cosas consideremos en primer lugar
un mándala hecho de la siguiente manera: una rueda con las casas; coloque los símbolos de
Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo y Virgo sobre las primeras seis cúspides; trace una
línea recta de la cúspide de la primera a la cúspide de la quinta; otra línea de la quinta a la
séptima cúspide. El sector de las primeras cuatro casas es análogo a los grados de escuela
elemental que todos nosotros cursamos durante la niñez como base de nuestra experiencia
educativa. El sector adicional de la quinta y sexta casas podría considerarse análogo a
nuestra educación de escuela secundaria y de colegio, tal como es iniciada por el impulso
vital de la quinta casa. El acondicionamiento interno indicado por estas primeras seis casas
encuentra su expresión en el hemisferio superior, iniciado por la séptima casa de la
conciencia de asociación; es análogo a la experiencia en el mundo al que entramos después
de completar nuestra educación formal; nosotros ponemos a trabajar nuestro conocimiento.
El compuesto de estas seis casas es lo que traemos a toda experiencia madura para la
regeneración y el perfeccionamiento, así como traemos a nuestra experiencia madura como
adultos todo el entrenamiento, acondicionamiento y educación que hemos aprendido y
adquirido en nuestros años de crecimiento. Las expresiones no espiritualizadas de las
primeras seis casas - particularmente las primeras cuatro - indican la raíz cuadrada esencial
de todos nuestros problemas.
Cuando consideramos que la conciencia humana primitiva expresa la quinta casa
como una expresión instintiva - como un recurso de la cuarta casa - en lugar de creación
consciente no debe uno maravillarse de que la humanidad tienda a funcionar mayormente
en la conciencia de las primeras cinco casas. Para la mayoría de la gente, aún la casa sexta
es una expresión de sostenimiento material en vez de una expresión de contribución
impersonal en servido. Hay tanto de la conciencia de relación humana primordialmente
arraigada en la conciencia de identidad de la cuarta casa con la familia y la raza, que las
decisiones se hacen en concepto del sentimiento de grupo en vez de hacerse por los
requisitos de desarrollo personal y los impulsos de expresar la conciencia de integridad
personal. Puesto que la conciencia física es el reino en el que tiende a vivir la gente, la
segunda casa enfoca gran parte de sus patrones de experiencia y sus patrones de problemas
porque la segunda casa es el símbolo esencial de la conciencia de sostenimiento para la
rueda entera, concentrada por su significación en el sector de las primeras cuatro casas. Las
tres primeras casas pueden llamarse adecuadamente el cuadrante de la cosecha -
representando los procesos del plano interior por los cuales nos integramos con la
dimensión triuna de la manifestación física -.
La “posesión” y la “propiedad” son términos que identifican la conciencia de la
mayor parte de la gente en la expresión de su segunda casa. El principio verdadero de la
segunda casa se revela, no obstante, cuando consideramos el punto filosófico de que
nosotros no poseemos ni nos pertenece ninguna cosa física. Nuestra única posesión es la
conciencia. La cualidad de esa posesión se encuentra en nuestras reacciones hacia cualquier
fase de la vida, nuestra mayordomía sobre ella está en la regeneración. La vida de la
humanidad es una cosa interna; la expresión material es su vehículo. Así pues, lo que
nosotros llamamos “deseo de poseer las cosas” es una forma primitiva de decir que
nosotros deseamos experiencia por la cual ejercer nuestra facultad de mayordomía de las
formas físicas y el progreso que es proporcionado por la regeneración.
Como todo factor que se encuentre en la rueda horoscópica es una cosa necesaria en
la vida de la humanidad, no existe factor alguno que sea “erróneo” o “malo”. La segunda
casa - como un capítulo de experiencia y un nivel de conciencia - es un símbolo del Espíritu
tanto como pueda serlo cualquiera otra casa. Ella transmite esencialmente, la conciencia
emocional o conciencia de deseos por medio de la cual la humanidad trata de atraerse las
cosas necesarias para el sostenimiento. Decir “Yo Tengo” es una extensión de la conciencia
de “Yo Soy” de la primera casa. El impulso subyacente de “Yo Soy” es sostenerse a sí
mismo; poder continuar diciendo “Yo Soy” y perpetuar esa conciencia en el mundo de las
formas. Para algunas personas “mis hijos” o “mi mujer” se dice con el mismo grado de
conciencia de posesión que se dice “mi dinero”. Ambas frases implican la perpetuación
propia y la expresión propia.
La esencia de cualquier factor astrológico se halla en la consideración del principio
espiritual inherente en ese factor. Como la segunda casa tiene su “espiritualidad” particular,
consideremos tres mándalas extraídos del mapa natural o arquetípico. (Esta es una rueda
con 30° de cada signo contenidos dentro de la casa correspondiente, comenzando con Aries
en la primera cúspide; los regentes planetarios están relacionados con las casas y signos de
su dignidad).
El primer mándala será una rueda en blanco excepto para las cúspides de las
primeras cuatro casas formando el primer cuadrante. Los símbolos de Aries, Tauro y
Géminis son colocados en las cúspides de las tres primeras casas respectivamente. Nuestras
frases clave serán: Primera casa: Yo soy una conciencia individualizada. Segunda casa: Yo
deseo mantener mi conciencia en las dimensiones físicas. Tercera casa: Yo aprendo cómo
hacer posible este sostenimiento. Este cuadrante de “cosecha” representa nuestro proceso
de “sentar raíces” en cualquier ciclo de evolución.
Venus, regente de Tauro y regente abstracto de la segunda casa, es el principio de la
atracción; su significación respecto a esta segunda casa es el impulso de atraer hacia
nosotros los medios de sostenimiento material, o de atraer la afluencia de la abundancia
material. La manifestación que nosotros no hacemos dinero no es más evidente en ninguna
otra forma. Nosotros en realidad hacemos algo a cambio de dinero. Esto trae a nuestra
atención el gran principio de la vibración venusiana: el equilibrio a través del intercambio.
Visto como una expresión de este gran principio, el dinero es intercambio material entre
personas, y no posesión material; en otras palabras algo recibido a cambio de algo que se
