PISCIS
El 6 de Enero y el mes solar de Marzo (desde el 19 de Febrero hasta el
20 de Marzo) están dedicados a la Jerarquía de Piscis. Esta Jerarquía trabaja
para traer a la manifestación el Principio de Unificación de toda la
creación. Ralf Waldo Emerson dio una perfecta descripción pisceana: “Lo
imperfecto adora a mi propio perfecto. La vida ya no es cosa de jirones y
remiendos, sino una unidad divina y gloriosa”.
Piscis es el último signo antes del nacimiento del nuevo año espiritual, un
período de recapitulación y autoexamen. Marca el ocaso de una vida
pasada y el alborear de otra nueva.
El modelo proyectado sobre la Tierra por esta Jerarquía es el del hombre
perfecto, creado a imagen y semejanza de Dios y manifestando lo divino
dentro de sí mismo. Hombre semejante a Dios es la nota clave de Piscis,
como es también el modelo cósmico de Aries. De hecho, el
perfeccionamiento del hombre es y ha sido el divino trabajo de las Doce
Jerarquías Creadoras desde el comienzo de la evolución humana. Cuando
termine, ésta quedará bajo el ministerio de la Jerarquía de Piscis.
Pedro es el discípulo relacionado con Piscis. Pedro, el inestable, el hombre
“oleada” que, tras haber despertado en sí el principio crístico mediante su
fe, se convirtió en la roca de la Iniciación sobre la que la Iglesia fue
fundada.
El centro corporal doble, relacionado con Piscis, son los pies y, en la raza
en general, este centro ha de ser aún despertado. En la visión de Fátima, los
niños describieron particularmente las hermosas rosas que florecían sobre
las manos y los pies de la Bendita Señora.
Este cuerpo, hecho a imagen y semejanza de Dios, será luminoso, con
estrellas centelleantes o flores, una vez despertados sus centros vitales. Este
cuerpo glorificado es el dorado vestido de bodas descrito por San Pablo
como el cuerpo celestial glorificado. Fue su visión de este vehículo
luminoso en la Memoria de la Naturaleza, lo que le inspiró para declarar
con exaltación que “el hombre es un poco inferior a los Ángeles” y aún no
aparece como deberá ser.
Se asigna el siguiente pensamiento bíblico simiente para la meditación del
6 de Enero y durante el mes de Marzo, mientras los ritmos vibratorios de
Piscis se difunden en la Tierra:
“Y creó Dios al hombre a su imagen”.
(Génesis 1:27)
Durante los Doce Días Santos entre la Navidad y la Duodécima Noche, la
Tierra está envuelta en la luz del Cristo arcangélico. La fragancia de Su
aura trascendente impregna el Planeta de un raro perfume, como una
mezcla del Hálito de las más puras rosas y los más blancos lirios. Pero la
radiante luz y la fragancia curativa son gradualmente absorbidas por la
Tierra durante este sagrado intervalo, convirtiéndolo en un período ideal
para dirigir el alma por el sendero de santidad.
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