ASTROLOGÍA DE LUZ BLANCA
La esencia del servicio espiritual de cualquier clase es efectuada por la persona que
transmuta las áreas negativas de su propio subconsciente, fortalece y disciplina sus
facultades mentales, mantiene su conciencia del corazón animada con el poder del amor y
busca siempre percibir lo mejor en los otros. La percepción del bien verdadero o del bien
potencial en los otros es una ignición que tarde o temprano hace posible la expresión de ese
bien. La esencia del progreso evolutivo es la conciencia siempre en desarrollo del Bien;
nosotros como individuos contribuimos al progreso de la raza en conjunto cuando, por
medio de la conciencia regenerada, podemos alertar a otros al reconocimiento de sus más
altas potencialidades para la realización de talentos y habilidades, la salud, el amor y el
éxito en cualquier campo de actividad.
El término “luz blanca” es una expresión simbólica de esta conciencia. El blanco es
el compuesto de todas las refracciones del color; en su forma más pura representa el
símbolo de la vibración de la conciencia que está centrada en Dios. Las refracciones de la
luz blanca pueden mencionarse o considerarse como cualidades anímicas, correspondiendo
espiritualmente con las variaciones encontradas en los espectros de los colores. Cada uno
de estos colores manifiesta el principio de la diversidad como una expresión de unidad, en
que cada cualidad tiene sus esferas vibratorias desde los aspectos irredimidos más
primitivos a los más regenerados y altamente espiritualizados. Mientras mayor grado de
pureza de los compuestos blancos luminosos, mejores expresiones vibratorias visuales
como símbolo de conciencia perfeccionada.
El astrólogo, en su estudio de horóscopos de seres humanos, está en realidad
estudiando, analizando, sintetizando e interpretando patrones vibratorios de cualidades
anímicas que representan todas las posibles esferas de desarrollo y su reflexión en el mundo
de las formas, como patrones de experiencia. La conciencia artística del pintor por ejemplo,
es reflejada por lo que aparece en sus lienzos; la del músico se manifiesta por lo que brota
de su instrumento.
El astrólogo, que también es un artista interpretador, expresa su conciencia por la
manera en que interpreta los horóscopos de otros; los horóscopos son sus instrumentos -
correspondientes al pincel, los colores y el lienzo del pintor, y al violín del músico -. La
conciencia del bien, del astrólogo, corresponde al compuesto de las percepciones artísticas
del interpretador estético. La inspiración es la ignición de todas las conciencias que están
ajustadas a la verdad y a la belleza; para el astrólogo, esta ignición se hace posible cuando
él carga su conciencia con el deseo de interpretar el horóscopo de acuerdo con lo mejor de
todas sus potencialidades. Esto significa que él hace de su meta interpretativa fundamental
la de alertar al cliente hada el reconocimiento de lo mejor y más fino de los tonos y colores
anímicos de este último.
La impersonalidad del servicio del astrólogo hace imperativo que cuando él está en
su labor eleve su conciencia de los patrones degradantes de sentimiento y emoción
personales. Sugerimos como técnica preparatoria para desarrollar esta facultad, la
meditación sobre el mándala siguiente: un círculo en blanco, pero con un punto redondo en
el centro exacto. Este mándala es la representación impersonal más perfecta que puede
hacerse del horóscopo. No transmite patrón de experiencia, patrón emocional, ni tampoco
fricción, pena ni dificultad. El punto en el centro puede representar el propósito de la tarea
del astrólogo. Es de un solo punto, condensado e indiferenciado. Ese propósito ha de ser
una fuente de iluminación espiritual para el cliente y cuando se enfoca y se concentra la
meditación misma sobre ese propósito las degradaciones personales se desvanecen de la
conciencia del astrólogo. De esta manera, el astrólogo se hace “luz blanca”, su siguiente
paso es hacer “luz blanca” a su cliente. Él lo hace añadiendo al mándala mencionado los
diámetros vertical y horizontal; el resultado es el retrato más abstracto e impersonal que
puede hacerse de un ser humano. Este mándala es un cuadro compuesto de la conciencia
espiritual - el punto central; el estado de encarnación física es la cruz formada por las líneas
rectas, y la envoltura del círculo perfecto es el poder divino, el amor divino y la sabiduría
divina. El mándala representa a un ser humano que está consciente de su origen espiritual y
de la espiritualidad de la encarnación. La conciencia de luz blanca del astrólogo hacia el
cliente se despliega mediante la meditación sobre este cuadro.
