Mucho Ruido y Pocas Nueces es una de las comedias
más agradables y exquisitas. Presenta de modo vivo y brillante la “vieja historia de la
batalla entre los sexos” - fuente de gran parte de lo que ha sido representado en el drama
cómico a través de los siglos -. Las posturas, ardides e invenciones, que los hombres y las
mujeres despliegan en su relación mutua son representadas por la vuelta hacia la izquierda
del diámetro horizontal - Aries-Libra del Gran Mándala -. Estos dos signos representan la
polarización de la individualidad expresiva de la humanidad - como “varón” y como
“hembra” -. Cada uno de estos dos signos de este diámetro simboliza facetas de la
personalidad que son peculiares a la masculinidad y a la feminidad; pero juntas forman un
diámetro; aparecen como si fueran “diferentes” pero cada una duplica la otra. El drama
Cósmico, en relación con este asunto, nos hace posible llegar a una apreciación más
provechosa sobre nuestra polaridad subjetiva a través de la risa. Los humanos somos
bipolares innatos - todos hemos tenido mucha experiencia en el sexo opuesto al que
expresamos ahora -. Cuando reconocemos que el “sexo opuesto” es simplemente nuestro
“yo subjetivo” podemos gozar y apreciar nuestro “yo oculto” tal como somos representados
en el escenario cómico. Con la risa relajamos sentimientos subconscientes de tensión y
cuando reímos a carcajadas, rugimos y chillamos ante las travesuras de los actores y
actrices cómicas que interpretan la acción recíproca - a veces ridícula, de los hombres y las
mujeres en su relación mutua - refrescamos nuestro punto de vista hacia la polaridad
humana. Beatriz y Benedicto son los protagonistas de la Humanidad destinados a
enamorarse y tener experiencias juntos - haciendo caso omiso de prejuicios tontos, falsa
estimación propia e “imágenes de aversión” -. La vida trabaja continuamente inclinándose
el uno hacia el otro para nuestro desarrollo y cumplimiento mutuos de potencialidades
simbolizadas por Aries-Libra. Benedicto es el Marte que ve en Beatriz el encanto y el amor
de Venus; Beatriz es la Venus que necesita el “beso de Marte” que la despierte a la clara
apreciación de su valor como mujer. En cada uno de nosotros hay algo de Benedicto y
Beatriz - podemos reñir y pelear por un tiempo, pero tarde o temprano Benedicto-Marte y
Beatriz-Venus llevan el drama - de nuestra experiencia de relación - a un final dichoso por
medio de su unión.
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del libro " Estudios de Astrología VII ", de Elman Bacher
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