jueves, 21 de marzo de 2013

PATRONES DE NEPTUNO - LA DUODÉCIMA CASA


CAPITULO VI

PATRONES DE NEPTUNO - LA DUODÉCIMA CASA

La casa duodécima del horóscopo forma el patrón de experiencia esencial
de la vibración y función de Neptuno. Cuando consideramos una rueda en
blanco vemos que esta casa está colocada al final de un ciclo de desarrollo;
como la Vida es un proceso continuo por encarnaciones, esta casa además "tiene
asiento detrás de la primera casa". (La primera casa es por supuesto, el primer
aliento de la siguiente fase o ciclo, de progresión. En este "asiento" se puede
tomar la duodécima casa como el símbolo de la "carga de pecado" que el viajero
debe cargar por un tiempo mientras sigue su jornada por el Sendero. La
redención de este "pecado" es lo que impele a la persona a reencarnar otra vez
para un nuevo ciclo de experiencia. La duodécima casa es el símbolo astrológico
de la frase bíblica "pecado original"; cada persona trae la memoria de su propio
pecado -o falta de regeneración- de su existencia previa. En relación con la
rueda en conjunto la duodécima casa representa el "residuo acumulado" de un
ciclo de experiencia; en relación con la primera casa, representa la esencia de lo
que está aún por regenerarse mediante el ajuste de la conciencia individual a la
Cósmica - a través de la experiencia subsiguiente.
Nosotros utilizamos durante cualquier encarnación particular, las
vibraciones planetarias como "instrumentos" para nuestro desarrollo. Los
aspectos planetarios de fricción representan nuestras lecciones necesitadas en el
uso - de nuestras facultades - ellas son el medio de la vida para "alertarnos" a las
necesidades para el desarrollo. La duodécima casa indica esencialmente lo que
nosotros fuimos como personalidades en el pasado. Nos relata la historia de
cómo consideramos la vida la vez anterior y hasta qué punto tratamos
subconscientemente de vivir esta encarnación en las condiciones de lo que
fuimos en el pasado. Este cuadro, cuando la duodécima casa está ocupada o su
regente "atado" por aspectos de fricción o aspectos gravitacionales, puede
tomarse como una pista explicativa de la forma en que mucha gente tiende a
vivir en sentido de retroceso.
Ellos pasan por las fases físicas progresivas de la niñez, la adolescencia y
la madurez, como todos los demás, pero las intensas imágenes de la memoria del
pasado les hacen casi imposible expresarse y comprender sus experiencias en el
sentido de lo que está representado por su signo Ascendente - el presente.
Consideramos desde ese punto de vista, los diferentes tipos de patrones del
Ascendente en la duodécima casa para su aplicación a los diferentes horóscopos.

PATRON I: El mismo signo de la duodécima cúspide y el Ascendente; el
signo subsiguiente en la segunda cúspide. Esto es análogo a dejar al estudiante
en el mismo grado en la escuela.
Significa que la persona está continuando en esta encarnación una fase de
experiencia relacionada directamente con su punto de vista del pasado; sugiere
que la persona estuvo desencarnada por un tiempo relativamente corto - ella
vuelve exactamente a lo que era; se convierte en su propio enemigo secreto
según el grado de aflicción del regente del mapa- puesto que ese planeta rige
también su duodécima casa; por medio de este patrón la Vida le dice a la
persona: "Te daré otra oportunidad para hacer el bien".

PATRON II: Es lo mismo que el Patrón I excepto que el signo
subsiguiente está interceptado en la primera casa: Esto sugiere que la persona ha
estado fuera de encarnación por un tiempo más largo que el usual; ella necesita
establecer su vínculo con las condiciones del pasado, viviendo parte de esta
encarnación en concepto del pasado para hacerse consciente por la experiencia
objetiva de sus potencialidades para la propia ruina y así reconocer su necesidad
de regeneración y "reorientación"; el signo interceptado en la primera casa es el
compañero de viaje que se ha ido adelante, pero que espera tranquilamente a
orillas del camino para que la persona del Ascendente lo alcance. Cuando las
experiencias que reflejan conciencia de la vida pasada han sido experimentadas
y la persona conducida a una aparente detención en su desarrollo, la conciencia
del signo interceptado es traída a la atención de la persona para ponerla alerta de
la progresión; el signo interceptado exclama: "¡Hola - me alegro que por fin me
hayas encontrado; dame la mano y vámonos!" Si se encuentra un planeta en el
signo interceptado estudie cuidadosamente su cualidad y aspecto; puesto que los
"planetas son gente" este planeta describirá el tipo de gente que reflejará las
cualidades de "progresión" de la persona. Este patrón "promete progreso" en
esta encarnación - la "atracción del pasado" puede ser trascendida; si el signo
interceptado no está ocupado, su regente por posición y aspecto, servirá para
describir al "compañero que espera adelante".