ha hecho. El cumplimiento perfecto de acuerdo mutuo sobre este punto es la esencia del
recto uso del dinero. El Mandamiento “no robarás”, fue dado como una prohibición contra
la violación de una expresión material de un principio universal.
Para ampliar nuestra apreciación de la segunda casa ahora la enlazamos con la otra
casa que está regida abstractamente por Venus a través del signo de Libra, la séptima casa.
El mándala será: la rueda de doce casas; los símbolos de Tauro y Libra en las
cúspides de la segunda y séptima casas respectivamente. El símbolo de Venus en estas dos
casas; sombree levemente estas casas para que sobresalgan del resto de la rueda. Aquí
tenemos el arquetipo del mándala de Venus - el cuadro abstracto del foco de influencia de
la diosa sobre la experiencia de la vida de la humanidad -. La segunda casa representa el
Principio de Atracción en la conciencia del hombre de atraer material para el sostenimiento
propio; la séptima casa es la unión de personas que se complementan mutuamente. En otras
palabras, la Vida en los procesos de relación humana logra el equilibrio a través del
intercambio amoroso de los complementarios.
La séptima casa identifica abstractamente todos los pares de los que dan y los que
reciben. El empleado da su trabajo, el patrono da el pago. La vida física del empleado se
sostiene por el uso del dinero que recibe; la vida del negocio del patrono es sostenida por
los esfuerzos de aquellos que trabajan para él. Cuando se mantiene una mutualidad
provechosa en tales relaciones, todas las personas implicadas se benefician entre sí a través
de los rectos intercambios. Cuando se violan los principios de cualquiera de los dos factores
el resultado es la inarmonía y el desbalance. Esto se evidencia en todos los planos: entre
individuos, entre dos grupos o entre dos naciones.
Debemos tener presente que el dinero - nuestro símbolo de posesión material - es
realmente un “fluido” en el sentido que hay intercambio entre personas en todas partes y en
todos los tiempos. Es como la sangre que circula a través del cuerpo físico para sostener la
vida. Si se detiene la circulación de la sangre se detiene la expresión de vida del individuo.
Si se paraliza o se congestiona la circulación del dinero en la vida económica usted
observará los resultados. Estos serán evidentes donde quiera.
La circulación de la sangre a través del cuerpo físico comienza con el
“rendimiento”; el “retorno” se hace cuando el impulso inicial ha completado su trabajo. La
circulación de dinero entre personas, comienza cuando primero se hace algo por lo cual se
recibe dinero en pago. La humanidad para funcionar con éxito monetario debe aprender a
estar dispuesta a lograr el mejor rendimiento en cualidad de servicio a rendirse. La sexta
casa forma el primer aspecto de trino con la segunda y la sexta casa preludia la séptima, el
símbolo abstracto de la experiencia de relación.
El éxito en la ganancia monetaria comienza con la integridad mutua de, conciencia
de intercambio y conciencia de servicio. La deficiencia o corrupción de esa conciencia
asegura eventualmente “problemas monetarios” en la forma de remordimiento
subconsciente, pérdida de confianza propia, desconfianza de los otros (recuerdo de falta de
honradez en el pasado), avaricia y la clase de extravagancia que es toda “producción” sin
tomar en consideración el equilibrio del intercambio. Estos cuadros monetarios negativos
son el resultado de violaciones perpetradas en el pasado contra el Principio de Intercambio
Mutuo y son manifestaciones de “desamor” hacia el prójimo. Estos cuadros actúan como
magnetos para experiencia negativa, pérdida y limitación y hasta tanto sean regenerados
por el principio asegurarán la experiencia continua de negativos monetarios.
El mándala de Venus es la representación astrológica del dicho que “el amor al
dinero es la raíz de todo mal”. No el dinero en sí, porque el dinero en sí no tiene poder.
Pero cuando la conciencia de una persona está “arraigada” en la segunda casa su conciencia
amorosa está arraigada a los apegos de sus posesiones.
De esa manera la alquimia del Amor en la relación del individuo con otras personas
es impedida y de esa manera con el tiempo se congestiona a tal grado que casi toda cosa o
persona se verá como una amenaza a sus pertenencias. Su codicia, desconfianza, avaricia,
el temor, y así sucesivamente lo impele a crear cuadros mentales muy torcidos de la gente y
automáticamente los arroja más y más lejos de él. El mal crece al grado que nuestra
conciencia nos separa de los demás. Por lo tanto vemos que el dinero no es justamente un
medio de intercambio material, sino que da, por la manera en que es usado, una indicación
directa de la conciencia amorosa de la persona.
La persona ama la posesión de posesiones más que lo que ama y respeta a la gente o
en ciertos patrones de relación - a los padres, la mujer, los hijos, etc., - ella ejercita una
conciencia amorosa fecunda, pero en los negocios tiene una conciencia de pirata; o su
conciencia está integrada hacia los fines de mantener relaciones balanceadas y armoniosas
con toda la gente. Nosotros le servimos a Dios mediante el ejercicio del poder redentor del
Amor o le servimos al Becerro de Oro esclavizándonos a la ilusión de poseer las cosas.
Mientras esta ilusión domine la conciencia nos atraemos experiencia de índole negativa y
dolorosa.
Tan pronto como la recta actitud hacia otras personas y la recta relación con ellas se
conviertan en el punto focal de la conciencia, las corrientes del poder de Amor iniciarán un
proceso alquímico por el cual se logrará la liberación de la esclavitud de “ser poseído por
las posesiones”. Prescindiendo de lo que cualquiera otro haga todo ser humano debe lograr
a su debido tiempo la conciencia del valor espiritual del recto uso del dinero. Cuando llega
ese momento se manifestará la seguridad de la relación recta entre las personas. La
honradez es un florecimiento del corazón humano por la cual la conciencia puede interpelar
las cosas de la Vida como son realmente. Una mujer o un hombre honesto ven las cosas tal
como son con respecto al principio y como expresiones de los principios. Ellos que son
gente verdaderamente honrada no necesitan que se les “legisle” hacia la acción honrada,
por las leyes o por la amenaza de castigo; ellos funcionan con la conciencia del intercambio
recto y respetuoso con otras personas en todas las formas.

