CAPITULO II
Cuando analizamos el símbolo de Júpiter, vemos un semicírculo pasando sobre, o sombreando, la cruz de la manifestación material. Este semicírculo puede ser interpretado como la Luna –la función de la alimentación- como un símbolo general del espíritu. En cualquiera de los dos casos, se transmite la esencia del propósito de Júpiter. En el primer caso, vemos el "principio de la
alimentación" penetrando toda manifestación física -conservando, sanando, y ampliando las partes componentes de la experiencia como encarnación.
En el segundo, el símbolo identifica a Júpiter como el medio por el cual las fuerzas espirituales se hacen manifiestas a la conciencia terrenal.
Júpiter debe trabajar siempre a través de la forma; su esfera está
definitivamente condicionada por los dictados y exigencias de Saturno. Júpiter no es trascendente, como Urano y Neptuno; él es su "precursor", puesto que proporciona un canal para la exposición exotérica de las verdades espirituales.
En la aplicación psicológica él es esas cualidades de mente y corazón que proveen energía y elevación a la conciencia evolutiva. El es la sangre arterial en el cuerpo físico, el fluido fresco, puro y nutritivo que en su curso desempeña un
trabajo de renovación y mantenimiento. El es la novena casa del horóscopo, el verdadero discernimiento y comprensión destilados de la experiencia y que proveen -el pábulo para el progreso constructivo en la vida. La vibración de
Júpiter tiene siempre una cualidad de más. El es "más que simplemente suficiente". El es grandeza y expansión en cualquier forma. El no es específicamente una vibración estética, pero su "personalidad" resalta claramente en la complejidad, magnificencia y esplendor del espectáculo, el "ballet" y la gran ópera. Suya es la extensión de la energía de Marte que llamamos "representación", (drama); él es el amante de la vida, entusiasta, risueño, progresista y generoso.
Si fuera requerida una palabra para compendiar las virtudes de Júpiter, ciertamente esa palabra debería ser benevolencia. Júpiter es nuestra capacidad de dar -sinceramente, abundantemente y sabiamente. Es por medio de Júpiter que nosotros nos mezclamos con las vidas de los demás con el propósito de
auxiliarlos, irradiándoles lo mejor de nuestros recursos amorosos, mentales y materiales. Júpiter es filantropía, él es la beneficencia de la religión. El es cualquier medio por el cual nosotros, individual o colectivamente, mejoramos las condiciones de este plano. Júpiter puede ser expresado, por supuesto, en significación del "yo y el yo solo", pero esta no es su capacidad fundamental.
Por mucha riqueza que adquiera un individuo, una gran mansión, un guarda ropa esmerado, una enorme herencia o una vasta educación, él no vive en conformidad con su Júpiter mientras no dé algo de su abundancia para mejorar algo fuera de sí mismo.
Júpiter contrarresta a través de esta expansión las posibles dificultades causadas por la cristalización de Saturno debida al miedo de perder. Júpiter y Saturno trabajan de acuerdo cuando el producto de entrada es logrado por un rendimiento benéfico.
¡Atención -psiquiatras, psicólogos y astros-analistas! Júpiter nunca
demuestra su poder más específicamente que cuando se ha logrado el "rendimiento" como expresión de gratitud para recibir el "ingreso". La gratitud sincera- a una persona o hacia Dios -proporciona una cualidad de receptividad a
la conciencia, armonizándola más y más con el crecimiento y la plenitud de la expresión. Ninguna persona aspirante deja escapar un solo día de su vida sin sentir o expresar su gratitud hacia alguien por algo recibido.
Esta es una gratitud sincera, gozosa y positiva; no es la humillación servil por la cual el recibidor se degrada a sí mismo e insulta al dador.
La psicología de Júpiter -las gracias por la ofrenda y la buena voluntad de compartirla- es una psicología profunda y de mucho alcance. Es un alimento para la mente, para el cuerpo y para el alma, infundiendo una corriente de energías renovadoras a estados que se han dejado convertir en condiciones cristalizadas, mórbidas y malsanas. Nuestra fiesta nacional del Día de Acción de
Gracias es disfrutada cuando el Sol está en Sagitario, regido por Júpiter.
Algunos sostienen que es correcto tomar a Júpiter como símbolo del padre -verificando la versión masculina del impulso de la alimentación. Sea como fuere, podemos estar seguros de una cosa; Júpiter es el símbolo del Maestro, o el "padre espiritual". Júpiter nutre la mentalidad espiritual; y en ese sentido está
representado por el sacerdote. Cualquier maestro es un padre espiritual- su trabajo y su propósito es el de orientar a la persona más joven o inmadura, por las vías del desenvolvimiento, que no concierne específicamente a las necesidades físicas. Saturno es el principio de la Ley, en el sentido esotérico;
pero la novena casa es la profesión de la ley, como protección del pueblo. La novena casa también es la Iglesia, como una institución protectora e instructiva.
Así pues, la novena casa, a través de la regencia de Júpiter parece resumir la "conciencia del bien y el mal", no en el sentido abstracto o absoluto, sino en el concepto del ciclo de desarrollo de la persona, su trasfondo racial y el patrón religioso en el que se está manifestando.
Júpiter es nuestra expresión externa directa de esta conciencia y su
posición y aspecto en el horóscopo demuestra cómo y por cuales medios si alguno, nosotros sentimos el impulso de enseñar a la gente el camino (creemos nosotros) que debe seguir. Una novena casa que no esté afligida por planeta de ubicación o planeta regente indica que la persona, en general no tendrá dificultad en esta vida de encontrar la religión que ella verdaderamente necesita
y desea. El nativo será puesto en contacto con los maestros que están más adecuados para alimentar sus anhelos espirituales. La novena casa afligida demuestra que los obstáculos serán el logro de las satisfacciones religiosas o filosóficas. Largas demoras, confusiones, desilusiones y decepciones están
indicadas por aspectos adversos a la novena casa, y las aflicciones a Júpiter mismo indican la necesidad de nosotros disciplinarnos y entrenamos individualmente para poder expresar nuestras capacidades más completas como maestros o líderes morales. Se puede leer mucho "karma" de las aflicciones en la
novena casa, por deducción de Causa y Efecto; ellas son los "desvíos" que la persona ha labrado en su sendero hacia el desarrollo espiritual. Este desarrollo de conciencia espiritual y comprensión ciertamente confirma la función de
Júpiter como el "Principio del Mejoramiento".
Una de las fases más fascinantes de la interpretación astrológica se halla en los aspectos "negativos" o "kármicos de Júpiter. La benevolencia, el entendimiento elevado, la protección, la abundancia, la generosidad -¿cómo puede semejante planeta representar el "mal"? ¡Abundancia, mis amigos,
abundancia!
En cuanto a que Júpiter es un "dinámico", sus males han de encontrarse como en el caso del Sol, Marte y Urano, por medio del desbalance, la falta de dominio, y la falta de cultivo. Cuando el impulso de mejorar es pervertido, Júpiter se manifiesta en muchas formas desagradables, siendo la forma principal
interna:
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del libro " Estudios de Astrología II ", de Elman Bacher
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