PATRON III: La duodécima casa conteniendo un signo interceptado: Una
combinación muy compleja de "memorias"; planetas en cualquiera de los dos
signos de la duodécima casa objetivarán las condiciones pasadas; según la
intensidad de sus aspectos de fricción o de gravitación la persona afrontará a
través de la experiencia del dolor sus "flores del mal"- las semillas de las cuales
pueden haber sido sembradas aún antes de la última encarnación. Este patrón es
"pago vencido y no satisfecho"; es de la naturaleza de una "notificación de
desahucio" la cuenta Irredimida en esta encarnación tiene que ser saldada en un
ciclo futuro de experiencia.

PATRON VI: El mismo signo en las cúspides undécima y duodécima:
Esto, en cualquier "nivel de la espiral", eslabona la potencialidad para la propia
ruina secreta con las áreas de conciencia irredimidas concernientes a la relación
en general.
La casa undécima en relación a un ciclo es el punto culminante de la
conciencia de relación; nosotros la llamamos la "casa de los amigos" porque la
amistad es la esencia del Amor destilado a través del cumplimiento de toda
experiencia de relación en un ciclo dado. Los aspecto" irredimidos al regente
planetario de estas casas -o si no está afligido, a su "dispositor" planetario
indican cómo tiende la persona a "bloquearse a sí misma" en la conciencia de los
patrones de relación fraternal, paternal o maternal, y marital revelará el tipo de
experiencia que más necesita la persona para trabajar en el cumplimiento de su
ciclo por el Amor. Este patrón es también de la naturaleza del "día de pago",
puesto que la undécima casa es un punto culminante en el ciclo.

PATRON V: Aspecto afligido al regente de la duodécima casa - sin
intercepciones: Indica por qué, qué, cómo, y a través de quién la persona expresa
su pasado irredimido en términos de la marcha progresiva de esta encarnación;
esto es una "advertencia del pasado" y el estímulo fuerte y crítico del planeta
puede "atraer al nativo a su inconsciente", pero la regeneración del patrón por
los elementos constructivos en el mapa aseguran la progresión directa.

PATRON VI: Un planeta en la duodécima casa, pero en el signo
Ascendente: Este es el patrón de la más pura marcha progresiva de todos los
patrones de la casa duodécima. Hay algo "secreto" acerca de la expresión
ambiental de este planeta, pero debido a su posición en el signo Ascendente la
persona tiende a expresar la vibración automáticamente en términos de la
conciencia de su personalidad presente. Las fuerzas no regeneradas que actúan
sobre o a través de este planeta pueden por supuesto ser "reorientadas" en el
concepto del bien esencial propio del planeta; otro medio de "reorientación" está
asegurado por la cualidad regeneradora o aspectos del regente del mapa en tanto
que él "disposita" al planeta de la duodécima casa y es el foco para la expresión
y el cumplimiento de la personalidad en esta encarnación. Los aspectos afligidos
del planeta de la duodécima casa y los patrones de aflicciones relacionados con
la casa que él rige indican condiciones y relaciones de las cuales la persona trata
de pensar subconscientemente como "enemigos" porque enfocados a través de
su signo Ascendente, ellos "retan su progresión"; ella tiene que utilizar los
poderes vibratorios de su actual Ascendente para redimir o transmutar esas
condiciones.

PATRON VII: La primera casa desocupada, el regente del horóscopo en
la duodécima casa y en el signo de la duodécima: Los aspectos afligidos al
regente en este patrón representan ajustes kármicos pendientes de hacerse a
través de condiciones ambientales de limitación y reclusión; los aspectos
regeneradores indican las potencialidades para el florecimiento de las cualidades
de la personalidad en trabajos o actividades relacionados con los enfermos 6o
reclusos o los "general-mente infortunados"; es una adhesión al pasado - la
persona no está preparada aún para establecer una expresión de la personalidad
en la marcha progresiva; semejante persona parece haber nacido "antes de sus
contemporáneos" - ella no es "moderna" en sus puntos de vista.
Ciertas elaboraciones de este patrón pueden indicar que la persona siendo
muy agraciada en alguna forma exprese en el mundo moderno "algo maravilloso
de una época pasada" - ella vive en el mundo de "ahora", pero simboliza el
mundo de aquel "entonces".