El proceso implicado en la lectura astrológica puede exponerse de esta manera:

primero, una comprensión firme de la significación abstracta o espiritual de cada factor en
el mapa; entonces la aplicación del entendimiento abstracto a los detalles del mapa bajo
consideración. Esto es porque cada horóscopo humano es una variación del Horóscopo
Arquetípico, que es el Gran Símbolo Vibratorio de la entidad que llamamos Humanidad.
Este arquetipo es la rueda de doce casas con los símbolos de los signos colocados en las
cúspides, comenzando con cero de Aries en la primera, cero de Tauro en la segunda y así
sucesivamente con los otros diez signos y casas. El Arquetipo se completa colocando los
planetas en las casas y signos de su dignidad. Cada factor es exactamente tan importante
como cualquier otro factor puesto que todos son expresiones de conciencia en la
encarnación. Todos son espirituales, todos son buenos y todos son necesarios. Los
astrólogos deben fundamentarse en esta comprensión si desean desarrollar la habilidad de
percibir las potencialidades espirituales delineadas en los mapas que ellos estudian así
como las causas y propósitos que han de encontrarse.
Uno de los servicios más significativos que el astrólogo puede rendir es revelar los
secretos de la segunda casa, porque la humanidad en su mayor parte está atada a la
servidumbre del deseo de posesiones. La conciencia de posesión es el nivel primitivo del
principio de la segunda casa; el principio en sí es mayordomía - la responsabilidad del uso
recto y el intercambio perfecto -. Cuando se lee un horóscopo desde el punto de vista de la
posesión, el factor de acumulación es acentuado - o puede acentuarse - en la mente. El
astrólogo no debe descuidar su oportunidad de alertar al cliente sobre el principio. El
conocimiento del principio es el que abre la conciencia para las soluciones y
reorientaciones.
La facultad de la segunda casa puede verse claramente por la consideración del
siguiente mándala: una rueda de doce casas; los símbolos de Aries, Tauro y Géminis sobre
las cúspides de la primera, segunda y tercera casas respectivamente; una línea recta conecta
las cúspides de la primera y cuarta casas, creando un contenido de las primeras tres casas.
La segunda casa transmite una implicación emocional: el deseo de sostener la vida física.
La tercera casa es mental: el proceso de aprender cómo efectuar este sostenimiento.
Nosotros sostenemos la vida física mediante el uso de las cosas de la Tierra, no
apegándonos a ellas. En el análisis final, nosotros no podemos adherirnos a cosa física
alguna, pero nuestro uso de las cosas físicas - y el dinero - representan nuestra conciencia
de esclavitud al sentido de posesión o la libertad interna de usar las cosas de la tierra con
juicio e inteligencia.
La lectura de cualquier casa puede ser un asunto complicado. Analicemos los
factores pertenecientes a los patrones de la segunda casa y considerémoslos en orden. Este
análisis implicará la creación de varios mándalas de luz blanca. Use solamente las
posiciones planetarias por signo y casa, no los grados; nosotros vamos a tratar de percibir
las operaciones del principio a través de los patrones de la segunda casa y no queremos
limitar nuestra conciencia por el efecto psicológico negativo de impresionar nuestras
mentes con los “malos” aspectos.
Primer mándala: el símbolo del signo de la segunda casa sobre la segunda cúspide;
coloque el símbolo de su regente planetario en su signo y casa apropiados. Este es el
“mándala esencial de la segunda casa” de cualquier horóscopo; él transmite, por medio del
signo en la cúspide, la conciencia de la persona con respecto al dinero y las posesiones; la
posición de su regente indica dónde y en qué capacidad esta conciencia ha de hallar el más
completo cumplimiento del poder de atraer los medios de la tierra a través del ejercicio del
intercambio perfecto. Sirve además para delinear el departamento de experiencia que
enfocará lo mejor de la conciencia financiera de la persona y esencialmente demuestra a
qué grado sé expresa o puede expresarse el nivel espiritual de mayordomía de la persona.
Demuestra también si la persona tiende a expresar posesividad o uso de posesión.
Segundo mándala (o grupo): un mándala para cada planeta en la segunda casa y en
el signo de la segunda casa. Coloque los símbolos de los signos sobre las cúspides de las
casas regidas por estos planetas. Estos planetas enfocan la conciencia de posesión mucho
más intensamente que ningún otro patrón porque el capítulo de experiencia sincroniza con
el patrón de la conciencia. Este mándala acentúa muy poderosamente las experiencias de
las finanzas; estas experiencias pueden incluir finanzas de propiedad, finanzas de inversión
- en breve toda clase de experiencias que son enfoques de la conciencia financiera -. La
regeneración de las casas regidas por los planetas depende definitivamente de la
regeneración de la conciencia posesiva.
Tercer mándala: un mándala para cada planeta en el signo de la segunda casa, pero
en la primera casa. Esta es una fase de la conciencia financiera en formación. El desarrollo
personal - o desenvolvimiento de la personalidad - es preparar experiencia financiera para
