CAPÍTULO IX
LA ASTROFILOSOFIA DISCUTE LA
EXPERIENCIA DEL HOSPITAL
Nosotros los humanos nos inclinamos a identificar las cosas en términos de los
sentimientos que hemos experimentado en nuestro contacto o relación con ellas. “El dolor,
el sufrimiento, las dificultades y el pesar” son las asociaciones a que estamos propensos
cuando “el hospital” es sometido a nuestra atención. Con semejantes asociaciones en la
mente y el sentimiento, acentuadas a través de los años, no es de extrañarse que la ansiedad,
el miedo y el terror nos surjan cuando la experiencia del hospital se hace inminente.
Reconocemos y admitimos por la evidencia de nuestras condiciones, que necesitamos
ayuda; deseamos desesperadamente el alivio de la inarmonía y el malestar de la enfermedad
y las lesiones; pero en nuestra comprensión limitada de la “verdad del hospital”, tendemos
a intensificar nuestra dificultad. Nos preocupamos tanto con el dolor y el miedo que
anestesiamos nuestra conciencia de la salud y nuestra fe en la eficacia de los poderes
curativos. Es cierto que la gente puede liberarse de la inarmonía física, emocional y mental
por una acción interna, una desviación en la conciencia de la congestión en la inarmonía a
la realización de la salud. Estas personas dan una prueba viviente de que la curación es
interna. La voluntad de vivir primordial e instintiva es el medio de curación básico aún
para aquellas personas que no se dan cuenta de una fe consciente en la recuperación. Sin
embargo la intensificación consciente del darse cuenta de la salud y la curación no sólo
acelera la corrección de la condición particular, sino que restaura la salud en todos los
planos de funcionamiento. Todas estas formas de servicio que podrían denominarse los
“senderos de curación” son, en verdad, medios por los cuales los humanos ayudan a otros a
disminuir el temor y la desesperanza y a intensificar sus reconocimientos de la naturaleza
del bienestar. Piscis, el signo de la duodécima casa del Gran Mándala, es la clave.
Existen dos mándalas astrológicos, extractos del Gran Mándala Astrológico (la
rueda de doce casas, Aries como signo Ascendente, 30° de cada signo zodiacal
correspondiente a cada casa), que pueden ser estudiados tomando en consideración el por
qué los humanos tienen experiencia del hospital. El primero describe las causas evolutivas.
Este es trazado por la indicación de los símbolos de los signos mudables en las cúspides de
la novena, sexta, tercera y duodécima casas, el símbolo de Sagitario en la novena casa
trazado de mayor tamaño, que los otros tres, y las cuatro cúspides conectadas por una serie
de líneas rectas y los dos diámetros intersectados. Este diseño forma la cuadratura
mudable y sus líneas de fuerza internas complementarias. El diseño de la cuadratura debe
comenzar en la cúspide de Sagitario porque este signo es el “signo de fuego representativo”
de la cruz mudable; como tal simboliza la apercepción de la verdad. El cuarto signo en la
dirección de las agujas del reloj desde Sagitario es Piscis que representa el elemento de
agua y el tema de esta disertación. Puede verse una representación más condensada de este
orden de sucesión en una línea vertical de los cuatro signo mudables con Sagitario abajo,
Virgo encima, Géminis arriba y Piscis en el tope; una línea vertical al lado con la punta de
flecha más arriba de Piscis demostrará cómo (porque este es un “mándala de cuadratura”)
“una falta en Sagitario conduce a condiciones negativas de Piscis”; en otras palabras, la
falta de apercepción de la verdad conduce a condiciones kármicas de la duodécima casa,
Piscis. En términos de la “interpretación de aspectos de cuadratura y oposición”, este
mándala revela que los hospitales son sitios de limitación, de constricción y de sepultura
para la conciencia que rehúsa las oportunidades de reconocer la Verdad; las condiciones
que requieren hospitalización son siempre consecuencias de haber expresado la falso en
el pasado. Pero la Verdad es un “atributo del Ser eterno; está siempre disponible, siempre
capaz de servir y omnipotente para auxiliar. Por lo tanto, la necesidad kármica que
denominamos “experiencia de hospital” puede ser considerada como una oportunidad de
percibir la verdad de seidad en mayor grado que nunca antes.
