viernes, 21 de junio de 2013

EL DIÁMETRO, EL CUADRANTE Y EL DECANATO


CAPÍTULO III


EL DIÁMETRO, EL CUADRANTE
Y EL DECANATO


Para la prosecución de este material, será necesario un breve repaso del Espectro
Genérico.
El zodíaco no es simplemente un “cinturón”; es una emanación de cualidades
vibratorias que comienzan en el primer grado de Aries, signo cardinal de fuego; este punto
es, abstractamente, la iniciación de la circunferencia de la rueda vibratoria de la ciencia
astrológica. Este punto es la objetivación - encarnación - de las potencialidades inherentes
en el punto central del círculo. El radio del Ascendente - la horizontal izquierda - es la
“proyección de potencialidades de la subjetividad a la objetividad”. En cualquier círculo
dado, se usa el mismo radio para manifestar el círculo; por lo tanto todas las cúspides de las
casas en la rueda son emanaciones del radio del Ascendente y representan el
desenvolvimiento de la conciencia genérica en la experiencia y la realización del ideal a
través de transmutaciones y expresiones espirituales.
El Mándala que describe la estructura de la cualidad genérica es la rueda de doce
casas con los signos de Aries, Cáncer, Libra y Capricornio en las cúspides de la primera,
cuarta, séptima y décima casas, respectivamente. Los diámetros horizontal y vertical que se
intersectan en el centro, forman la cruz de la encarnación; las líneas rectas que conectan las
cúspides cardinales forman el campo evolutivo mediante el cual la humanidad tiene
experiencia en relación entre sí. En este Mándala vemos la bisección de dos campos del
círculo; dos diámetros creando dos pares de semicírculos. Estos diámetros representan la
expresión doble de la Polaridad; aquella que genera (Capricornio-Cáncer: el diámetro de la
paternidad), y la que es generada (Aries-Libra: el Ascendente y su complemento). Este
mándala ilustra en símbolo astrológico, el número veintidós del Maestro. El dos es el único
dígito que da el mismo resultado (cuatro) cuando se le suma a sí mismo y cuando se
multiplica por sí mismo. El veintidós es el número de la maestría expresándose en la forma
- es la octava superior de complementación y es significativo que todo ser humano debe
realizar la experiencia evolutiva por la encarnación en ambos sexos físicos. Los cuatro
signos cardinales descritos en este mándala comprenden la forma encarnada por la cual
evoluciona la condición de hombre y la condición de mujer de cada ser humano a través de
la experiencia de la relación y destila sus espiritualizaciones por las cuales se manifiesta el
ideal. Todas las relaciones humanas - biológicas - y de alguna otra clase son derivadas de
esta base arquetípica: el engendrador bipolar y el engendro bipolar.
Puesto que los trinos elementales simbolizan la espiritualización de las cualidades
genéricas, nosotros derivamos nuestro espectro genérico de la relación de los signos de
exaltación de los regentes de estos cuatro signos. Marte (varón engendrado y regente de
Aries) está exaltado - maduro - en Capricornio, regido por Saturno, símbolo del padre;
Saturno está exaltado en Libra, regido por Venus y complemento de Aries, signo de Marte;
Venus, está exaltado en Piscis, tercera octava del trino de agua, el último signo en la
sucesión zodiacal y este trino está iniciado por el signo cardinal de Cáncer, regido por la
Luna - símbolo de la Madre - y complemento del Capricornio de Saturno.
Por lo tanto, los signos de fuego y de tierra, como son “iniciados” por símbolos
machos, son los signos machos; los signos de aire y de agua, iniciados por símbolos
hembras, son los signos hembras. Comoquiera que cada ser humano, como varón o como
hembra, es bipolar, nosotros reconocemos una división doble de los signos machos y de los
signos hembras en masculinos y femeninos. Los signos de fuego forman la primera mitad
de la mitad varón del zodíaco y por eso ellos son los signos masculinos machos; los signos