el futuro. La habilidad financiera se ve como un punto de evolución personal en vez de la
facultad de adquisición por su propia causa.
Cuarto mándala: los planetas en la segunda casa pero en él signo de la tercera casa:
la educación y el desarrollo mental son enfocados a través de las experiencias financieras.
Se han de encontrar disciplinas mentales en experiencias relacionadas con hacer dinero. El
acercamiento mental en un patrón tal tiende a ser coloreado por la cualidad de deseo de
obtener y retener. El tercer y cuarto mándalas son patrones de retroceso porque los planetas
así colocados están en casas que preceden a la casa a la cual están relacionados por signos.
El cuarto mándala nos indica que la persona no está aún hasta cierto punto puramente
integrada en la intelección abstracta o impersonal; ella tiende a “pensar en conceptos de sus
deseos de posesión y evaluación financiera”.
Estos cuatro mándalas son todos focos de patrones de experiencia de la segunda
casa. El desarrollo armonioso de este factor en nuestra experiencia de la Tierra está
demostrado que es de gran significación en el crecimiento anímico cuando recordamos que
la segunda casa es el primer paso en la formación del Gran Trino del Elemento Tierra. La
base de esté trino es una horizontal conectando las cúspides de la segunda y sexta casas; la
implicación simbólica es que el Principio de Servicio Perfecto (una fase de la conciencia
impersonal) depende directamente del ejercicio recto de la conciencia monetaria. El vértice
del trino de Tierra es la décima casa - la Sociedad y sus expresiones perfeccionadas como
una entidad universal -. Los defectos de la segunda y sexta casas aseguran defectos en la
décima. La frase el “Capital (la segunda casa) contra la Labor (la sexta casa)” es tan
negativa como cualquier otra. Debe convertirse en “Capital y Labor”, funcionando juntos
en intercambio perfecto entre todos los factores de modo que el vértice de cualquier
sociedad o civilización pueda lograr lo mejor. La regencia natural o abstracta de la décima
casa por Saturno y la exaltación de Saturno en Libra - el signo regido por Venus que
además rige abstractamente la segunda casa - es algo sobre lo cual todos nosotros podemos
meditar. Ella representa el significado esencial de la palabra civilización: “Las relaciones
civiles entre todas las personas en su trato con las cosas de la tierra y todos los intercambios
relacionados con ellas”.
Prescindiendo del signo sobre la segunda cúspide y los planetas implicados
debemos tener en mente que Venus es el símbolo arquetípico de la segunda casa como un
factor de la conciencia espiritual. En este punto es apropiado decir que los regentes
naturales o abstractos de los signos y casas condensan - o concentran - las significaciones
esotéricas de las casas como capítulos de nuestro desenvolvimiento. Por lo tanto nuestra
consideración de la lectura de la segunda casa no puede estar completa sin estudiar las
posiciones y patrones, de Venus; además, debemos intensificar nuestra conciencia de la
significación de Venus como el “Principio del Equilibrio” (Armonía y Balance) a través del
intercambio.
Quinto mándala - el mándala de Venus -: Tauro sobre la segunda cúspide, Libra
sobre la séptima. Estudie este mándala volteando la rueda de manera que cada cúspide en
cambio se convierta en el Ascendente. Perciba cómo los dos signos - formando el aspecto
de 150° - se relacionan con la rueda en conjunto en estas posiciones diferentes. Tauro y
Libra componen la “conciencia del dinero” y la “conciencia de relación”. El principio,
como se ha dicho antes, es “Equilibrio por medio de la mutualidad de dar y recibir” - el
Principio del Matrimonio -, Medite sobre el mándala de Venus de cualquier mapa que se le
pida delinear desde un punto de vista financiero, para llegar a raíces de la conciencia básica
de intercambio de la persona. Las posiciones de Venus por casa y signo - prescindiendo de
sus aspectos - le dará a usted una clave sobre las razones esotéricas para la manifestación de
la falta o deficiencia monetaria. Los planetas que están afligiendo a Venus deben
regenerarse para poder remover la raíz de la conciencia de pobreza. Las aflicciones a Venus
demuestran solamente cómo expresó la persona en sus encarnaciones pasadas desbalance e
inarmonía en sus relaciones con los otros. Las condiciones relacionadas con la segunda casa
son peculiares a esta encarnación, pero Venus es el símbolo arquetípico de recta relación en
todas las fases y en todos los planos. Ayude a su cliente a hacerse más consciente de la
verdad de este principio, hacerlo es una de sus más grandes responsabilidades.
Para concluir esta exposición: utilice las palabras clave de los planetas según ellos
expresan regencia o ubicación de las condiciones de la segunda casa; esto asegura la
percepción del propósito esotérico del dinero en esta encarnación de su cliente. No lo
debilite haciéndole decisiones financieras - hacerlo es una violación a su propio Principio
del Servicio -. Póngalo alerta a su propia conciencia de Principio y estimúlelo a tomar su
propio camino (financiero), seguir los caminos del ejercicio de su inteligencia financiera lo
mejor posible, en buena voluntad, honradez, e intercambio perfecto con todos los demás.