Si en este mándala de la cuadratura mudable, Sagitario representa errores pasados
en la cognición y la expresión de la Verdad, entonces Piscis - en la parte superior de la serie
- representa la exteriorización de esa falta en términos de la necesidad de hacer la
expiación. Efectuamos la expiación por un proceso de nuevo enfoque de la conciencia y la
exteriorización de este nuevo enfoque es la experiencia tardía de ser encarcelado en el
hospital. El hospital es un lugar de limitación, encarcelamiento, pesar, dolor y dificultades
solamente para la persona que rehúsa expandir su conciencia de sí misma en relación con
su experiencia. Para una persona que verdaderamente busca la verdad, el hospital es un
sitio de oportunidad para la renovación. La experiencia del dolor enfoca la gran
interrogación interna de ¿“Por qué”?. Cuando “el por qué” de una persona es sincero, la
Verdad siempre e inevitablemente revitaliza su conciencia y esclarece la significación de la
experiencia. La compasión de sí mismo, la preocupación exorbitante y la amargura
mantienen a la persona a raya con la “cuadratura mudable” - y todas sus implicaciones. El
deseo sincero de lograr la salud inspira a la persona que sufre a buscar la comprensión
verdadera de las causas de su condición.
La experiencia de hospital de una persona también provee oportunidad similar para
cada uno de sus seres amados, a quien se le brinda de ese modo la ocasión de expandirse e
impersonalizarse en los planos emocional y mental. En la piedad irreflexiva recalcamos los
elementos dolorosos de la experiencia de nuestros seres queridos porque nuestra atención
está en el aspecto externo doloroso y no en la significación verdadera de la experiencia
como una indicación de oportunidad para el crecimiento, la armonización y el logro.
Sagitario como la “raíz” de esta representación de la cuadratura mudable, manifiesta que
hay una comprensión de principio para ser percibida en la experiencia; cuando la
oportunidad es impedida y resentida, se intensifica el encarcelamiento en la dificultad;
cuando es aceptada con la disolución de la compasión propia y la justificación de sí misma
el influjo de la Verdad no sólo esclarece la conciencia sino que también fortalece la fe y
ahonda la capacidad de la compasión pura. Entonces uno llega a una comprensión más
clara y verdadera de las dificultades de otros y los poderes del recto auxilio son expandidos
y reforzados.
El sendero de la evolución humana es aventurado en dos formas principales. Uno es
el misticismo; este es el “Sendero del Corazón” de la simpatía, la inspiración, la
instrumentación, la devoción impersonal, la oración y la dedicación. Está simbolizado
básicamente por Piscis como signo de regencia de Neptuno y signo de exaltación de Venus.
La otra es la forma del ocultismo, el poder radiante y Sendero de la mente. Identifica el
sendero de los científicos, inventores, artistas, creadores, magos y alquimistas. Todos los
seres humanos que sirven a través de las actividades de curación se inclinan básicamente a
una u otra de estas formas; pero ambas son esenciales para la identificación de un Sanador
Maestro.
El sendero místico de la actividad de curación está bien ilustrado por personas tales
como Bernadette Soubirous a través de cuya instrumentación inspirada se estableció la
Gruta de Lourdes; el Padre Flánagan, quien estableció la Ciudad de los Niños y todas las
personas que oran por la curación humana también ilustran la forma mística. Los
investigadores, científicos, inventores, administradores, cirujanos y dentistas ilustran la
forma ocultista. Florence Nightingale, primordialmente un ejemplo de la forma ocultista,
fue un ejemplo maravilloso de la combinación de ambas formas.
En el tipo de sanador que está más íntimamente asociado con la corrección de la
dolencia del paciente puede hallarse un clave importante sobre la causa kármica de la
dolencia. El sanador se destaca como representante personalizado de una expansión de
conciencia que necesita hacer el paciente - verdaderamente corregir la causa de su
dolencia. La destreza de un cirujano (ocultista) puede corregir el aspecto externo de la
condición, pero la ternura devota y amable de la enfermera (mística) puede ser el poder que
inspire mayormente al paciente con la renovación de su conciencia de la verdad de la
salud; una enfermera negligente, indiferente y sin compasión puede desalentar al paciente y
aumentar su preocupación sobre su dificultad. Su cirujano no obstante puede inspirarlo por
su dominio del conocimiento y la destreza y esta forma de inspiración puede estimular en el
paciente un deseo más profundo que nunca de conocer la verdad de su condición. El autor
cree sinceramente que el sanador como ocultista está simbolizado por la exaltación de
Neptuno en Leo, el signo del Sol y archisímbolo del poder.
