martes, 16 de abril de 2013

EL ESTUDIO DE LA POLARIDAD


CAPITULO  III



EL ESTUDIO DE LA POLARIDAD

El horóscopo es, entre otras cosas, un mándala de la sexualidad. La vida de toda
manifestación es el intercambio hecho por las Fuerzas Cósmicas conforme ellas expresan
las polaridades dinámica y receptiva. Nos referimos a la dinámica como “positivo”,
“activo”, “masculino”; designa “aquello que impregna o estimula”. Lo llamamos “sexo
masculino” en la manifestación física de los organismos vivientes procreadores. Lo
receptivo es aquello sobre lo cual se obra; es “pasivo”, “resultante”, “aquello que recibe la
impregnación o estímulo y nutre la nueva vida hacia una expresión activa”. En términos
físicos, llamamos esta expresión de polaridad ''sexo femenino”. La gente esta familiarizada
con los términos “sexo masculino” y “sexo femenino” porque los impulsos engendradores
son un factor Vital en su propia experiencia y están patentes en la experiencia de vida de
otras formas, tales como la vida animal y vegetal, percibidas por todas partes.
No obstante, la palabra “sexo” es mucho más extensa en sus significados. Es vida en
acción y movimiento; el intermedio eterno de poderes Vibratorios y sus efectos entre sí es
lo que hace la manifestación lo que es. Y esto se aplica a todos los planos, desde el nivel de
manifestación material más denso y de más lenta vibración hasta la verdadera esencia de la
Fuente Creadora misma. Cada momento de nuestra existencia es una expresión de la
sexualidad cósmica; esto se verá al considerar algunas cosas que demuestran nuestra
habilidad para estimular y ser estimulados.
Hacemos una pregunta; estamos receptivos a la información que se nos da por la
persona que proyecta la contestación. Hablamos; tomamos aliento como pábulo para
nuestras palabras y proyectamos el pensamiento que encarnamos en símbolos de sonido
llamados palabras. Nuestras percepciones sensuales son medios de receptibilidad, por su
ejercicio recibimos impresiones por medio de las cuales identificamos nuestro mundo
exterior. Nos hacemos perceptibles a los otros por nuestra acción en movimiento y en el
sonido. Alguien se proyecta en nuestra percepción; nosotros reaccionamos a su expresión
en conformidad con nuestro estado vibratorio de conciencia.
Estos simples ejemplos cotidianos son simplemente unos pocos de tantos que
podrían considerarse; sin embargo, son suficientes para demostrar que nosotros, como
expresiones de la vida somos expresiones compuestas de Polaridad Cósmica. Estamos
constituidos de tal manera que demostramos a través de nuestras vidas, en una u otra forma,
nuestra bipolaridad esencial. Dar a entender que el sexo significa solamente los atributos de
la generación física, es mantener nuestra comprensión al nivel del lodo. El filósofo
comprende que un principio - ya sea sexual o de cualquiera otra clase - es omnipotente.
La bipolaridad esencial del organismo humano está maravillosamente ejemplificada
en la actividad creadora. El artista, en sus estados inspirados de unicidad, abre su
conciencia a realizaciones de los patrones perfectos presentes en los planos internos; él
saca, por decirlo así, él poder estimulante que le hace posible concebir el patrón ideal en
términos de su ambiente artístico particular. Por la meditación concentrada él plasma esta
realización en forma, en los planos mentales. Entonces a través del medio de su técnica
física altamente desarrollada, él da a luz esta versión particular del patrón ideal. En
resumen, él proyecta este concepto manifestado, en el Mundo Físico y, éste, a su vez, es
percibido por otras personas que derivan de él un estímulo de su propio idealismo e
inspiración. De ese modo, el artista creador ejercita ambas polaridades, la receptiva y la
dinámica; él funde su propia “masculinidad y feminidad en un acto creador intensamente
enfocado”. Incidentalmente, esto está ilustrado astrológicamente por el planeta Urano, que
está exaltado en Escorpión; Urano es la fusión de Marte y Venus - la sincronización de los
símbolos esenciales de los planetas cuyos puntos de regencia inician los dos hemisferios
horizontales - conciencia de sí y conciencia del alma.