***

del libro " Estudios de Astrología III ", de Elman Bacher

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sábado, 30 de marzo de 2013

EL ASCENDENTE



CAPÍTULO V


EL ASCENDENTE

Estudiantes, esta es una exposición sobre ustedes.
La horizontal izquierda de la rueda, horoscópica, extendiéndose desde el centro de
la circunferencia, es la salida de usted de los planos internos - como una expresión de la
idea que llamamos Humanidad - a la objetivación en la encarnación; el punto Ascendente
es su aparición en este plano a la hora de su nacimiento.
Cuando usted emitió su primer grito, usted decía: “¡Mirad, Mundo, aquí Estoy Yo
de nuevo!”, ese grito fue su “aurora”, la Luz vuestra apareciendo en el mundo de otras
Luces humanas como ha aparecido muchas veces en el pasado. Usted vino a expresar una
cualidad más brillante y más clara de su Luz que nunca antes, y aquellos que lo recibieron
con Amor lo hicieron en verdad por la promesa inherente en vuestra Luz para el
mejoramiento de la Vida humana durante los años de su encarnación. Cada encarnación es
una expresión del amor y de la fe de la Humanidad hacia la Luz que es su Origen y su
Morada.
Su encarnación recibió la nota clave vibratoria del signo zodiacal que cubre el punto
Ascendente de su horóscopo. Cada uno de los doce signos es uno de los tres aspectos
(Seidad, Amor, Sabiduría) de la dimensión de Polaridad (Positiva/Negativa) en concepto de
Generó (Masculino/Femenino). Y - el propósito vibratorio principal de un ser humano en la
encamación es cumplir lo mejor que pueda, la potencialidad del signo Ascendente a través
del capitulo de experiencia y la ubicación vibratoria del planeta que rige al signo
Ascendente -. (Por ubicación vibratoria se da a entender el signo en el cual está colocado
ese planeta); la cualidad de la expresión está indicada por la naturaleza del planeta que lo
“disposita”; si el regente está en Tauro o Libra, está “dispositado” por Venus; en Acuario,
está “dispositado” por Urano y así sucesivamente.
Haga tres mándalas, uno para los signos cardinales, uno para los signos fijos y otro
para los signos comunes. Esto se hace trazando tres círculos; cada uno tiene los símbolos de
una de estas tres clasificaciones de los signos tal como aparecen en su orden zodiacal; los
puntos de los signos son conectados por líneas rectas, dándonos las tres variaciones de un
cuadrado.
Los signos cardinales con los puntos decisivos en nuestro recorrido alrededor de la
rueda desde el punto Ascendente; ellos representan los cuatro puntos básicos de los
cambios de estación durante todo el año y representan también los cuatro puntos básicos de
la estructura de la relación humana: la masculina-femenina de los padres
(Capricornio/Cáncer) y la masculina-femenina de aquello que es engendrado por los padres
(Aries/Libra). Las personas que tienen un signo cardinal en el Ascendente (a menos que
haya intercepciones y que también el signo Ascendente esté en la duodécima cúspide) han
llegado a esta hora para tomar una “nueva dirección” en su evolución - su signo Ascendente
inicia una nuevo cuadrante del zodiaco para el cuadrante de las tres primeras casas -.
(Aquellos que tienen el signo Ascendente cardinal también en la duodécima cúspide están
simplemente continuando aquello que fue inaugurado como punto crítico en la encarnación
previa).
Cada uno de los cuatro signos cardinales es el aspecto de la “Seidad” del elemento a
que pertenece: Aries-Fuego; Cáncer-Agua; Libra-Aire y Capricornio-Tierra. Aries y
Capricornio son los “signos varones” de los cuales Aries es el masculino y Capricornio el
femenino; Cáncer y Libra son los “signos hembras” de los cuales Libra es el masculino y
Cáncer el femenino.
Los signos fijos son el “aspecto del Amor” de los elementos - siendo cada uno el
quinto signo desde el cardinal de su elemento -. En paralelo: Aries-Leo; Capricornio-Tauro;
Cáncer-Escorpión y Libra-Acuario. Puesto que todo horóscopo es el resultado del ejercicio
de la conciencia en la pasada encarnación y nosotros realmente damos “vuelta tras vuelta a
la rueda” a través de nuestras encarnaciones, vemos que desde un punto de vista evolutivo,
Leo es el primer signo fijo, Escorpión el segundo, Acuario el tercero y Tauro el cuarto. En
un mándala con los doce signos en orden - desde Aries alrededor de la rueda - trace cuatro
líneas rectas como sigue:

1) de Aries a Leo (cúspide de la primera a la cúspide de la quinta);
2) de Cáncer a Escorpión (cúspide de la cuarta a la cúspide de la octava);
3) Libra a Acuario (cúspide de la séptima a la cúspide de la undécima); y
4) Capricornio a Tauro (cúspide de la décima a la cúspide de la segunda).

De esta manera vemos una “película” del eslabonamiento entre una encarnación y la
siguiente, ya que la línea que conecta a Capricornio con Tauro retrocede al ciclo zodiacal a
través de la décima, undécima, duodécima y primera casas. En realidad nosotros no vamos
repetidamente alrededor de un círculo; nosotros nos desenvolvemos a través de un proceso
espiral de una “octava” a la octava superior; cada “octava” nos trae más y más cerca del
“retorno al Centro” que es nuestro “Edén perdido”; en verdad, nosotros somos reabsorbidos,
en la Conciencia, en nuestro Origen.
Los signos comunes son el aspecto de Sabiduría de los elementos, porque cada
signo común es el noveno desde su signo cardinal inicial. Ahora tracemos en el mándala en
consideración otras cuatro líneas rectas como sigue:

1) De Leo a Sagitario, cúspides de la quinta y novena;
2) de Escorpión a Piscis, cúspides de la octava y duodécima;
3) Acuario a Géminis, cúspides de la undécima y tercera; y
4) Tauro a Virgo, cúspides de la segunda y sexta.