de tierra siguen en sucesión (Tauro sigue a Aries), por lo tanto ellos son los signos machos
femeninos. Los signos de aire iniciados por el signo cardinal Libra, regido por Venus
representan la mitad masculina de los signos femeninos; los signos de agua, iniciados por
Cáncer comprenden los signos hembras femeninos. De ese modo vemos el zodíaco
completo representando una expresión doble de polaridad doble; desde el primer grado de
Aries, el punto más masculino, hasta el trigésimo grado de Piscis, el punto más femenino.
Haga una lista de los signos en este orden y aprenda para experiencia futura.
La mitad inferior (bajo el diámetro horizontal de la rueda) está iniciada por Aries; la
mitad superior está iniciada por Libra, como “reflejo” de la mitad inferior. La nota clave
oculta del primer grado de Aries - punto Ascendente del Gran Mándala - es Yo Soy. En la
línea del Ascendente están implicadas todas las potencialidades demostradas en el
desenvolvimiento zodiacal y los contenidos de la rueda astrológica. Por lo tanto, se
desprende naturalmente, que en los 30° de Aries está implicado el “contenido” de la mitad
superior de la rueda. Este “contenido” está implicado simbólicamente por los últimos
quince grados del signo. La “cúspide” del grado decimosexto del signo es la potencialidad
del diámetro horizontal terminado de la rueda. Cuando el radio horizontal izquierdo es
“desplegado” para formar un diámetro terminado, la “extensión” resulta en lo que
llamamos la cúspide de la séptima casa el punto iniciador de la mitad superior del círculo.
Puesto que cualquier grado de cualquier círculo puede aparecer como Ascendente de un
horóscopo, nosotros reconocemos que la división de cualquier signo en dos mitades de 15°
cada una, representa un cuadro simbólico de la polaridad de ese signo embrionario, y
aunque el autor no ha llegado, hasta este momento, a ninguna conclusión específica en
cuanto a la diferencia significativa de los planetas colocados en los primeros quince grados
de un signo y aquellos colocados en los últimos quince grados, se sugiere el cuadro que los
planetas colocados en la segunda mitad de los treinta grados, si son expresados sin
regeneración, son potencialidades para karma negativo mucho más “efectivo”, en el sentido
que por estar en la “mitad de polaridad” del signo, sus expresiones negativas implican la
posibilidad de ser reflejadas en encarnaciones futuras por otras personas con las cuales el
sujeto tendrá relaciones. En otras palabras, los siguientes quince grados, por analogía,
pueden denominarse como la “mitad femenina” del signo. “Femenina” significa
“reflexiva”. Por lo tanto, si queremos evitar sufrimientos futuros a través de las reacciones
dolorosas a los otros, es nuestro deber regenerar los planetas así ubicados, implicándose
que en el futuro (desenvolvimiento en Tiempo-Espacio) esas vibraciones planetarias
enfocarán nuestros patrones de relación complementarios y “recobraremos mucho más
eficazmente de los otros lo que hemos servido esta vez”.
Divida cada casa de un Gran Mándala en dos partes iguales; coloque sus posiciones
planetarias natales en esta rueda y busque en qué mitad de su signo caen los planetas.
Quizás usted como estudiante inquiridor puede llegar a una conclusión sobre esta materia.
Si usted tiene cuadraturas u oposiciones entre planetas colocados en los últimos quince
grados de sus signos, ¿Se siente usted más sensible a personas que expresan cualidades
negativas representadas por esos planetas que lo que usted se siente a aquellas que reflejan
negativamente los planetas de los “primeros quince grados”. ¿Se siente usted que con un
análisis cuidadoso puede determinar si los planetas de los primeros quince grados le dan
mayor libertad de expresión directa que los planetas de los últimos quince grados?. Analice
sus cuadraturas y oposiciones planetarias desde este punto de vista y vea si el patrón de
polaridad implicado le ayuda a esclarecer sus capacidades de expresión.

