jueves, 7 de marzo de 2013

EL PLANETA MERCURIO- PARTE I


CAPÍTULO VII


EL PLANETA MERCURIO- PARTE I

La facultad del intelecto por medio de la cual interpretamos, identificamos,
clasificamos, juzgamos y evaluamos las cosas de la Tierra se le atribuve
simbólicamente al planeta Mercurio. Mercurio representa, como Principio de la
identificación, el “dar nombres”. la “creación de palabras”, y la objetivación de los
pensamientos en palabras habladas y escritas. Es el símbolo de la comunicación y
la percepción conscientes. Es nuestra conciencia cuando estamos libres de
congestión emocional o perturbaciones del sentimiento subconsciente.

La substancia que llamamos Mercurio es pesada, pero sin embargo es de cualidad
licuescente; nuestros pensamientos, cuando están desorganizados o desenfocados
son también licuescentes, pasajeros, saliendo rápidamente de una impresión a otra,
de “arriba abajo”, “si-y-no” “ya caliente ya- fria”, Sin embargo, cuando nuestros
patrones de pensamiento están organizados, tenemos la facultad de decidir
definitivamente e incorporarlos en una especie de exteriorización concreta,
definida, en palabras aisladas o en sus extensiones en oraciones.

Esta exteriorización es lo que nosotros llamamos “lenguaje” - la facultad
universal de la incorporación del pensamiento. La licuescencia de Mercurio se ve
en las muchas maneras por las cuales puede identificarse una cosa específica; su
precisión se observa en la “solidez” conque es identificada en una palabra u oración
específicas.

Mercurio identifica lo abstracto asi como lo concreto. Es por medio de Mercurio
que nosotros comprendemos lo concreto; pero es por medio de otras facultades
planetarias que entendemos lo abstracto. Mercurio, sin embargo, es la raíz básica de
nuestro desenvolvimiento de comprensión desde lo más literal de lo concreto hasta
lo más intangible de lo abstracto. Analicemos el símbolo planetario; Una cruz
(materia, manifestación, estructura, lo concreto, encarnación) y sobre ella un
circulo (perfección, terminación) que a la vez tiene sobre sí un semicírculo vuelto
hacia arriba (semicírculo: Instrumentación, reciprocidad de instrucción o
inspiración). Sintetizando estos factores simbólicos, vemos que por el ejercicio de
la facultad de Mecurio aprendemos acerca de los principios de vida a través de la
expresión de éstos en la región quimica del universo. Este símbolo puede llamarse
“Venus con los cuernos de la Sabiduria”, y la dignidad aérea de Mercurio.
-Géminis, es el signo de la novena casa (octava de la Sabiduría) de la Libra de
Venus.

Se nos dice que los Señores de Venus y los Señores de Mercurio fueron los
Maestros que instruyeron a la Humanidad naciente, en los principios de lenguaje,
artes y oficios, y las ciencias, por las cuales la Humanidad aprendió a funcionar con
eficacia siempre creciente en el mundo material. En resumen, Mercurio es el
eslabón (mensajero) entre los dioses (principios) y la humanidad. Es por medio de
Mercurio que nosotros aprendemos, primero la naturaleza objetiva la cualidad de
las cosas y luego la conciencia de los principios abre nuestra conciencia a la
realidad subjetiva; en ambas octavas estamos aprendiendo, pero en la primera
nosotros integramos por medio de la identificación; en la segunda conocemos a
través de la experiencia que da la Comprensión.

Como quiera que el símbolo de Venus esta incluido en el símbolo de Mercurio,
puede presumirse que todas las expresiones artísticas de la humanidad fueron
fundadas a través del deseo de comunicación. El semicírculo vuelto hacia arriba
que Mercurio tiene en común con Neptuno, representa una forma microcósmica de
la instrumentación la cual es una de las significaciones principales de Neptuno.

Primitivamente, el hombre pinta un pequeño cuadro de algo para comunicar su
pensamiento sobre éste a otra persona. Desde ese nivel él desarrolla una serie de
símbolos para comunicar sus “imágenes de pensamiento” – ideogramas, letras y sus
combinaciones en palabras, y de éstas a oraciones. La expresión que la humanidad
da de los conceptos, realizaciones, sueños y aspiraciones del hombre - destilados de
la experiencia evolutiva - es lo que nosotros llamamos las BELLAS ARTES; ellas
son todas, sin hacer caso de materiales y técnicas, la facultad de Mercurio
extendida por Venus-Neptuno como comunicaciones simbólicas de los recursos de
la conciencia.