Los discípulos - como niños - están en el proceso de integración de sus facultades a
través de las funciones envueltas en el “crecimiento”. Ellos reciben el estímulo del maestro
y absorben el efecto de este estímulo; tarde o temprano ellos dan vida a su conocimiento
poniéndolo en acción en su trabajo como adultos. El maestro que en relación con sus
discípulos actúa como “estimulador” ha sido, a su vez, estimulado por aquellos que le
radiaron la enseñanza. Todos nosotros somos eslabones dinámicos y receptivos en la
cadena eterna del llegar a ser.
“Masculino y varón” y “femenino y hembra” son expresiones personalizadas de
Polaridad Cósmica. La abstracción final de estos términos - su verdad esencial compuesta
está resumida en la simple frase: CAUSA y EFECTO.
Del mismo modo que la masculinidad sexual esencial del organismo humano actúa
en feminidad física esencial, así la fuente creadora actúa en y a través de la manifestación
material para la progresión de su Vida total. La dimensión material - en toda su inmensidad
de expresión especial - es hembra para el macho cósmico. La materia ha sido definida como
el “Polo negativo del Espíritu”, “Madre Tierra”, y muchas otras expresiones feminizadas
semejantes, o figuras del lenguaje. Ninguno de los dos polos existe - ni puede existir - sin el
otro; lo esencial de cada uno está inherente en toda expresión de la vida. El horóscopo
sostiene esto en una forma simple y bella:
Use tres círculos en blanco como ilustración; en el primero, ponga un punto en el
centro. Esto es análogo a la fuente creadora manifestando un universo, una galaxia, un
sistema solar, o un ser humano individual. La “Vida” de la rueda no está demostrada; su
área, exceptuando el punto, está completamente en blanco. Medite sobre esta rueda
conforme ella representa una expresión de vida específica.
En el segundo círculo, ponga un punto central y entonces añada el diámetro vertical;
el círculo ahora tiene “Vida” - su área está diferenciada en la forma más simple posible: la
división en dos hemisferios, por una línea. Esta línea vertical es el símbolo abstracto de la
polaridad dinámica del cosmos; es el símbolo esencial de la acción generadora del sexo; es
el símbolo raíz de la causa. Aplíquelo a cualquier horóscopo humano y reconozca que esta
vertical es el compuesto de las cúspides de la cuarta y décima casas - las “casas de los
padres”. Nuestra ascendencia es el “primer paso”, el “medio iniciador”, la causa de nuestra
manifestación en el plano físico como seres humanos. Pero, note esto claramente: nosotros
tenemos como nuestra ascendencia, un compuesto de sexo masculino y femenino; uno está
enfocado en la polaridad masculina como su expresión física y el otro está enfocado
físicamente en la polaridad femenina. Los dos juntos engendraron nuestro vehículo físico.
Ahora, añada al tercer círculo el punto central y el diámetro horizontal. Este es el
cuadro de aquello sobre lo cual actúa el medio generador - el aspecto subjetivo de la vida,
lo que fue engendrado y es el resultado de la generación. La vertical es causa, la horizontal
es efecto. El tercer círculo, con el diámetro horizontal, es diferenciado también en dos
mitades; pero, como están “enfocadas horizontalmente”, ellas aparecen como los
duplicados de las mitades verticales. Este diámetro horizontal es, astrológicamente, el
compuesto de las cúspides del Ascendente (primera casa) y el Descendente (séptima casa).
La persona representada por el mapa - el nativo - ocupa el Ascendente, su conciencia
envuelta en su vestidura física; él “mira a través de la rueda” y, en el punto más lejano,
opuesto a su propio lugar, él ve (en la misma forma que nosotros vemos nuestras
reflexiones en un espejo) su réplica, su “otro Yo”, sus cumplimientos necesitados, en suma,
su compañera.
La maravilla conmovedora y sorprendente de la simbología astrológica no está más
evidente en ningún otro sitio que en el compuesto de cuatro mitades en un círculo. Añada a
la segunda y tercera ruedas el diámetro complementario; el resultado describe los cuatro
cuadrantes del horóscopo individual; pero en una forma simple representa la bipolaridad de
aquello que engendra y aquello que es engendrado.