LOS CUADRANTES:

En el Gran Mándala la subdivisión de la primera casa - y el signo de Aries - en
cuatro cuadrantes de 7-1/20 cada uno pinta el “estado embrionario” de la cruz cardinal.
Aplicando la Ley de Correspondencia relacionamos esta división de un signo con la
división cuádruple de la rueda completa. Comenzando con Aries y “desplegando” la rueda
en la dirección de las agujas del reloj, encontramos que cada cuadrante subsiguiente está
iniciado respectivamente por Cáncer, Libra y Capricornio.
La subdivisión de un signo en dos secciones de quince grados cada una sea
aplicable particularmente al estudio de los aspectos de oposición y de todo patrón
complementario en general. La subdivisión de un signo en cuadrantes, sin embargo, se
aplica al análisis de los aspectos de cuadratura, puesto que todo aspecto de cuadratura es,
teniendo en cuenta el orbe, un patrón de relación de 90° y cada cuadrante de la rueda es una
división de 90°. La división en cuadrantes (por grados y minutos) representa de cero a siete
grados, treinta minutos; de siete grados, treintiún minutos a quince grados; de quince
grados, un minuto a veintidós grados, treinta minutos; de veintidós grados, treintiún
minutos, a veintinueve grados, cincuentinueve minutos. El siguiente “paso” nos lleva a cero
del signo siguiente.
Hay tres “cruces” implicadas en la estructura de los doce signos: cardinal, fija y
mudable. En el desenvolvimiento del ciclo desde el Ascendente del Gran Mándala, las tres
cruces aparecen cuatro veces, en los cuatro cuadrantes de la rueda: Aries, Tauro, Géminis;
Cáncer, Leo, Virgo; Libra, Escorpión, Sagitario; Capricornio, Acuario y Piscis. Cada
“iniciación” cardinal es una nueva forma de decir Yo Soy - como extensiones del Yo Soy
básico de Aries; cada cruz representa un patrón de crecimiento y desarrollo a través de la
experiencia en la expresión doble de la polaridad doble; nosotros evolucionamos a través de
fases de recibidores de Vida y dadores de Vida varones y hembras. Las “cruces”
representan simplemente los procesos por los cuales destilamos sabiduría de nuestras
experiencias y desenvolvemos los recursos internos de amor hacia el logro de la realización
del ideal. Como quiera que, en un horóscopo calculado correctamente, cada planeta está
colocado donde está, por el legítimo proceso de la Ley, debe haber una clave valiosa en la
ubicación de los planetas por cuadrante. Cada signo individual del zodíaco tiene su regente
planetario particular, como enfocador básico de la cualidad genérica del signo. Pero como
los treinta grados representan una sucesión de cualidad de signo y debido a que la Ley de
Correspondencia se aplica a la estructura astrológica, así como a cualquiera otra
manifestación, consideremos la ubicación de planetas por cuadrante en términos de
regencias secundarias. El primer cuadrante de un signo mudable está regido por el regente
planetario del signo; el segundo cuadrante está regido secundariamente por el planeta que
rige al siguiente signo de esa cruz; el tercer cuadrante está regido secundariamente por el
planeta que rige al siguiente signo de la cruz y el cuarto cuadrante está regido
secundariamente por el siguiente. Por ejemplo:

Capricornio: Regente principal: Saturno.
Capricornio es el signo cardinal.
Primer cuadrante: regente secundario Saturno.
Segundo cuadrante: Marte - regente de Aries.
Tercer cuadrante: La Luna - regente de Cáncer.
Cuarto cuadrante: Venus - regente de Libra.
Leo: Regente principal: el Sol.
Leo es un signo fijo.
Primer cuadrante: el Sol - Regente de Leo.
Segundo cuadrante: Plutón - regente de Escorpión.
Tercer cuadrante: Urano - regente de Acuario.
Cuarto cuadrante: Venus - regente de Tauro.
Piscis: Regente principal: Neptuno.
Piscis es un signo mudable.
Primer cuadrante: Neptuno - regente de Piscis.
Segundo cuadrante: Mercurio - regente de Géminis.
Tercer cuadrante: Mercurio - regente de Virgo.
Cuarto cuadrante: Júpiter - regente de Sagitario.