El siguiente paso en el desarrollo de conciencia de luz blanca es que el astrólogo
agregue los otros diámetros al mándala en referencia, completando así la rueda horoscópica
dúo-décupla. El mándala presenta ahora el cuadro del cliente como sujeto a los mismos
patrones generales de experiencia y relación que son comunes a todos los demás seres
humanos. Estas doce “casas” son los “cuartos” de la casa en que vive durante la
encarnación la entidad Humanidad. Cada una es tan necesaria como todas las otras, cada
una tiene su significación particularizada en la experiencia, y cada una es un taller para la
creación de mayor bien en todos los planos de expresión y realización humanos.
El mándala tal como aparece ahora, es el patrón esencial de todos los horóscopos.
La meditación sobre él, como una representación de la vida humana, puede hacerse por
todos los astrólogos de modo que la realización del propósito evolutivo en la vida humana
pueda hacerse más honda y más clara cada día. Todo horóscopo percibido como una
“expresión de variación” de su mándala tiene mucho mejor oportunidad de ser interpretado
sensitiva e intuitivamente; sin esta preparación de “Iluminación Blanca del patrón básico”,
el astrólogo corre el riesgo de enredarse mentalmente entre todos los factores complejos de
un horóscopo natal. Además - y esto es importante - puesto que los horóscopos representan
a personas, el astrólogo desarrolla la sensibilidad de hacerla automáticamente “luz blanca”
a la gente cuando se relaciona con ella en su vida diaria. Esto es un desarrollo natural de su
meditación diaria de luz blanca sobre el mándala astrológico porque él arroja hacia la gente
una conciencia que se ha ido enfocando más y más en perfecciones.
Con el diseño abstracto ahora empezamos a aplicar la técnica de luz blanca a las
variaciones personales; dejamos el patrón universal para considerar patrones particulares.
La vieja admonición: “la caridad empieza por casa”, puede repetirse aquí de esta
manera: el desarrollo de la técnica de luz blanca empieza con la meditación del astrólogo
sobre su propio mapa. Él, un ser humano, tiene el mismo patrón esencial que cualquier otro
ser humano. Pero sus particulares difieren hasta cierto punto de aquellos de cualquier otro.
El ser un astrólogo no lo exime automáticamente de sus patrones de sentimientos
personales en la forma de prejuicio, resentimiento, falso orgullo, envidia, etc. Sin embargo,
el hecho de ser un astrólogo le impone la responsabilidad de trascender estos negativos tan
pronto y tan completamente como le sea posible. Sus negativos pueden congelar y
cristalizar como los de cualquier otra persona, así que él, el astrólogo, debe tomar su
conciencia impersonal a sí mismo, el ser humano. Esta es una verdad: al grado que un
astrólogo permanece fijo en patrones reaccionales negativos él limita sus habilidades
interpretadoras. En ese estado él transpone sus propios negativos a patrones similares que él
puede encontrar en el mapa de otro. Por ejemplo: un astrólogo varón se ha fijado en un
patrón de aversión hacia una expresión femenina específica de la vida humana. Él tiene un
profundo sentimiento subconsciente de aversión o animosidad hacia esa expresión - el
resultado de su reacción a la experiencia de un problema en alguna ocasión del pasado -. Él
no ha descargado nunca ese sentimiento de fricción de su subconsciente. Nos preguntamos:
¿cómo puede él interpretar adecuadamente y resolver psicológica o espiritualmente una
condición similar que él encuentra en el mapa de otro varón? Hay astrólogos que,
motivados por hondos impulsos hacia la autodefensa y autojustificación no pueden
interpretar correctamente ciertos patrones en sus mapas que otros pueden ver de una ojeada.
Se necesita urgentemente un poquito de luz blanca en ese punto.
Nosotros los astrólogos, como cosa general, no encontramos dificultad en “alumbrar
con luz blanca” las doce casas del mapa. Las casas representan cuadros de patrones de
experiencia básicos y como tales transmiten un significado impersonal más directo. Pero
parece que algunos de nosotros lo tomamos para ciertos planetas y aspectos planetarios.
¿Por qué? Porque los planetas son los enfoques de la conciencia y algunos de los patrones
que forman en relación entre si pintan la fricción y las pruebas de los patrones de la
conciencia. Nosotros tenemos la tendencia de considerar malo, perverso o infortunado
cualquier patrón de experiencia que enciende nuestros niveles de conciencia irredimidos,
así haciéndonos experimentar reacciones de dolor. Aquellas que encienden nuestros niveles
regeneradores de conciencia las interpretamos como benéficas, afortunadas y felices. El
compuesto simbólico que llamamos negro - perverso, doloroso o malo - debe trabajarse a
través de la alquimia de la experiencia regeneradora y transmutarse en lo que llamamos
blanco. ¿Por qué entonces no aprendemos a percibir la blancura inherente en todas las
cualidades y relaciones planetarias? Esto abarca la fase interpretativa de la astrología de luz
blanca.