Ahora tenemos la representación de los cuatro elementos, en sus aspectos trinos, los
aspectos de la Seidad, el Amor y la Sabiduría de las dos “expresiones” de Polaridad y las
cuatro “combinaciones” de Género. Aplique esta fórmula a su signo Ascendente y forme
una imagen clara de la “cualidad trina” y la “cualidad de género” de su signo.
Su planeta regente es el significador del enfoque, y expresando la vibración de su
signo Ascendente y su Principio, representa una función básica que usted debe cumplir en
esta encarnación. Sin embargo, usted tiene otro regente que está correlacionado con su
regente planetario: ese es el planeta que “disposita” a su regente; podemos denominar este
planeta como el “regente vibratorio” de su mapa, puesto que es a través de su cualidad
genérica que su regente planetario debe expresarse. (Por supuesto, a menos que el regente
planetario esté en su propio signo de dignificación, en cuyo caso es regente “doble”).
El requisito ambiental para el desenvolvimiento y la realización de las
potencialidades de su personalidad está indicado por la casa en que está colocado su regente
planetario. El estudiante de astrología debe aprender las palabras-clave de cada casa para
que conozca dónde ha de cumplirse progresivamente su “esencia” personal. No importa
adonde vayamos en este plano, llevamos con nosotros nuestro horóscopo entero dentro de
nosotros mismos, por la sencilla razón de que el horóscopo es la representación de nuestra
conciencia y nosotros no podemos escapamos nunca de nuestra conciencia. Nosotros
podemos sin embargo, permanecer establecidos en los requisitos de nuestro regente
planetario si percibimos que cualquier lugar o asociación con cualquier grupo de personas
contiene posibilidades para ejercitar las potencialidades del regente planetario. El hombre
debe utilizar el plano físico. Él no debe ser utilizado por éste; pero se congestionará y se
limitará en él si no establece su conciencia propia representada por la combinación de las
cualidades del signo Ascendente, el regente planetario cualificado por su “dispositor” y su
significación por ubicación en cierta casa.
El diseño astrológico nos demuestra una cosa extraña y maravillosa - la llamada
“base psicológica”: la cúspide de la cuarta casa del mapa natal -. Esta cúspide, desde un
punto de vista oculto, puede estudiarse por la Ley de Causa y Efecto como la significadora
de una condición que enlaza esta encarnación con la pasada - así demostrándonos cómo
podemos fortalecer nuestro sentido de “continuidad” de la encarnación pasada a la
presente-.
Recordemos primeramente, que nosotros encarnamos sin ninguna percepción de lo
que provenimos; el supra-consciente lleva todas nuestras memorias del pasado y la
“revivificación” de estas memorias es lo que nos hace posible relacionarnos
conscientemente con cierto nivel de nuestro ser vibratorio que está íntimamente conectado
con nuestras memorias de progreso logrado en la encarnación pasada. Veamos ahora cómo
puede representarse esto abstractamente como un Principio de Vida:
Un mándala conteniendo solamente las cúspides de la duodécima y primera casas;
coloque el símbolo de Piscis en la duodécima y el símbolo de Aries en la primera; conecte
los dos puntos en la circunferencia por una línea recta. Este es el cuadro esencial del
residuo de ideales irrealizados que hicieron necesaria la presente encarnación. Añada ahora
la vertical inferior - la cúspide de la cuarta casa - y coloque el símbolo de Cáncer en su
cúspide; conecte este punto por líneas rectas con las cúspides de la duodécima y la primera.
La “linea de Aries” es la involución en la presente encarnación al punto donde está
establecida la identidad con la familia y la herencia vibratoria - el sentido de “ocupación de
morada” - y la identificación de relación con la cualidad vibratoria de los padres (la cuarta
cúspide es por supuesto la mitad de la rama completa de los antecesores que para
completarse se extiende a la vertical superior hasta el signo de Capricornio, la cúspide de la
décima casa).
La línea de Piscis en el mándala precedente es la matriz espiritualizada: una de tres
líneas y dos de tres puntos del trino de agua-Cáncer, Escorpión y Piscis. Por lo tanto, puesto
que el primer punto vuelto hacia arriba en el ciclo desde el Ascendente es la cúspide de la
cuarta casa, vemos que la matriz espiritualizada, derivada de lo mejor de nosotros en el
pasado es representada directamente en lo mejor de nuestra herencia vibratoria. Conocer
solamente lo peor de nuestros padres en términos humanos es hacerse intensamente
consciente de lo peor en nosotros mismos porque nosotros encamamos a través de ellos por
las Leyes de Causa y Efecto y de Simpatía Vibratoria. Permanecer establecidos en nuestros
peores sentimientos sobre nosotros mismos como “expresiones” de nuestros padres, es
permanecer congestionados en el pasado negativo. No podemos hacer progreso espiritual y
vibratorio hasta que reconozcamos nuestras potencialidades para el progreso; lograr ese
progreso implica la necesidad de hacernos conscientes de nuestros recursos
espiritualizados.
Ahora traduzca este mándala al concepto de su propio mapa - los signos en las
cúspides de su duodécima, primera y cuarta casas -. A menos que haya la complicación de
intercepciones en ciertos arreglos, los signos en la duodécima y cuarta casas representan
dos aspectos de uno de los cuatro trinos elementales. Un análisis detallado - por el valor
genérico y espiritual - de estos dos signos en relación con el regente del mapa nos da el
cuadro de cómo lo mejor de nuestro pasado debe continuarse en esta encarnación como
“pábulo” para la expresión progresiva y ascendente del regente planetario.
Voltee su mapa natal de modo que la cuarta cúspide aparezca como Ascendente - un
