Reporte astrológico para la Segunda mitad de Noviembre 2014
INTENSIDAD LIBERADORA Y LLAMARADAS SOLARES
Por Alana Messineo
La última semana para el Sol en Escorpio, la sexta cuadratura de Urano y Plutón, y expansiones de la masa solar de clase X, están agitando nuestra psiquis y nuestras vidas.
Con Mercurio en Escorpio, es tiempo de seguir descubriendo dentro, tiempo de sueños intensos, de revelaciones asombrosas que abren paso al cambio.
Mercurio, el Sol, Venus y Saturno se han dado cita en aguas escorpianas, antes de que Saturno pase a Sagitario. Danzan cantos profundos que hurgan los escondites de nuestra sombra personal y colectiva. Los descubrimientos que muchos de nosotros estamos haciendo, sobre las formas en que nos limitamos en el pasado, son tesoros, portales a una mayor libertad, y ensanchan el espacio interno para que cada uno de nosotros pueda ser más Sí Mismo.
El domingo 16, el Sol emitió una llamarada de clase X. Las llamaradas solares se clasifican, según su intensidad, en A,B,C, M y X. Así es que estamos navegando una de las máximas emisiones solares en mucho tiempo. Las partículas emitidas tardan 76 horas en alcanzar la Tierra.
Según los estudiosos del fenómeno solar, cada llamarada reduce el campo electromagnético de la Tierra. El Sol físico, responde a los impulsos del Sol Espiritual, el Sol detrás del Sol.
Cuando las partículas llegan, sobreviene un gran cansancio físico y necesidad de dormir para integrar tanta nueva energía e información. El sistema energético humano necesita adaptarse a estas enormes oleadas de transformación, y el dormir es una forma de asimilarlas.
Literalmente, una llamarada es como un reseteo. Es emitida una luz extra que prácticamente nos obliga a meditar, porque interrumpe el ruido habitual del planeta.
Inmersos en este “apagado”, podemos aprovechar para soltar cadenas.
Es asombrosa la velocidad con que nos estamos liberando del Viejo Yo. Por momentos da vértigo, porque el Nuevo Yo, el Yo consciente, es en muchos casos incipiente y su forma es desconocida. Así es que muchas personas sienten un vacío, un “no tener de dónde agarrarse”, que, si no se comprende el proceso, puede producir angustia y desconcierto. Esos son los Tiempos del Desierto, se pierden las referencias externas que nos daban seguridad, para que vayamos a la verdadera Fuente, para que vayamos hacia dentro.
Continuamos, seguimos en trabajo de parto.
Dos recursos básicos que conviene activar son, la inmersión en la naturaleza, aunque simplemente se trate de las macetas del patio, y mantener de manera consciente nuestra conexión con el corazón de Gaia.
También, descansar, y, si es posible, dormir, aunque sea unos minutos, cuando el cuerpo lo pide, para acompañar el reseteo. Notaremos que al despertar tenemos la extraña sensación de estar comenzando algo nuevo.
Y finalmente, aprovechar esta fuerte certeza de que creencias y traumas que antes requerían de años para ser transmutados, pueden ahora dejarse atrás simplemente por medio de hacernos conscientes y entregarlos.
Agotadores y milagrosos tiempos hemos elegido para desplazarnos con nuestra nave Tierra!...
PORTAL DE ALANA.
Desprogramación Neuronal basada en la Presencia.
Astrología de Potenciación.
Gracias.
Mercurio, el Sol, Venus y Saturno se han dado cita en aguas escorpianas, antes de que Saturno pase a Sagitario. Danzan cantos profundos que hurgan los escondites de nuestra sombra personal y colectiva. Los descubrimientos que muchos de nosotros estamos haciendo, sobre las formas en que nos limitamos en el pasado, son tesoros, portales a una mayor libertad, y ensanchan el espacio interno para que cada uno de nosotros pueda ser más Sí Mismo.
El domingo 16, el Sol emitió una llamarada de clase X. Las llamaradas solares se clasifican, según su intensidad, en A,B,C, M y X. Así es que estamos navegando una de las máximas emisiones solares en mucho tiempo. Las partículas emitidas tardan 76 horas en alcanzar la Tierra.
Según los estudiosos del fenómeno solar, cada llamarada reduce el campo electromagnético de la Tierra. El Sol físico, responde a los impulsos del Sol Espiritual, el Sol detrás del Sol.
Cuando las partículas llegan, sobreviene un gran cansancio físico y necesidad de dormir para integrar tanta nueva energía e información. El sistema energético humano necesita adaptarse a estas enormes oleadas de transformación, y el dormir es una forma de asimilarlas.
Literalmente, una llamarada es como un reseteo. Es emitida una luz extra que prácticamente nos obliga a meditar, porque interrumpe el ruido habitual del planeta.
Inmersos en este “apagado”, podemos aprovechar para soltar cadenas.
Es asombrosa la velocidad con que nos estamos liberando del Viejo Yo. Por momentos da vértigo, porque el Nuevo Yo, el Yo consciente, es en muchos casos incipiente y su forma es desconocida. Así es que muchas personas sienten un vacío, un “no tener de dónde agarrarse”, que, si no se comprende el proceso, puede producir angustia y desconcierto. Esos son los Tiempos del Desierto, se pierden las referencias externas que nos daban seguridad, para que vayamos a la verdadera Fuente, para que vayamos hacia dentro.
Continuamos, seguimos en trabajo de parto.
Dos recursos básicos que conviene activar son, la inmersión en la naturaleza, aunque simplemente se trate de las macetas del patio, y mantener de manera consciente nuestra conexión con el corazón de Gaia.
También, descansar, y, si es posible, dormir, aunque sea unos minutos, cuando el cuerpo lo pide, para acompañar el reseteo. Notaremos que al despertar tenemos la extraña sensación de estar comenzando algo nuevo.
Y finalmente, aprovechar esta fuerte certeza de que creencias y traumas que antes requerían de años para ser transmutados, pueden ahora dejarse atrás simplemente por medio de hacernos conscientes y entregarlos.
Agotadores y milagrosos tiempos hemos elegido para desplazarnos con nuestra nave Tierra!...
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Gracias.
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