CAPÍTULO II
EL MÁNDALA ASTROLÓGICO
Un mándala es un diseño abstracto utilizado por el artista creador para la
concentración y la meditación. El mándala pinta la esencia de un concepto artístico;
mediante la meditación sobre éste el artista concentra sus facultades inspiradoras a las
cuales da forma posteriormente por medio de la pintura, la escultura o cualquier medio que
use el artista para su expresión.
El astrólogo es un artista interpretador cuyo mándala esencial es el diseño conocido
comúnmente como el horóscopo natural. Coloque en una rueda, los símbolos de los signos
zodiacales sobre las cúspides en el orden corriente, empezando con Aries en la cúspide del
Ascendente, Tauro en la segunda, etc. Entonces ponga los símbolos del Sol, la Luna y los
planetas en los signos y casas de su dignidad: Marte en Aries, primera casa; Venus en
Tauro y en Libra, segunda y séptima casas; Mercurio en Géminis y Virgo, tercera y sexta
casas; la Luna en Cáncer, cuarta casa; el Sol en Leo, quinta casa; Plutón en Escorpión,
octava casa; Júpiter en Sagitario, novena casa; Saturno en Capricornio, décima casa; Urano
en Acuario, undécima casa; Neptuno en Piscis, duodécima casa.
El autor considera que el diseño resultante de la ubicación de estos símbolos
alrededor de un círculo conteniendo doce secciones iguales, es el mándala más grande
creado por la mente del hombre. Es el símbolo compuesto de la naturaleza vibratoria de la
entidad que llamamos humanidad. El horóscopo calculado para la encamación de cualquier
ser humano es una variación de este mándala; los mismos elementos esenciales se
encuentran en todo horóscopo humano, cualificado en sus cálculos sólo por las
especializaciones de fecha, hora y lugar de nacimiento.
Este “Gran Mándala”, como lo llamaremos, es un símbolo compuesto de tal
magnitud y complejidad que la imaginación se hace vacilante en su contemplación. Es
bueno crear el mándala paso a paso desde su comienzo:
En una hoja de papel en blanco calcule el centro exacto y ponga ahí un punto. Este
punto es el símbolo de la Conciencia que hace posible la manifestación de una galaxia, de
un sistema solar o la encamación de un ser humano. Es el símbolo esencial de la “seidad”
en todos los planos.
Trace un línea vertical a través del punto a todo lo largo del papel; esta línea
representa el principio dinámico, vigorizante de la Naturaleza - el símbolo de la generación
cósmica, la “seidad” en el proceso de tomar forma, el símbolo esencial del sexo masculino-.
Ahora trace levemente una línea horizontal a través del punto a todo lo ancho del papel;
esta línea es el aspecto subjetivo de la “seidad”, el símbolo esencial de la Forma misma, el
principio femenino de la Naturaleza - aquello que es vigorizado o sobre lo cual se actúa -.
El cuadro representa hasta aquí una irradiación desde un punto central - la Conciencia, un
compuesto de los principios dinámicos y subjetivos, las líneas de fuerza esenciales por las
cuales se efectúa la manifestación, el patrón de la cruz que representa el símbolo eterno de
la “seidad objetivada” -. Esta parte del diseño - un abstracto geométrico - puede
denominarse el mándala básico y puede ser utilizado para la meditación por todos los
astrólogos. Él es el esqueleto de toda la estructura horoscópica, la representación de la
Paternidad-Maternidad de Dios y el símbolo esencial del sexo cósmico que resulta en la
manifestación física.
Existe algo indefinido acerca de la apariencia del mándala básico antes descrito; las
líneas desde el punto central pueden extenderse indefinidamente - de este modo, se
transmite una impresión de caos o algo sin forma -. Como quiera que la manifestación
(encarnación) sirve el propósito de la evolución y las fuerzas evolutivas siempre requieren
formas específicas como instrumentos, nosotros ahora damos el siguiente paso para crear
un campo de propósitos evolutivos en nuestro mándala básico.
Con la punta de un compás en el punto descrito, trace, un círculo cuya
circunferencia por supuesto interceptará dos veces las líneas: vertical-dinámica y la
horizontal-subjetiva. Como todos los puntos en la circunferencia de un círculo están
equidistantes del centro, nosotros ahora hemos creado simbólicamente un campo perfecto
designando un instrumento para las fuerzas evolutivas; todos los cuatro sectores del círculo
son iguales en área como los son los hemisferios superiores en inferior y los dos laterales o
verticales.
Borre ahora las líneas leves fuera del círculo, intensifique la circunferencia del
círculo y las líneas vertical y horizontal dentro de éste. El resultado puede denominarse el
“Mándala de la Encarnación”. Su forma es definida - una cosa encerrada en la que pueden
operar ciertas especializaciones de las fuerzas evolutivas -. Este Mándala de la Encarnación
puede usarse como un punto focal para la meditación desde dos puntos de vista:
1) Desde adentro hacia afuera y
2) desde afuera hacia adentro.
