sábado, 8 de junio de 2013

Reflexión para la luna nueva del 8 de Junio de 2013


Reflexión para la luna nueva del 8 de Junio de 2013

Sucede en 18º 01’ de Géminis.

En Aries, la luz individual se activa y surge el impulso para entrar en la manifestación. En Tauro desarrollamos el amor por las formas del mundo manifestado, y aprendemos a crear vida en diferentes mundos. En Géminis, la chispa divina quiere comunicarse y vivir entre sus iguales, quiera reconocerse en otros espíritus  hermanos en evolución.  El eclipse que se activó el mes lunar pasado en Tauro progresa ahora a través de Géminis en su año de vigencia, explorando caminos progresivamente. El signo de la lunación de junio se asocia con la inteligencia, entendida como la capacidad de comprender lo que nos rodea, y con la habilidad para entrar en diálogo con nuestros semejantes. Para comprender en el mundo físico, primero hemos de observar neutralmente, con la menor proyección posible de la vibración de nuestros vehículos. De otra manera, sólo veríamos en el exterior lo que queremos que exista, lo que deseamos, o cualquier porción de nuestros vehículos proyectada sobre lo observado.  Sería, en cierto modo, nuestra verdad subjetiva, pero poco compartible por las demás personas, poco armonizada aún con la totalidad; un experimento de poco calado en la existencia de seres que caminan hacia una luz sin límites.
La oleada de vida humana hace posible una cadena de vehículos y una continuidad de conciencia desde los mundos realmente espirituales hasta el mundo físico, el más denso de nuestro campo evolutivo. La mente tiene un papel fundamental en esto, como nexo de unión. Otros seres evolucionantes piensan, y disfrutan una capacidad mental inconcebible para nuestros parámetros, pero no disponen de la mente particular que hemos desarrollado, anclada en el Mundo del Pensamiento y que utiliza el éter para llegar a un complejo cerebro físico. Esta organización nos permite trabajar muy eficazmente en las zonas más densas de la creación. Hemos recorrido un largo camino hasta aquí. 
La mente se diseñó como una capacidad que emplearíamos a voluntad. Queda fuera del curso evolutivo principal que la mente actúe todo el tiempo y dirija nuestras vidas. Semejante disfunción sería semejante a pretender que los músculos estuvieran en continuo movimiento, y que toda nuestra actividad diaria naciera de impulsos musculares primarios. Nos parece natural emplear los músculos a voluntad, y que la mayoría descansen cuando no los requerimos pero aceptamos sin discusión que la mente concreta, asociada a todo tipo de emociones, memorias distorsionadas y estímulos sensoriales incesantes dirija nuestras existencias; es más, aceptamos identificarnos con ese tipo de flujo mental. 
Desde un punto de vista de corto alcance, todas estas capacidades pueden servir para intentar dominar el universo físico y social, y para acomodarlo a nuestro parecer. Así, la comunicación sirve para persuadir a otros o empujarlos, sin importar su propio punto de vista. Y la inteligencia, para manipular a los seres vivos, comenzando por la misma Tierra. Nuestra época ha conocido dosis ingentes de estos intentos de controlarlo todo desde visiones limitadas. Sin embargo, esta lucha continua nunca produce un éxito duradero, y el miedo a la pérdida y al fracaso se esconden tras la mente concreta más brillante. Otros poderes activos personales y suprapersonalesentran en colisión con el nuestro,  y nunca estamos realmente satisfechos porque vivimos con incertidumbre. Por si fuera poco, un poder aún mayor convierte en efímeros los esfuerzos de la mente individualista: las fuerzas del karma. Sabemos que la luz no trabaja para fragmentar sino que engloba y genera armonía. Todo lo que vaya contra la naturaleza de la luz es una sombra temporal. 
Ahora que la luz está más cerca de las conciencias humanas, es tiempo de crisis para los planteamientos mentales en general. Y esta crisis es radicalmente positiva. Si nos ha alcanzado, no nos juzguemos débiles o equivocados; tampoco pensemos que somos mejores que la mayoría, pues cada cual camina a su ritmo. Pensemos más bien que aquí y ahora tenemos planteada la inestimable oportunidad de un cambio radical. Cuando aprendemos, como dice El Poder del Ahora, a que cese a nuestra voluntad el interminable diálogo interno de la mente, aunque sea durante un segundo, entramos en otro estado de conciencia sin dejar el cuerpo físico. Allí vivimos en la luz, y un segundo dura tanto como una vida, porque el tiempo se pliega y ya no nos ata. 
Muchas personas consideramos que habitamos temporalmente un cuerpo físico, y pensamos de nosotras mismas en términos más amplios que ese cuerpo. De forma similar, disponemos de otra vestidura, formada por nuestros conceptos, percepciones y estructuras mentales. Si buscamos nuestro ser interno, habremos de estar dispuestas, como almas aspirantes, a dejar atrás esta vestidura, y a ver más allá de ella. Ha llegado el momento, reflejado por los aspectos de la lunación actual, en que seguir tejiendo pensamientos no nos satisface. Podemos reorganizar los flujos energéticos de los vehículos y nacer a una alineación más sutil de la conciencia habitual. Cada vez que experimentamos estados de paz profunda, de aceptación de la vida, de  unión con el todo, de amor por todas las criaturas y de liberación de nuestras vibraciones concretas no iluminadas, nos acercamos a ese estado. En esos momentos retornamos a nuestro hogar.

Que la luz os acompañe.
 El equipo de Luz interna.



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Agradecemos por este aporte a César Lillo Arellano, afectuosamente Edgardo Ceol

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