Note que la extensión del primer y tercer cuadrantes y del segundo y cuarto
cuadrantes han de representar dos aspectos de polaridad; este compuesto de polaridad está
representado en la rueda horoscópica como los dos diámetros de cada cruz. Préstele
consideración cuidadosa a sus aspectos de cuadraturas y a los planetas envueltos con
respecto a las regencias secundarias; los regentes secundarios actúan como “azafatas” o
como “hombres de confianza” para los regentes primarios y su influencia es efectiva en el
análisis de las cualidades de expresión planetarias.

LOS DECANATOS:

En el estudio de los decanatos llegamos al análisis de cada signo desde el punto de
vista de sus potencialidades espirituales. Así como las tres cruces de cuatro signos cada una
son “desenvueltas” del Ascendente del Gran Mándala, del mismo modo los cuatro trinos
genéricos de tres signos cada uno son “desenvueltos” del Ascendente. Las divisiones del
15° y 7 1/2° prosiguen como “desenvolvimiento” de experiencia - a través del zodíaco en
dirección contraria a las agujas del reloj desde el Ascendente; el cuadro demostrado es el de
la Humanidad moviéndose a través de sus patrones de experiencia por el sendero “hacia
adelante y hacia arriba” - de nivel a nivel, siempre ascendiendo por medio de los procesos
evolutivos. No obstante, en el ciclo de los trinos genéricos, el sendero es la dirección de las
agujas del reloj - y este no es un movimiento “cíclico”.
Es una evaluación de los poderes zodiacales desde el punto de vista de la
potencialidad espiritual. Como vimos antes en esta disertación, está basado en los puntos de
exaltación de los planetas que rigen los signos de la estructura - los signos cardinales.
La potencialidad espiritual de la cualidad genérica de cada signo zodiacal es triple;
las palabras claves arquetípicas son 1) Poder; 2) Amor y 3) Sabiduría. La segunda y la
tercera de estas octavas son las perfecciones emocional y mental por las cuales el poder
esencial de cada signo cardinal es liberado, en expresión transmutada. Los decanatos de
cada signo son la división del signo en tres grupos de 10° cada uno. El segundo y tercer
decanatos de un signo simbolizan el estado embrionario de las potencialidades del Amor-
Sabiduría; estas potencialidades se expresan en la rueda por medio de los dos signos que
corresponden al decanato; ellos son los otros dos signos del mismo elemento como el
cardinal particular. En los signos fijos y mudables vemos en acción la Ley de
Correspondencia y el Principio de Recapitulación y de ese modo podemos atribuirle a cada
decanato su corregente apropiado de la manera que sigue:

Signos de Fuego:

Primer decanato: Aries - Marte;
Segundo: Leo - Sol;
Tercero: Sagitario - Júpiter.

Signos de Tierra:

Primer decanato: Capricornio - Saturno;
Segundo: Tauro - Venus;
Tercero: Virgo - Mercurio.

Signos de Aire:

Primer decanato: Libra - Venus;
Segundo: Acuario - Urano;
Tercero: Géminis - Mercurio.

Signos de Agua:

Primer decanato: Cáncer - Luna;
Segundo: Escorpión - Plutón;
Tercero: Piscis - Neptuno.