PATRON VIII: El regente de la duodécima casa en el signo Ascendente,
primera casa, o interceptado en la primera casa: "Esta es la contestación de la
astrología que no" - a la enseñanza que las condiciones ambientales tempranas
son la causa básica de dificultades posteriores. Por esta posición del regente de
la duodécima casa las influencias ambientales tempranas se ven como efectos
del pasado irredimido. El nativo encarna a través de ciertos padres, en cierto
lugar, y vive bajo ciertas condiciones en su niñez porque un área irredimida de
su conciencia necesita esa clase de comienzo para su progreso en esta
encarnación. Los "malos recuerdos" son objetivados inmediatamente en el
principio de la vida; analizando el mapa por la aplicación de "causa y efecto"
dará una pista sobre la razón interna del nativo para encarnar bajo esas
circunstancias particulares. Este patrón es "los secretos sacados a la clara luz del
día" - si la casa duodécima está desocupada el karma secreto es exteriorizado en
la niñez del nativo, por los efectos combinados de la vida temprana en el hogar.
sus alrededores y sus compañeros. Las influencias nocivas que tienen la
apariencia de "desviar al nativo" son simplemente las objetiva-ciones de la
superficie de su subconsciente; este patrón puede apuntar hacia una actitud de
maldad deliberada en el pasado - de tal naturaleza que el nativo es atraído a la
misma clase de cuadro tan temprano en esta encarnación que él no tiene el poder
o la inteligencia de combatir la mala influencia - él simplemente "cae en ella".

PATRON IX: (cíclico): Cualesquiera dos casas adyacentes cubiertas por
el mismo signo, por lo tanto regidas por el mismo planeta: Este patrón
dondequiera que esté ubicado en el mapa con lleva el principio del "presente en
términos del pasado". Cualquier signo del zodíaco puede ser de la casa
duodécima, cualquier signo puede ser Ascendente. El patrón cíclico de la casa
duodécima en relación con el Ascendente puede describirse así: Esa área de
conciencia irredimida que impele a la reencarnación; el patrón cíclico del
Ascendente en relación con la duodécima casa puede describirse como: El
medio progresivo a través del cual el karma no regenerado es redimido por la
reencarnación. Como patrón compuesto de símbolo Cósmico las frases antes
referidas pueden ser aplicadas a cualquier parte del mapa que muestre un
encadenamiento del pasado con el presente.
Con respecto al Patrón IX podemos decir que la casa con el grado más
alto en la cúspide representa el departamento de vida que debe ser cumplido por
esa vibración planetaria particular en esta encarnación; la casa con el grado más
bajo (la previa) representa una experiencia de relación que aún espera su
cumplimiento o regeneración. Puesto que la tercera, quinta, séptima, novena y
undécima casas, son las casas de los patrones de relación progresivos (la cuarta
y décima siendo las casas de los padres) nosotros podemos determinar -en el
Patrón IX qué es lo que en el pasado ha impelido la presente relación o cómo su
relación establecida en el pasado ha de ser cumplida en esta encarnación.
Mercurio, Venus y Mane rigen normalmente dos signos cada uno; implicados en
el Patrón IX ellos por supuesto, extienden su influencia a una tercera casa que
sirve para "completar su cuadro"; los otros planetas normalmente rigiendo una
casa, pueden en el Patrón IX, regir dos.

PATRON X: (cíclico): El planeta en la casa que rige, pero en el signo
siguiente: En este patrón vemos la "relación de la duodécima casa al
Ascendente" expresada en términos de la vibración propia del planeta, no por la
posición en la casa. Si el planeta tiene un aspecto afligido la indicación es que
la expresión continua de la vibración del signo de su cúspide "ata a la persona al
pasado afligido" y asegura el agotamiento de la expresión constructiva o
regeneradora. La indicación ambiental o modo de expresión es la misma ahora
que en el pasado, pero esta encarnación exige expresión por medio de vibración
planetaria progresiva; la última por supuesto, se refiere al planeta que
"disposita" al planeta concernido. Este patrón es potencialmente muy progresivo
puesto que la persona, por experiencia pasada está acostumbrada a expresar al
planeta en esa casa particular. Puede indicar además una gran posibilidad que el
ambiente temprano o influencia de los padres puede inclinarse a acentuar la
expresión del signo de la cúspide; los padres en este caso, representan la
"atracción del pasado". El patrón exige que el nativo ejerza la expresión de su
propia personalidad e integridad para progresar por sí mismo en ese
departamento de su vida.
Todos los patrones son variaciones de la aseveración: "-Y El asumió la
semejanza de un hombre"; la "redención del mundo" (la conciencia no
regenerada que debe redimirse por la experiencia en la encarnación) por el
Espíritu (aquellos niveles de conciencia que han sido ajustados a la verdad).
Estudiemos nuestros horóscopos con la renovada conciencia que cada diseño
estelar nos demuestra el cuadro -en todas las fases de nuestra vida- de por qué
nacimos y cómo, por la regeneración, nosotros podemos alcanzar el "segundo
nacimiento" que es la trascendencia del pasado.

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del libro "Estudios de Astrología II", Elman Bacher 

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