El segundo mándala de la experiencia de hospital es el mándala del trino de agua:
un triángulo equilátero formado por una línea recta conectando las cúspides de las casas
duodécima, octava y cuarta; los símbolos de Piscis, Escorpión y Cáncer colocados
apropiadamente; el símbolo de Piscis trazado más grande que los otros dos símbolos de los
signos y el símbolo de Neptuno colocado en la duodécima casa. Prepare tres de éstos. En el
primero, indique el diámetro de Piscis-Virgo; en el segundo, indique el diámetro de
Escorpión-Tauro; en el tercero, indique el diámetro de Cáncer-Capricornio. Estos
mándalas ilustran la plenitud de la significación de cada uno de los signos de agua para la
experiencia de hospital por la aplicación del Principio de Polaridad. Los símbolos de los
tres signos de agua dispuestos en una línea vertical con Piscis en el extremo de arriba,
Escorpión segundo y Cáncer abajo, representarán claramente el orden que es apropiado
para esta disertación.
Primer mándala - Piscis-Virgo: Este es el diámetro de la conciencia de la salud, la
atenuación de la cual hace necesaria la terapia o experiencia del hospital. Virgo es la salud
como potencia básica que hace posible la actividad del servicio; Piscis es la redención
necesitada de esa potencia. La persona cuya conciencia de potencia o habilidad físicas es
menos que su plenitud natural, no puede expresar la plenitud de su actividad servicial, aún
cuando hiciera esfuerzos heroicos pese a su limitación. Esos esfuerzos hechos como una
expresión de su voluntad, son en efecto una redención desde dentro, pero si la terapia
puede ayudar a desarrollar la expansión de la habilidad, la persona pide la ayuda de Piscis -
ella entra a un hospital, se separa de su actividad previa por un tiempo, acepta la limitación
de actividad y al mismo tiempo acepta la oportunidad de mejorar con mayor cabalidad su
condición física y su capacidad para la actividad del servicio. El edificio del hospital donde
ella ingresa para ayuda y regeneración es una exteriorización de los poderes protectores de
la gracia divina. Piense sobre esto.
Nadie está inmune a la acción de la Ley de Causa y Efecto, pero como todo
individuo debe encarar y resolver sus residuos kármicos, los poderes de la Gracia Divina
están inherentes en cada actividad por lo cual los humanos reciben auxilio en la resolución
de sus dificultades. La presencia de la Gracia Divina en el corazón humano se evidencia por
cualquier hospital, desde el pequeño pabellón en el campo de combate hasta las
instituciones enormes y complejas de las ciudades metropolitanas; todos los hospitales,
desde el más pequeño hasta el más grande, están protegidos y revitalizados continuamente
por influencias curativas desde dimensiones más elevadas. Nuestros sanadores de
dedicación más inspirada son aquellos que están consciente o inconscientemente más
sensibles al estímulo directivo de estas Influencias más Elevadas. Los humanos que ven
solamente la superficie de las cosas interpretan los hospitales como lugares de dolor, de
pesar y de tristeza. La verdad es exactamente lo contrario: Los hospitales son centros de los
poderes sanadores de la luz y del amor. Cuando la humanidad doliente comprende esto,
toda la actitud hacia su necesidad de la experiencia de hospital experimenta un cambio
drástico e iluminador. La fe, la gratitud, la esperanza y la seguridad neutralizan los efectos
constrictores del dolor y tanto la conciencia como el cuerpo se expanden para hacer un
ajuste más eficiente al tratamiento de curación. El poder de la Divina Gracia transforma un
hospital de un lugar donde el destino maduro de dolor, de pesar y de limitación debe ser
sufrido, en un lugar donde la redención y la unificación pueden experimentarse.
Si el primer mándala, gobernado por Piscis, es el “qué y dónde” de la experiencia de
hospital, entonces el diámetro de Escorpión-Tauro indica los medios por los cuales se
llevan a cabo y se cumple el servicio de hospital. Esotéricamente, Escorpión-Tauro es el
diámetro de la mayordomía, el principio espiritual que es destinado en la conciencia
humana a través de las experiencias de “posesión y propiedad”. Aquello que es
administrado en el servicio y experiencia de hospital es el poder regenerador. Se origina en
dimensiones superiores invisibles, es dirigido por Servidores Invisibles y encauzado en
toda institución de curación por servidores humanos a los necesitados. Los Servidores
Invisibles trabajan con dedicación a través de largos períodos de tiempo para dirigir la
centralización de poder para las necesidades humanas y el signo de Escorpión simboliza
claramente la conciencia dedicada y las habilidades disciplinadas de todo curador
humano.