cuarto de vuelta hacia la derecha -. La (aparente) duodécima casa es realmente la tercera
casa del mapa natal y es la novena casa desde la séptima natal - la “novena casa”
representando el “aspecto de Sabiduría” -. Esta es la representación del recurso de sabiduría
desde la última vez que usted encarnó en el sexo físico opuesto a su expresión actual. La
tercera casa del mapa natal es el desenvolvimiento intelectual presente; pero es también
como se ve en el anterior, una clave para comprender algo de lo mejor de su polaridad
complementaria porque refleja una de las “octavas más altas” de usted mismo expresando
el sexo opuesto. Su habilidad de aprender ahora está condicionada y cualificada por su
destilación de sabiduría en encarnaciones pasadas (aprender es, en la mayor parte,
“recordar”) y lo que usted ha “aprendido por la experiencia” en el pasado (Sabiduría) tiene
una conexión directa con sus habilidades mentales presentes.
Así vemos que la cuarta casa del horóscopo natal contiene tanta información
concerniente a lo mejor de nosotros mismos traducidos del pasado al presente. Nosotros nos
atrasamos si ignoramos esta potencialidad; comenzamos el ascenso hacia la madurez
psicológica si la utilizamos.
Las condiciones horoscópicas antes descritas se refieren al mapa individualizado - el
“ustedismo” de su retrato vibratorio -. Pero hay otra manera de aprender a decir “Yo Soy” y
se encuentra en la consideración del hecho de que no importa cual fuere el verdadero
Ascendente y regente planetario, todo horóscopo tiene el diámetro de Aries-Libra en algún
sitio - y Aries, a través de su regencia por el dinámico y expresivo Marte - es la abstracción
de “Yo Soy”. En niveles primitivos de conciencia, el “Yo Soy” de la humanidad es
manifestado en términos de fricción, resistencia, contención, defensa propia y destrucción
de aquello a lo que se teme porque no se comprende. El hombre ha peleado por su
supervivencia - aparentemente contra el mundo, otra gente y condiciones -. Él ha resistido
realmente las exteriorizaciones de su propia ignorancia de los Principios de Vida; él nunca
ha combatido a otras personas, sino que ha luchado contra su temor a ellas, ya que ellas,
“sus enemigos”, nunca son otra cosa que los espejos de sus negativos. Cuando él ama
verdaderamente lo que él es en realidad y su amar es una expresión de ese amor, entonces
sus “enemigos” desaparecen y toda la gente es reconocida como sus amigos hermanos.
Marte, a través de su regencia a Aries es el regente abstracto del horóscopo de la
humanidad. Por medio de esta vibración decimos no solo “Yo Soy”, sino “Yo Estoy
determinado a sobrevivir y perpetuar mi existencia”. La potencialidad de Marte en todo
horóscopo es la “sangre roja” de la conciencia, el sentido vital de Seidad, la masculinidad
esencial de la vibración genérica, la capacidad de vitalizar, de estimular, de impregnar (en
cualquier plano), de contender con degradaciones internas y externas y por último, a través
de sus destilaciones espirituales, es el valor nacido de la fe, la aspiración del Espíritu de
progresar y de vivir en octavas eternamente ascendentes de la conciencia de la Vida Una, el
Amor Uno y la Sabiduría Una.
La significación de la cúspide que lleva a Aries en su mapa demuestra que, sin
tomar en cuenta su sexo físico el cumplimiento de la experiencia exige el ejercicio de la
cualidad masculina genérica más vital; usted debe aprender a ejercitar el valor, debe
desarrollar la confianza propia, encarar sus temores, aprender a comprender el origen de
éstos en su conciencia y dominarlos por medio de las transmutaciones y las expresiones
constructivas; usted debe desarrollar y ejercitar la cualidad básica Marciana de la iniciativa
- respecto del arranque de Aries como primer signo del Horóscopo Abstracto; en este punto
usted debe aprender - y eventualmente aprenderá - lo que significa impelerse a si mismo sin
esperar sugerencias, acicate o estímulo de los otros; a través de la casa que lleva la cúspide
de su Aries usted es el “pajarillo” que salta del nido protector y ejercita su poder de volar;
una vez en el aire y fuera de su nido, él ha de volar o caer a tierra; nadie ni nada puede
mantenerlo en el aire excepto su propia fuerza y su aclimatación al elemento que ha de ser
su campo natural para vivir y moverse.
Como quiera que la cúspide de Aries pueda estar en cualquier sitio de la rueda y la
potencialidad de Marte en cualquier mapa puede ser pequeña o grande en esfera, hay una
posible variedad de infinita “Marcialidad”. Al grado que su Marte esté “congestionado” por
aspectos de cuadraturas o de oposición y al grado que planetas en Aries (dispositados por
Marte) estén congestionados tendrá usted que aprender a ejercitar la virtud del valor como
una expresión de su Sabiduría de Amor interna; pelear no por la resistencia a personas que
usted cree son enemigos, sino pelear sin resistencia por expresiones transmutadas de su
conciencia; permanecer fiel a sus convicciones (si son verídicas) como una expresión de su
integridad y sobre todas las cosas respetar el derecho de otras personas a expresarse de
acuerdo con su recurso vibratorio. Un Marte fuerte e integrado nunca trata de congestionar,
inhibir, limitar o aprisionar el cumplimiento de otro, sino que busca siempre alentar por su
Sabiduría Amorosa la ignición de sus mejores y más finas potencialidades en todos los
planos. La persona que conoce el Valor del Amor y el Valor de la Sabiduría es la que
verdaderamente sabe lo que significa “Yo Soy”; todos nosotros debemos alcanzar tarde o
temprano la conciencia de este sentido espiritualizado de identidad con nuestro Origen -
nuestro Padre-Madre Dios -.

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del libro " Estudios de Astrología III ", de Elman Bacher

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