Este estudio dramático de la destructividad de los celos justifica alguna
consideración psicológica. Nunca estamos - en el verdadero sentido de la palabra - celosos
de otra persona. Los celos son odio a sí mismo basado en una inferioridad real o imaginaria,
la cual a su vez, está basada en alguna fase de incumplimiento de una potencialidad o de
algún aspecto descolorido de la evaluación propia. Otelo, si lo personalizamos un poco,
puede haber sentido inferioridad debido a su piel negra particularmente en relación con
Desdémona, su esposa blanca que lo amó verdaderamente. Yago simboliza la astucia y la
doblez de la justificación propia, la aversión a ejercer la honestidad propia. El asesinato de
Desdémona por Otelo simboliza el “asesinato que cometemos en la conciencia, cuando
aguijoneados por racionalizaciones y justificaciones negativas intensas”, “asesinamos” la
verdadera evaluación propia. Por el ejercicio de estas racionalizaciones negativas, le
atribuimos la verdad a una mentira, y caminamos por sendero enredado hasta que caemos.
Las cualidades de nobleza que Desdémona amaba en Otelo representan aquellas virtudes
humanas que inspiran amor y honor; pero Otelo, cegado por el negativo interno no podía
comprender y valorar la verdad de sí mismo. Yago, símbolo del odio de Otelo dentro de sí
mismo recalcó la mentira - representando a Desdémona como si hubiera sido infiel -. Otelo,
bajo la presión del negativo psicológico prefirió creer la mentira.
Aguijoneado hasta la impaciencia por la presión interna, él asesinó aquello que más
había amado - la verdad de su matrimonio con Desdémona -. Marte, como corregente de
Escorpión, es la acción matadora destructiva por la cual expresamos nuestras liberaciones
de los negativos intensamente comprimidos de Escorpión, los niveles y áreas de deseos
irredimidos y de poderes emocionales. La salvación de Marte es la transmutación por
medio de la expresión constructiva e inteligente en la acción. Otelo se traicionó dos veces:
dando oídos a la sugestión de Yago y luego poniendo en acción lo que representaba su
deseo de “matar” lo que éste lo indujo a creer. Un hombre noble, digno de amor y de honor,
lo había botado todo, por el enfoque en su yo falso, en vez del enfoque en su Realidad.
“Matamos” cuando ponemos en acción nuestra creencia en una mentira acerca de nosotros
mismos. Un tema verdaderamente trágico.
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del libro " Estudios de Astrología VII ", de Elman Bacher
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