No todos comprenden una pintura, una pieza musical, un poema o una escultura;
aquellos que las comprenden, están simpáticamente armonizados con la conciencia
del artista. Sin embargo, todo el que posee un grado normal de mentalidad puede
comprender el “simbolismo relativamente literal” del lenguaje y expresarse - por él
- por lo menos en palabra.

Todos hemos aprendido a hablar, en toda encarnación, desde el principio; lo
hacemos y lo aprendemos instintivamente. Este instinto está simbolizado por la
región de la vibracíón de la Luna, aquello que nosotros conocemos o aprendemos a
través de la facultad de la memoria subconsciente. Así es que el habla se ve que es
tan instintivamente natural como el andar o el dormir. La lectura y la escritura, no
obstante, son extensiones de la Luna a través de Mercurio. La mente consciente
debe entrenarse para comprender la técnica de los símbolos representada por el
lenguaje particular conque uno nace. Usted aprendió inglés en su niñez, pero puede
ser que no haya sabido inglés en ninguna encarnación previa. Usted aprendió a
hablar en inglés por imitación instintiva de aquellos que le rodeaban, como
recapitulación de una facultad que usted ha ejercitado en todas sus encarnaciones;
pero puede ser que sólo dentro la esfera del pasado relativamente reciente que usted
adquiriese fluidez en la palabra escrita y puede ser que el inglés, su idioma
vernáculo, sea el único que usted tenga ahora la habilidad de leer o escribir.

Una ilustración relevante de la “edad adulta” de Mercurio se observa en el talento
natural de aprender a hablar, leer; o escribir en otros idiomas. La posesión de este
talento es evidencia que la persona ha ejercitado sus potencialidades de Mercurio
durante muchas encarnaciones; su mente ha adquirido una receptividad por medio
de la cual ella puede comprender una variedad de técnicas de los símbolos; y la
comprensión de vocabulario, gramática, etc., se ha convertido en una facultad
especializada que está integrada en la conciencia. La “mercurialidad” de Mercurio
no está mejor ilustrada en ningún otro sitio que en la “magia” que ocurre en la
conciencia de una persona hacia otras personas cuando aprende a comunicarse en el
lenguaje de éstas - o cuando ellas se comunican con la persona en su idioma. El
“espacio psicológico” que tiende a existir entre personas que son extrañas entre sí.
Es por lo tanto, hasta cierto punto desintegrado y un sentido de “mutua
mancomunidad” toma su lugar. De “Mercurio como palabra”, nosotros pasamos a
“números”, luego a símbolos abstractos. En estas tres etapas, la mente consciente se
ejercita en tres niveles específicos, siendo los dos primeros los canales más
concretos y directos para aprender.

Cada planeta tiene ciertamente su efecto específico en las facultades mentales,
pero además de Mercurio, otros tres planetas, aluden específicamente a “octavas
mentales”, Estos son la Luna, Neptuno y Júpiter. La Luna, regente de Cáncer, es la
“mente instintiva”; por medio de esta octava nosotros pensamos a través de
“patrones heredados”, “pensamos como piensa la tribu”, pensamos a través del
sentimiento, el temor, el deseo, el prejuicio y patrones de seguridad instintivos.

Mercurio es nuestra “elección y selección individuales”, “el pensamiento libre de
congestiones de sentimiento o negativos subconscientes”. Neptuno es la mente
psíquica, la mente telepática y esa parte del proceso mental por la cual nos
convertimos en instrumentos. Júpiter es la “mente de la moralidad”, es el
“pensamiento elevado al nivel de concepto”, decisión que no está basada
exactamente en la consciencia sino en la comprensión de principios.