Usted es un hombre; su séptima casa es una mujer; uno de sus padres es un hombre
y el otro es una mujer. No obstante, la línea vertical de los padres representa la bipolaridad
de la esencia dinámica de la vida; la horizontal representa la bipolaridad de la esencia
receptiva. Llevando este acercamiento en una forma más extensa vemos que cada factor de
la rueda astrológica es un compuesto de polaridades dinámica y receptiva. Cualquier varón
o cualquier hembra puede tener cualquiera de los signos en cualquiera cúspide; el regente
del mapa, el Sol y la Luna o cualquiera de las posiciones planetarias puede encontrarse en
cualquiera de los signos zodiacales no importa si los signos envueltos son considerados
“masculinos” o “femeninos”.
Por tanto, podemos reconocer que si nuestros cuerpos físicos son especializaciones
de polaridad en sexo generador varón o hembra, nuestra conciencia es un compuesto
vibratorio de ambas polaridades. Comprender la relación humana es realmente comprender
la sexualidad vibratoria de la conciencia humana. El astro-filósofo debe cultivar esta
comprensión para que pueda descubrir los secretos más profundos de los patrones
astrológicos.
El astro-filósofo que es padre o madre, comienza a comprender los mapas de sus
hijos cuando él comienza a comprender su propio mapa. Al grado que él se “aparte” de
cualquier cosa en su propio cuadro vibratorio, así será de deficiente en la interpretación de
los de sus hijos. Su octava casa es su vida generadora particularmente en relación con su
compañera, pero su quinta casa es el área de la conciencia amorosa por la cual él extiende
una “invitación a la vida” a otros Egos que vienen como hijos suyos. Todos los padres,
hasta cierto punto, expresan la potencialidad amorosa de la quinta casa, pero los padres que
son astro-filósofos combinan los poderes de la quinta casa con los de polaridad
espiritualizada, la undécima. Ellos no son simplemente padres, ellos son amigos; no son
simplemente nutrido-res del cuerpo, sino nutridores de la mente y el Espíritu; ellos no son
simplemente “el viejo” o “mi mamá” - son hermano mayor o hermana mayor que han
ofrecido compartir su comprensión de la vida con aquellos que vienen a través de ellos. Y,
como astro-filósofos, ellos le ofrecen a sus hijuelos un punto de vista basado en la
comprensión de principios más el calor y el consuelo de un corazón amoroso. Él, el padre,
tratará de comprender la constitución bipolar vibratoria de cada niño y procurará
devotamente su orientación para esclarecer la conciencia de los patrones en los mapas de
los niños conforme ellos representan potencialidades para el desenvolvimiento. Él debe
comprender los principios de vida según son representados en el patrón de la quinta casa de
su propio mapa y alinear su conciencia más y más con las significaciones esenciales de la
paternidad o maternidad como factor en la experiencia de la Vida. Hemos llegado a un
punto en nuestro acercamiento a la naturaleza humana en que ya no ponemos hombres en
paquetes rotulados “cualidades masculinas solamente” y las mujeres en designaciones
semejantes de “cualidades femeninas solamente”. Este acercamiento pasado de moda se ha
probado que está en desacuerdo con el espíritu de verdadera investigación. Los varones
pueden manifestar y a veces manifiestan una tendencia marcada hacia elementos de la
personalidad femenina y lo contrario ocurre en el caso de muchas hembras. El astrofilósofo
que es padre, sabe - y sabe con su honda comprensión - que sus hijos e hijas son
compuestos de polaridad vibratoria y que el propósito de ellos en el vivir y el propósito de
éste en la alimentación y la orientación no debe convertirse en “todo hombre o toda mujer”,
sino en cultivar el poder de expresar lo mejor de ambos, de acuerdo con los requisitos
esenciales demostrados en los mapas. He aquí un punto significativo que presentamos
como básico para que un padre determine su efecto vibratorio en la conciencia de un niño:
compare su mapa con el del niño y si usted tiene un planeta en conjunción con el
Ascendente del niño, sepa entonces que usted estimula en muy marcado grado la vibración
de ese planeta en el mapa del niño. Este es un ejemplo básico del Principio de Vibración
Simpática, “el principio del diapasón”. Si usted, un hombre, tiene a su Marte o al Sol en el
Ascendente de su hija, usted como astro-filósofo está sujeto a cultivar las expresiones más
constructivas de ese planeta en su propia vida. Usted es el primer “cuadro del hombre
viviente” que tiene su hija y al grado que usted pueda representar el Sol regenerado, como
sea el caso, usted coopera en forma marcada a ayudarla a “registrar” una reacción favorable
al sexo opuesto. Otros planetas trabajan de la misma forma, pero el Sol y Marte son usados
en este ejemplo porque, combinados, ellos son el “patrón masculino de conciencia” básico
o esencial. La falta de regeneración de parte suya, en relación con ella, la estimulará (ella,
siendo la niña e impresionable es muy sensible a su vibración) a intensificar cualquier
“cuadro masculino” no regenerado que pueda registrarse en su mapa y hacerlo
correspondientemente difícil para ella, cuando haya crecido, “esclarecer sus imágenes” del
sexo opuesto.
