domingo, 27 de julio de 2014

Mercurio, Géminis y Virgo a través de las casas



Mercurio, Géminis y Virgo
a través de las casas

Cada planeta tiene ciertas asociaciones con los dioses y diosas de la mitología griega y romana. Las actividades características del Hermes griego y del Mercurio romano esclarecen la función y el significado de este planeta y la forma en que se expresa a través de las diferentes casas.
Mercurio era el mensajero de los dioses, el que recopilaba hechos y
distribuía información. De manera semejante, el planeta Mercurio en la carta natal va asociado con el funcionamiento de la mente y del intelecto.
y con las diversas formas del intercambio de información, como pueden ser el discurso escrito y hablado, la enseñanza y los viajes. El mito nos cuenta que. tan pronto como nació. Mercurio se sintió aburrido al verse seguro y protegido en su cuna. de modo que la abandonó tan rápidamente como pudo. en busca de algo más interesante que hacer. También la casa donde se encuentra Mercurio en la carta natal indica un campo vital en donde nos sentimos inquietos, curiosos e inquisitivos.
Como un niño que crece fascinado por todas las cosas diferentes que hay en el mundo para tocar, nombrar y descubrir, nos embarcamos en la indagación conducente a descubrir cómo funciona la vida. El mito siempre presentó a Mercurio como un joven, jamás como un viejo. Por la casa donde está emplazado, este planeta define cuál es la esfera de la vida donde podemos mantenernos eternamente jóvenes, conservando
una perspectiva renovada y abierta.
Mercurio era árbitro y hacedor de convenios. Ante los diversos dioses defendía causas diferentes. Una de sus primeras acciones al nacer fue hacer ofrendas a las doce grandes divinidades del Olimpo. Era, además.
un ladrón notorio, que siempre robaba algo a los otros dioses (tal como las vacas de Apolo y el cinturón de Afrodita). En este sentido, era una especie de mimo cósmico, capaz de asumir parte de las cualidades de todos y cada uno de los dioses. También
en astrología, según la casa donde se encuentra. Mercurio señala dónde hay un alto grado de adaptabilidad y versatilidad, por una parte, y de volubilidad e inconstancia por la otra. En el preciso instante en que creemos haberlo atrapado, se nos escurre y vuelve a aparecer en alguna otra parte, con un punto de vista diferente. Como el dios Mercurio, también la mente es una especie de
tramposa. El intelecto nos permite ser objetivos y analíticos, pero con mucha frecuencia nos engaña, deformando los hechos para adecuarlos a cualquier cosa que queramos justificar. Como dijo alguien alguna vez.
«hay mentiras, condenadas mentiras y estadísticas».
Los alquimistas medievales conocieron una figura a la que llamaban
Mercurio, y a quien definían al mismo tiempo como «el espíritu creador del mundo» y «el espíritu oculto o aprisionado en la materia».' Era. paradójicamente.
el responsable de la creación del mundo y. sin embargo.
estaba atrapado dentro de su propia creación. Muchos años más tarde.
Werner Heisenberg. un científico alemán del siglo \\. en sus investigaciones en el campo de la física atómica, encontró su «principio de incertidumbre». que demuestra que «el acto de la observación como tal afecta a aquello que se está observando». De alguna manera, a nuestra mente le cabe un papel en la determinación del mundo.
Mercurio llevaba a los mortales humanos los mensajes de los dioses.
En este sentido, representa un proceso que se da en todos nosotros y que permite que se establezca un puente entre el entendimiento superior y la realidad cotidiana, entre lo consciente y lo inconsciente, entre el yo y el entorno. La mente puede apartarnos de otras personas, pero es por mediación de ella que nuestra conciencia puede expandirse hasta lograr una percepción más amplia de la interconexión de todas las formas de vida. La mente es capaz de separar o de unir. y la casa que ocupa Mercurio
nos enseña dónde se nos da la probabilidad de atrincherarnos en un
rincón o la de abrirnos para contactar con otras personas y entenderlas -y entendernos- mejor. Vale la pena reflexionar sobre algo que dijo. hace casi dos mil años. el filósofo Epicteto: «Lo que nos inquieta no son las cosas, sino las opiniones que tenemos de las cosas». Es probable que.
en la casa de Mercurio, no siempre podamos cambiar el mundo, pero siempre podemos hacer algo con nuestra manera de mirarlo.
Mercurio está asociado con dos signos, Géminis y Virgo, que representan dos funciones complementarias de este planeta. El lado geminiano de Mercurio es hábil para reunir información y relacionar entre sí los diferentes aspectos de la vida: su componente Virgo, por su parte.
diseca y desmenuza las cosas, analizando detalladamente cada elemento.
Géminis contenido en una casa moviliza las cualidades cambiantes.
comunicativas e inquietas de Mercurio. Es allí donde tendemos a estar «en actividad constante», y donde con frecuencia nos dispersamos un poco. Como a la mariposa proverbial, es probable que sea difícil inmovilizarnos en este campo.
Virgo en la cúspide de una casa, o contenido en ella, evoca aquel
lado de Mercurio que es preciso, crítico y está pendiente del detalle. En tanto que a Géminis le gusta saber algo de cantidad de cosas diferentes, Virgo prefiere saber mucho de unas pocas cosas. En la casa de Géminis vamos en pos del conocimiento por el conocimiento mismo, pero en la casa de Virgo adquirimos conocimientos para usarlos de maneras prácticas
y constructivas.
La casa donde se encuentre Mercurio estará de alguna manera conectada con cualquier casa donde esté Géminis, y también con cualquier casa donde se encuentre Virgo. Por ejemplo. Osear Wilde había nacido con Mercurio en Escorpio en la casa Tres, y Géminis en la cúspide de la Diez, lo que relaciona la casa y el planeta de la comunicación (Mercurio en la Tercera) con la profesión y la carrera (Décima). Pero su Mercurio en la casa Tres está vinculado también con su Ascendente, porque Virgo está en la cúspide de la Primera casa. Wilde se enfrentó con la vida (casa Uno) equipado con un intelecto afilado como una navaja y un espíritu amenazadoramente incisivo (Mercurio en Escorpio en la Tercera).

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del libro "Las doce Casas" de  Howard Sasportas

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