A través de Mercurio aprendemos por el estudio y la observación - por medio de
Júpiter aprendemos por la experiencia de la cual destilamos mejoramiento y
crecimiento. Estos cuatro símbolos planetarios comprenden el semicírculo que es el
símbolo de la Luna; Júpiter es “la Luna puesta sobre la cruz de la encarnación”;
Mercurio y Neptuno tienen el semicírculo vuelto hacia arriba, pero el símbolo de
Neptuno no utiliza la cruz -es el símbolo puro del “cáliz”, “producto perfecto”,
“receptividad fundada en la fe” y es el símbolo de la facultad de la octava superior
que nosotros llamamos instrumentación.

Le atribuimos a Mercurio la regencia de dos signos comunes; Géminis y Virgo,
de Aire y de Tierra respectivamente. Como regente de Géminis, Mercurio está
exaltado (maduro) en Virgo porque el conocimiento se madura al usarse; el
conocimiento, como tal, permanece en su “niñez” si no es proyectado o expresado
para la marcha hacia adelante de la encarnación. Sólo a través del conocimiento
pueden realizarse el servicio y mejorarse los asuntos materiales. Todo lo que es
“rectamente conocido”, puede ser “usado rectamente”; la ignorancia es el camino
hacia el “mal uso” y la corrupción del servicio, Mercurio es la más plástica de todas
las vibraciones planetarias, Se entiende por esto que “él” es más fácilmente
afectado o cualificado por el signo en que se encuentre. Ambos signos de su
dignidad son signos comunes: uno (Géminis) es hembra-masculino, el otro (Virgo)
es varón- femenino, Mercurio, como intelecto, no es emocional, es neutro, en
cuanto a género concierne.

Por la regencia del signo, el es la raíz de patrones de relación fraternales y la
androginia de su naturaleza se revela claramente en la naturaleza de Urano, regente
del signo de la novena casa de Géminis, el cual es el símbolo de la bipolaridad
creadora. El intelecto es también una facultad bipolar porque ambos sexos deben
ejercitarla en toda encarnación, Esta facultad, en cuanto a “cualidad genérica”
concierne, no es masculina ni femenina, pero tampoco es peculiar a uno u otro. Una
de las evidencias de la fusión de polaridad es el desarrollo y ejercicio de intelecto
por seres humanos encarnados como mujeres: así como el cultivo de las simpatías
representa un perfeccionamiento de la naturaleza de los varones, La mente debe
entrenarse para la coordinación y la expresión de los poderes de la emoción, el
sentimiento y el deseo en todas las octavas evolutivas.

Mercurio representa, como facultad de la razón, la raíz en la conciencia por
medio de la cual se aprende la Ley de Causa y Efecto. La mente consciente observa
el mundo material, de ahí que se desarrolle una conciencia de la exteriorización de
causas internas. En la mitología el alípe de Mercurio era el mensajero de los dioses
para la humanidad. “Los dioses” es simplemente una forma simbólica de referirse a
los principios de vida. Cuando la humanidad emerge de una pura reacción de
sentimiento hacia la vida y la experiencia. él limpia el camino para desplegar su
conciencia del mundo material y de los principios que éste expresa y por medio de
los cuales funciona. El hombre aprende sobre una acción cuando percibe su efecto;
de eso, él aprende acerca de su propia conciencia como fuente de todas sus
acciones y expresiones. La persona irrazonable - si uno pudiera serlo
completamente - es así porque rehusa descubrir su conciencia a la voz de Mercurio,
si no se estudia a sí mismo en la relación sobre los efectos que él ha causado.
Él no estudia las cosas y las otras personas como manifestaciones de la ley, por lo
tanto, él no se integra en la forma, é permanece en un torbellino desenfocado de
reacción de sentimiento; sin control, sin patrón, sin dirección. Las cuadraturas
planetarias a Mercurio representan la potencialidad de la persona para ser
irrazonable. Tenga esto en mente cuando analice un mapa - es muy importante.
Mercurio es el medio por el cual aprendemos a desintegrar congestiones y realizar
ideales.