El astrólogo debe hacer su habilidad interpretadora de tal flexibilidad que nunca
pierda de vista la significación espiritual de cualquier mapa que estudie.
1) Desde adentro hacia afuera: La Voluntad creadora de Dios expresándose a través
de una manifestación específica para propósitos evolutivos, la espiritualidad esencial de
toda manifestación; la chispa de Dios inherente en la conciencia de todo ser humano
irradiando en todo factor de la experiencia del individuo.
2) Desde afuera hacia adentro: El Amor Divino y la Sabiduría Divina cobijando e
interpretando todo, punto de manifestación; estando la manifestación “encerrada dentro de
los Brazos Divinos y Siempre a la vista de los Ojos Divinos”; el ser humano mira en su
conciencia para buscar la fuente de sus condiciones y los canales para sus mejores
expresiones; él se vuelve hacia adentro para darse cuenta de sus poderes y potencialidades;
su conciencia es reflejada por su condición externa - las irradiaciones desde el Centro - pero
el Centro permanece eternamente el origen de todo lo que él experimenta. La “Vida” de un
horóscopo está dentro de la circunferencia, no fuera de ella; por lo tanto, nosotros no
encontramos nuestras soluciones esenciales fuera de nosotros mismos, sino en nuestra
expresión particular de la Conciencia Eterna y nuestra percepción cada vez más profunda
de ella.
Aunque parece sencillo, el circulo con su división en cuadrantes por dos líneas
rectas es un mándala de enorme complejidad. Si consideramos que el círculo mismo es
activado al ser bisecado por la línea horizontal, los dos hemisferios mismos resultantes de
esta bisección son indiferenciados e inactivados; su activación se hace posible por la línea
vertical.
Cada bisección simboliza el Principio Cósmico de Dualidad - “duo-unicidad” -. Lo
“Dinámico” y “Subjetivo” son atributos inherentes de cualquier parte de cualquier
manifestación. Como tales estas dos palabras en conjunto, son expresadas por la palabra
“sexo” cuando se refieren a la Vida encarnada. El sexo, activado es generación y
regeneración - la progresión de la Vida -. Cualquiera de los dos pares de hemisferios en
contigüidad resulta en el Uno compuesto, ninguno de los cuales puede representar la Vida
funcionando creadoramente sin la ignición “friccional” del otro par. Para la meditación
trace círculos con estas bisecciones representadas individualmente; cada par de hemisferios
puede tomarse como la imagen de una expresión de generación cósmica.
Ahora se le dará abstractamente dimensión adicional a la representación plana, de
dos dimensiones del círculo cuadrado.
El Mándala de la Encarnación es una matriz esencial; pero la encarnación implica la
expresión de esa matriz en forma física. Los términos longitud, altura y fondo son
generalmente tomados como tres expresiones diferentes de dimensión física. Cuando
consideramos que toda manifestación física es tridimensional comprendemos que la
longitud, altura y fondo son tres atributos de una dimensión esencial - la dimensión de la
manifestación física -. Cada uno de los cuatro cuadrantes del Mándala de la Encarnación es
un nivel especializado de Conciencia, y correspondientemente, de experiencias. Como
quiera que la experiencia es reflejada en la dimensión de la manifestación física e
interpretada por la conciencia, le aplicaremos el principio de tres dimensiones en una al
Mándala de la Encarnación.
Desde él centro del círculo o por cuatro diámetros más de polaridad, subdividido
cada cuadrante en tres secciones iguales. Esta acción es la división dúo-décupla de la rueda
que nosotros usamos como las casas ambientales del horóscopo. Las tres dimensiones de
cada sector no son largo, altura y fondo, sino que son en términos de los signos,
dimensiones de conciencia reflejadas por las casas como dimensiones de experiencia.
La dimensión de la primera casa de cada cuadrante (primera, cuarta, séptima y
décima casas) es la declaración del Ser - el “Yo Soy”: Primera casa, yo soy un individuo;
cuarta casa, yo soy un aspecto individual de una entidad llamada grupo de familia o
conciencia de familia; séptima casa, yo soy uno de los dos factores de un patrón de relación
emocional intensamente enfocado; décima casa, yo soy un aspecto individual de la entidad
llamada humanidad -.
La dimensión de la segunda casa de cada cuadrante (segunda, quinta, octava y
undécima casas) es la posesión de recurso emocional por la cual es sostenida la vida de la
casa previa cardinal. Segunda casa, mi vida física es sostenida materialmente por el
ejercicio de mi conciencia de posesión o mayordomía y por intercambio con otras personas;
quinta casa, mi conciencia de familia sostenida por las liberaciones de mi recurso de amor
creador; octava casa, mi conciencia de relación es sostenida por la transmutación de mis
fuerzas de deseo a través del ejercicio de mi conciencia amorosa en intercambio emocional
con mis complementos; undécima casa, mi identidad como un aspecto de la entidad
universal - la humanidad - es sostenida por el ejercicio de mi conciencia amorosa
impersonal, espiritualizada.