La blancura de cualquier planeta es el principio de vida que está simbolizado por
ese planeta. La diversidad de expresión de cualquier planeta es simplemente otra forma de
decir: la diversidad de expresión de la conciencia humana. Usted está consciente de estos
principios de acuerdo con su desarrollo; de acuerdo con su falta de desarrollo usted no está
consciente del sentido y significación de estos principios. El propósito de alumbrar con luz
blanca cualquier cosa es para hacerse más consciente de su sentido espiritual.
Por más claramente que usted como astrólogo pueda delinear y entender el mapa de
otra persona, se sugiere que se adopte un plan por el cual usted se haga más perceptivo de
su propia blancura. Este plan implica la meditación sobre varios mándalas extraídos de su
propio mapa; un mándala para cada uno de sus planetas. Estos mándalas no implicarán el
uso de números en ninguna forma ya que el número implica limitación y la blancura es
ilimitada. No permita el uso de una sola palabra clave negativa y degradante en estas
interpretaciones. Use solamente palabras que transmitan niveles de conciencia
espiritualizada.
El mándala para la posición de su Sol será un círculo con las doce casas: el símbolo
de Leo en su cúspide de Leo; el símbolo del Sol colocado en la casa y signo donde usted lo
tiene; el símbolo de su signo Solar colocado en su cúspide apropiada. Este es el cuadro
concentrado de su Sol visto con la luz blanca. Sintetice por palabras-clave espirituales cada
factor de este cuadro – es la esencia espiritualizada de su conciencia Solar, su fuerza de
voluntad y propósitos, la irradiación del amor creador.
El mándala de su Venus: una rueda como la mencionada antes con los símbolos de
Tauro y Libra en las cúspides apropiadas para su mapa; el símbolo de Venus - el símbolo
abstracto de la conciencia femenina realizada, los refinamientos del alma, la conciencia
estética, la capacidad para la cooperación, etc., para ser colocado en la casa y signo donde
usted lo tiene, el símbolo del signo que contiene a Venus colocado en la cúspide apropiada
para su mapa -. Y así sucesivamente, un mándala para cada uno de los otros planetas.
La impresión transmitida por cada uno de sus mándalas planetarios es la de un color
puro - una luz flameando sin impedimento -. No hay complicaciones ni limitaciones
implicadas para la habilidad del planeta de irradiar a toda su capacidad.
Su horóscopo de luz blanca es el compuesto de lodos sus mándalas planetarios: una
rueda con sus signos en las cúspides, sus planetas colocados de acuerdo con las casas y los
signos en que usted lo tiene. Utilizando los principios más espirituales como palabras-clave,
usted ahora interpreta su mapa como una representación de lo más elevado y mejor que
usted es capaz de experimentar y realizar en esta encarnación. Su mapa en esta forma es un
retrato astrológico de su yo ideal.
El siguiente paso es extraer un mándala de luz blanca, de la misma manera, que
antes descrito, para cada uno de sus aspectos de cuadratura y oposición; nosotros
llamaremos estos patrones mándalas de aspecto. No coloque los grados planetarios en el
mándala de aspecto, pero medite con palabras-clave espirituales sobre los dos planetas
implicados. Como cada planeta en un mándala de aspecto llamea con la misma luz pura
esencial que en su propio mándala, usted está ejercitando ahora la facultad de la síntesis de
iluminar con luz blanca un patrón doble. Siga el mismo plan en la aplicación a sus aspectos
compuestos (implicando tres o más planetas).
Una vez hecha la preparación de luz blanca, las cuadraturas y oposiciones en su
mapa natal se verán clara y verdaderamente que son el proceso de experiencia y reacciones
a la experiencia por las cuales usted regenera su vida en todos los planos. En conclusión, se
ofrece esta exposición para su consideración espiritual: la regeneración de la conciencia no
es para el propósito de hacer trinos para el futuro, sino que es para el propósito de
desenvolver la conciencia de Dios a través de la expresión de sus planetas de acuerdo con
los principios de luz blanca espiritualizados de éstos.
***
del libro " Estudios de Astrología III ", de Elman Bacher
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