La Ley Hermética de Correspondencia está bellamente demostrada, particularmente,
por un ejemplo de este análisis de decanato. El segundo decanato de cada elemento es el
decanato de “signo Fijo”, Cuando extendemos los tres decanatos de cada elemento a la
rueda de doce signos, vemos que los decanatos de signo fijo se convierten en el punto
medio de cada cuadrante de la rueda. El “medio del signo” se convierte por
correspondencia en el “medio del cuadrante del círculo”. El punto medio de cada signo fijo
de la casa (Tauro, Leo, Escorpión, Acuario) (Segunda, quinta, octava, undécima) cuando se
conecta por líneas rectas se convierte en el símbolo del aspecto de cuadratura - el
archisímbolo de la congestión; puesto que el decanato fijo de cada signo es el decanato del
Amor, vemos cómo el mándala astrológico señala claramente hacia la liberación espiritual
de las congestiones emocionales: la de la expresión de la conciencia del amor. Cada signo
(no importa su cualidad genérica) alcanza su vértice de compresión en el punto medio - la
unión de los grados decimoquinto y decimosexto. Esta unión está exactamente en el medio
del segundo decanato. El decanato cardinal - los primeros diez grados de cualquier signo -
lleva a cabo, por la Ley de Correspondencia, el atributo de los “comienzos” de los signos
cardinales según ellos representan los “puntos culminantes” básicos en el progreso a través
de la rueda. Los terceros decanatos (los últimos diez grados) realizan la “cualidad
transicional de los signos mudables, puesto que después que ha sido pasado el punto medio
del signo, las “energías” empiezan a “retirarse” de la cualidad básica del signo y a acercarse
a la modulación al signo siguiente. Por tanto los signos mudables del zodíaco forman los
puntos de transición de un cuadrante de 90° al cuadrante siguiente.
Usted preguntará ¿De qué valor práctico es todo esto?. Y usted tiene el derecho de
preguntar. Cuando recordamos que “todo problema contiene su propia cura” podemos
estudiar los planetas afligidos y congestionados desde el punto de vista de su ubicación por
cuadrante del signo y decanato del signo y extraer de esa información muchísimo que nos
enseñe sobre las posibilidades inherentes para regenerar la expresión de ese planeta. Por
ejemplo: un planeta congestionado en el grado veintiséis de Capricornio; este planeta está
en el cuadrante de Libra regido secundariamente por Venus; está en el decanato de Virgo,
regido secundariamente por Mercurio. Su ubicación en el cuadrante de Libra (cuarto
cuadrante de Capricornio) es análoga a la relación entre Capricornio y Aries en el Gran
Mándala - siendo Capricornio el cuarto cuadrante de Aries; la palabra clave es
cumplimiento de responsabilidad; la sub-vibración de Libra transmite “armonización de
relación” a través del balance y el recto intercambio. El decanato de Virgo (la tercera
octava - Sabiduría) del trino de tierra nos dice que el propósito espiritual de las experiencias
representadas por el planeta congestionado es el desenvolvimiento de mayor comprensión;
la persona debe estar ansiosa de aprender de su experiencia en este asunto; al grado que ella
trate de aprender, de mantener una mente libre y receptiva a la instrucción y guía, utilizará
su recurso espiritual para disolver la congestión. Si la persona, por falso orgullo, terquedad,
etc., cierra su mente a la orientación, cerrará la puerta hacia su desarrollo; la armonización
de relación no podría establecerse y la congestión se intensificaría.
Ejemplo: Un planeta congestionado en el noveno grado de Leo (Fijo de Fuego -
regido por el Sol). Este grado está en el cuadrante de Escorpión de Leo (segunda división
de 7 1/2°) y en el decanato de Aries (los primeros diez grados). Como el planeta es aludido
como “congestionado” y está en un signo fijo, nosotros reconocemos que la congestión es
intensa, por estar en un signo fijo y en el cuadrante de Escorpión. Escorpión, en relación
con Leo, es análogo a Cáncer en relación con Aries en el Gran Mándala; esta relación es
“congestión en la relación de familia”, “apego al hogar”, “complejo paternal” y
(posiblemente) congestión del recurso del Amor por las exigencias de la naturaleza de
deseo sexual. No obstante, este punto está en el decanato de Aries - primer decanato de un
signo de fuego - y la espiritualización de la vibración de Marte es el valor. Semejante
persona encontrará que el esfuerzo subjetivo y el darse cuenta de sus derechos individuales
servirán de liberación de poder para disolverle las congestiones al planeta Leo. La regencia
principal de Leo por el Sol hace de una actitud positiva una “necesidad imprescindible” en
la brega con estos problemas.
Y así sucesivamente - con otros patrones congestionados. Relacione el decanato y el
cuadrante con la representación abstracta del Gran Mándala y encontrará que toda variación
de “problemas” que se encuentren en los mapas de seres humanos contienen, por su
ubicación, una pista directa para las soluciones vibratorias. Las expresiones de poderes
planetarios por medio de las implicaciones espiritualizadas de los signos es la señal de “siga
adelante” para los procesos evolutivos y el desenvolvimiento armonioso de las
potencialidades.

***

del libro " Estudios de Astrología IX ", de Elman Bacher

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