Florence Nightingale, cuyas labores infatigables se extendieron durante toda una
vida de noventa años, se destaca como un ejemplo humano maravilloso de los servidos
persistentes de los Sanadores Invisibles. Los Sanadores se disciplinan para calificar, pero
ningún curador es “dueño” del poder curativo - en la mayodormía de su equipo personal él
actúa como “mayordomo” de aquello que es proyectado de Fuentes Invisibles para uso en
este plano. Toda liberación de poder es subsiguiente a la centralización de Poder; el
curador que en forma balanceada y armoniosa conserva sus recursos personales es aquel
que puede liberar con mayor efectividad el poder que fluye a través de él a sus pacientes;
estos recursos pertenecen a los aspectos físico, emocional, mental y espiritual de su ser. Por
lo tanto, Escorpión-Tauro se refiere al material de poder que hace posible la regeneración
de la curación a través del enfoque y la libertad; se refiere al Principio de Mayordomía que
opera a través de la conciencia de curadores invisibles y visibles; se refiere a la Fuente
omnipresente de poder, la provisión de Dios-Padre-Madre para la conservación y
regeneración de formas y microcosmos en evolución. Aquel que sirve como “sanador”, en
el servicio dedicado, se da las manos con sus Mayores Invisibles y sirve como su
instrumento encarnado en la tierra.
La tercera representación de este mándala recalcada por Cáncer, polarizado por
Capricornio, ilustra aquello que inspira o impulsa a un humano a recorrer el Sendero del
servicio de Curación. Es el poder paternal de la pura compasión. Se dijo una vez que “el
primer hospital fue construido cuando un humano oró por primera vez desinteresadamente
y en la plenitud de la fe por la curación de un congénere”. Esa forma de oración cuando se
exterioriza en el físico es el edificio del hospital que encierra, así como el útero encierra al
embrión en crecimiento, el surgimiento dilatado de la conciencia de la salud. Cáncer, el
símbolo maternal, ilustra las cualidades de simpatía, ternura, misericordia y compasión que
inspira a los humanos a ayudar en la curación de otros. Capricornio, el símbolo paternal,
ilustra la provisión de la forma material organizada para la protección de las actividades de
curación, correspondiente al hogar material que un padre provee para la protección de sus
hijos. El “embrión en la matriz” y el “paciente en el hospital” se corresponden mutuamente
en el sentido que cada uno recibe la oportunidad de desenvolver de nuevo su conciencia de
vida a través de la experiencia.
La relación de los administradores y servidores del hospital con los pacientes tienen
muchos puntos de semejanza con la relación de los padres con sus hijos. Todos los
terapistas son padres para la renovación de la conciencia de Vida de sus pacientes a través
de las actividades en el mejoramiento de la salud, y el mejoramiento de la salud es siempre
un medio de liberación. Aquel que desee liberarse de las causas de la inarmonía física
deberá renovar, regenerar y revitalizar su conciencia; el que sirviere con mayor lealtad en el
sendero de curación debe enriquecer su conocimiento y destreza técnicos, aprendiendo la
importancia de ayudar a otros a regenerar su conciencia. La curación es una cosa espiritual;
aquellos que han de curar verdaderamente son los que sirven para la revelación de la
omnipotencia, la omnipresencia y la omnisciencia del Espíritu Morador Interno. La oración
es la “técnica” para esta revelación; la oración y el conocimiento diestro unifican los
poderes místicos-ocultistas en el curador. La simpatía, humildad y dedicación a la verdad
real y espiritual, la disciplina personal equilibrada y la fe posibilitan al curador para poner
en tierra las fuerzas regeneradoras de los reinos superiores para uso en el hospital en donde
sirve.
En conclusión, estas tres representaciones del mándala del trino de agua pueden
usarse para estudiar la experiencia de la prisión. En su naturaleza y propósito esenciales las
prisiones son hospitales. En ambos deben enfrentarse y resolverse los residuos kármicos; el
mismo Poder y los mismos Medios sirven a ambos, el objetivo principal de ambas formas
de servicio es: la unificación y “unificación” significa conciencia incrementada de unidad,
la unificación armonizada de cuerpo, emoción, mente y alma con el Espíritu.
***
del libro " Estudios de Astrología IX ", de Elman Bacher
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