El mismo principio se aplica a su efecto en sus hijos, el dé su esposa en sus hijos y
de los hijos entre sí. Este “planeta en Ascendente” es un lazo vibratorio vital y debe
estudiarse cuidadosamente, y los resultados del estudio aplicarse concienzudamente en la
vida diaria. Se .puede dar mayor consideración a cualquier relación mutua entre dos
planetas y mapas; note particularmente aquellos cambios en que los planetas dinámicos de
los niños hacen conjunción con los de las niñas; ésta es una variación del patrón “planeta en
Ascendente”. Si una niña tiene un patrón vibratorio “masculino-más”, y un niño tiene un
“femenino-más” y ellos parecen estar atraídos poderosamente entre sí en su crecimiento
juntos, entonces estudie el Urano de cada uno en su relación recíproca. Urano, como se ha
dicho antes, es el “compuesto de masculino y femenino”. En relaciones entre personas él
indica atracciones espirituales de gran profundidad e intensidad y el niño que tiene a Urano
afectando el mapa del otro de manera señalada puede ser “iluminador” potencial del otro.
Ayude a sus hijos a comprenderse como expresiones de la Bondad y Belleza de la vida -
que, en verdad ellos son - y hágase usted “mediador” - por su entendimiento astrofilosófico
- entre lo que ellos tienden a ser instintivamente y aquello que sus mapas indican
pueden llegar a ser.
Si uno de los padres es astro-filósofo, el otro debe tratar de aprender algo sobre el
asunto para que se obtenga algún grado de mutualidad de comprensión y acercamiento
como base para entrenamiento y guía de aquellos a quienes se les dio la encarnación. Cada
niño tiene una imagen única innata de “padre-madre”; tal vez haya un vínculo kármico
profundo y difícil entre uno de los hijos y uno de los padres, o entre dos de los hijos. La
mutualidad de entendimiento astro-filosófico puede ser una armonización maravillosa para
los padres en su servicio cooperador como padres. Estos enlaces deben ser comprendidos
por ambos padres como manifestaciones de la Ley de Causa y Efecto, para ser percibidos
como patrones de energía que están en proceso de realización regeneradora por medio del
Amor. Ellos no deben echarse a un lado, evitarse ni desconsiderarse.
La astro-filosofía provee un canal maravilloso por medio del cual los padres que
están inclinados a vivir excesivamente en sus centros de respuesta al sentimiento y de
emoción pueden ganar perspectiva en su esfuerzo de comprender a sus hijos; además, da a
los padres una ocupación favorita maravillosa en coparticipación; algo que ellos puedan
usar para auxiliar a otros padres y disfrutar juntos mientras vivan. A través de la astrofilosofía
ellos pueden comprender la verdad que el matrimonio es fraternidad, su vida,
mutualidad y su florecimiento, la amistad verdadera.

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del libro " Estudios de Astrología V ", de Elman Bacher

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