La dimensión de la tercera casa de cada cuadrante (la tercera, sexta, novena y
duodécima casas) es la destilación impersonal de las dos casas previas. Tercera casa:
facultades intelectuales por las cuales yo identifico el mundo de las formas; sexta casa, mi
creación expresada como servicio a la vida mediante lo mejor que pueda como trabajador;
novena casa, sabiduría – comprensión espiritual - destilada de la regeneración del deseo a
través de la relación amorosa; casa duodécima, mi conciencia de servir universalmente, mis
redenciones necesitadas de la encarnación anterior que ha impelido la presente, el grado de
conciencia cósmica destilado del cumplimiento perfecto de todas las responsabilidades a
través del amor espiritualizado.
La dimensión trina es expresada con respecto a la rueda en conjunto por los “gran
trinos”; los triángulos equiláteros que se forman conectando las cúspides de: 1) la primera,
quinta y novena casas; 2) la segunda, sexta y décima casas; 3) la tercera, séptima y
undécima casas; y 4) la cuarta, octava y duodécima casas. Estos trinos pertenecen
respectivamente, a los cuatro elementos: 1) Fuego: Espíritu; 2) Tierra: Conciencia de
evaluación de las formas; 3) Aire: Conciencia de identificación y relación; 4) Agua:
Respuesta emocional - el principio de la vibración simpática -.
Se sugiere aquí unos patrones de mándala básicos:
1) Doce ruedas, cada una con los signos en las cúspides en orden, cada una con un
Ascendente diferente; cada uno de estos mándalas puede ser utilizado para la meditación,
en las cruces cardinal, tija y común, en los trinos de fuego, de tierra, de aire y de agua, y los
sectores de fuego-aire y tierra-agua.
2) Mándala planetario ambiental - un principio planetario expresándose a través de
una casa particular - puede encontrarse en diez grupos de doce ruedas cada uno: Cada
grupo pertenece a la ubicación de cada uno de los diez planetas (el Sol, la Luna y ocho
planetas) en cada una de las doce casas, omitiendo la colocación de los signos.
3) Mándalas planetarios vibratorios pueden ser creados por medio de ruedas con los
signos en las cúspides - colocando el planeta bajo consideración en cada uno de los doce
signos y estudiarlo prescindiendo de la ubicación en la casa -.
4) Síntesis de los grupos 2 y 3: Mándalas para la meditación sobre la regencia del
Ascendente: Doce ruedas con los signos en sucesión para cada uno de los diez planetas
como regente del Ascendente - habiendo de colocarse el regente en cada una de las doce
casas -.
5) Elaboración del número 4 en concepto de meditación sobre el regente del
Ascendente por su ubicación por sector: 1) las casas primera, segunda y tercera; 2) las casas
cuarta, quinta y sexta; 3) las casas séptima, octava y novena; 4) las casas décima, undécima
y duodécima.
Pueden extraerse mándalas simples y complejos de cualquier horóscopo natal. He
aquí algunas sugerencias por las cuales el estudiante puede concentrar su habilidad
sintetizante:
1) Tome de un mapa dado todos los planetas dignificados y colóquelos en una rueda
con las posiciones de los signos natales en las cúspides; medite sobre la ubicación de estas
esencias vibratorias concentradas en el sentido de la regencia de sus casas, casa de
ubicación y sector o cuadrante de ubicación.
2) De un mapa natal dado, extraiga cualquier cuadratura u oposición específica y
cualquiera de sus medios regeneradores (un planeta formando un trino o sextil con
cualquiera de los planetas afligidos); medite sobre este mándala desde todo punto de vista
posible que abra su conciencia a las pistas de alivio para el patrón afligido.
3) Se sugiere se extraiga el mándala de Saturno de todo mapa natal estudiado
colocando a Saturno y todos los planetas que lo aspecten en una rueda con los signos en las
cúspides. Interprete a Saturno como el principio del cumplimiento de responsabilidad, y
medite sobre su significación en el mapa desde todos los acercamientos.
4) Los más importantes de todos los mándalas extraídos de un horóscopo natal son
aquellos que pertenecen a la duodécima casa. En conjunto estos dan las pistas para el por
qué y la razón de la encarnación presente. Se sugiere un mándala para ser aplicado a una
rueda con cúspides de signo natal para factor aislado perteneciente a la casa duodécima del
horóscopo natal: signo, casa y sector de ubicación del regente; colocación vibratoria y
ambiental de cada planeta formando aspecto al regente; cada condición concerniente a
cualquier planeta en la duodécima casa y por último, un mándala compuesto de los signos
en la duodécima cúspide y el Ascendente, y la ubicación de sus regentes planetarios.
***
del libro " Estudios de Astrología III ", de Elman Bacher
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