Un punto psicológico que puede ser de interés: Cuando el Virgo de Mercurio está
en el Ascendente, su otra dignidad está (generalmente) en el Medio Cielo. La
introversión que es tan frecuentemente atribuida a Virgo en el Ascendente se
representa aqui: El desarrollo propio es el foco de la realización de la ambición.
Las complejidades de la personalidad de Virgo en el Ascendente y Piscis en el
Ascendente (Virgo y Piscis son los últimos de los signos de los semicírculos
inferiores y superiores) son representadas por la polaridad de Capricornio-Cáncer
sincronizando con la quinta y undécima casas – las casas del amor creador.
Siempre que Capricornio-Cáncer estén enfocados en la quinta casa, vemos la
potencialidad del amor mezclada con la conciencia genealógica y estas personas
están muy propensas a tener complejos emocionales de naturaleza kármica en las
relaciones con sus padres.

Mercurio, voluble e impresionable, está a la merced de “exceso de acción”,
“exceso de fijeza” y “exceso de adaptabilidad”, Como este planeta rige los dos
signos comunes básicos, su potencialidad para la integración está mayormente
cualificada por las condiciones dinámicas o estáticas relativas del mapa en
conjunto. Géminis y Virgo inicia cada uno un cuadrante zodiacal, por lo tanto ellos
inician un cuadrante de casas que sumadas hacen un semicírculo completo de casas
o un diámetro completo de la rueda. Por lo tanto, cualquier aspecto de congestión o
de fricción a Mercurio tiene el efecto directo de impedir la habilidad de la persona
para aprender de las experiencias representadas por esos dos cuadrantes - donde
quiera que estén colocados en el mapa. La ubicación particular de Mercurio, como
“focalizador” de las vibraciones de Géminis- Virgo indica el departamento de
experiencia que provee el ejercicio de las facultades mentales hacia la
“rehabilitación” de discordancias y la coordinación de la mente con el sentimiento.
El signo en que está Mercurio identifica este “colorido genérico” particular -
expresivo / dinámico o reflexivo / absorbente. Un factor sumamente importante en
el análisis de los patrones de Mercurio se encuentra en el planeta que rige el signo
de la colocación de Mercurio. Este planeta es el “dispositor” de Mercurio y tiene
mucho que ver sobre la forma en que la persona desarrolla –o deja de desarrollarsu
facultad “razonable”. “La mente contra la emoción” está representada por un
Mercurio descongestionado “dispositado” por un planeta congestionado. Las
congestiones que implican al “dispositor” representan -por supuesto-, problemas
que son encendidos por reacciones emocionales negativas - hacia otras personas,
eventos, etc. La claridad de Mercurio, descongestionado, le hace a la persona
relativamente fácil aprender de su experiencia y de ejercitar control razonable de
sus emociones y reacciones de sentimiento.

Usted puede estar seguro de una cosa si Mercurio y su “dispositor” están
descongestionados, no importa que otras dificultades puedan estar representadas en
el mapa, la persona tiene una habilidad e impulso naturales de aprender
prácticamente cómo realizar sus ideales y cumplir sus más intensos impulsos sin
considerar cuáles son los ideales o qué es lo que él en su conciencia llama
“realización” o “éxito”. Su ideal puede ser abundancia financiera, popularidad y
admiración. realización profesional de un talento, poder sobre otras personas;
puede ser una de tantas cosas, pero la claridad de Mercurio descongestionado - por
ambos, aspecto y vibración - le permite ver claramente el camino hacia la
realización de su sueño.

Un Mercurio congestionado con un “dispositor” descongestionado promete la
desintegración de una congestión mental si el principio del “dispositor” es ejercido
en relación con los problemas de Mercurio. Las “virtudes” del “dispositor”
planetario son los “medios alquímicos” por los cuales esa cualidad particular
genérica de Mercurio puede ser “purificada” y las cualidades mentales armonizadas
y organizadas. Cualquier aspecto planetario a Mercurio es mejor que ningún
aspecto en absoluto, porque todo aspecto es una “canalización” para el
entrenamiento de las facultades de Mercurio.

Mercurio, en signo cardinal fijo o común debe sintetizarse con la cruz que está
más fuertemente acentuada en el mapa, porque, por ejemplo un Mercurio cardinal o
común puede servir como un neutralizador muy efectivo de muchos planetas en
signos fijos – y así sucesivamente. El Mercurio cardinal acentúa la expresión,
Mercurio fijo acentúa la retención, y el Mercurio común acentúa la adaptabilidad.


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del libro " Estudios de Astrología I ", de Elman Bacher

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