CAPÍTULO I
EL ASTRÓLOGO COMO CIENTÍFICO, COMO ARTISTA, Y
COMO SACERDOTE-MAESTRO
Los símbolos del círculo, sus cuadrantes, los signos zodiacales, los planetas y sus
aspectos deben sobrentenderse como símbolos de las esencias de la vida, de sus propósitos
y funciones, para que la astrología ocupe su puesto legítimo en la familia de las
Iluminaciones. El acercamiento que considera todo lo escrito en la astrología como
esencialmente malo, hace relativamente imposible el cumplimiento adecuado de la labor
constructiva; además, semejante acercamiento corresponde a las verdades astrológicas tanto
como la versión cristiana del “infierno, el fuego y la condenación” a las enseñanzas
sencillas y luminosas de Jesús.
La palabra filosofía significa “amor a la Sabiduría” y son muchos los senderos del
hombre hacia el logro de la comprensión. Como la astrología es uno de los senderos
principales para la humanidad adquirir la iluminación, ofrecemos este material para que los
estudiantes alcancen un reconocimiento más claro de los tres senderos que hasta cierto
punto deben atravesar y que tienen que atravesarse si es que ellos han de cumplir sus
propósitos como “Astro-Filósofos”.
La rueda del horóscopo y sus “ingredientes vibratorios” contienen los secretos
esenciales de toda clase de patrones del hombre - y en todos los grados y niveles -. El
progreso de la rueda, desde el ascendente a la duodécima casa - en dirección contraria a las
agujas del reloj - pone al alcance de nuestro entendimiento, el “hacia adelante y hada
arriba” del desarrollo evolutivo tal como éste expresa la canción de “YO SOY” en los
cuatro cuadrantes. La “Triunidad” Cósmica se manifiesta físicamente por lo que
usualmente llamamos las “tres dimensiones” de largo, ancho y altura; pero ninguna de estas
tres puede manifestarse sin las otras dos. Esta triunidad de una dimensión física compuesta
tiene su correspondencia astrológica en la triunidad de la división de cada cuadrante de tres
casas; los cuatro cuadrantes se ve entonces que expresan la totalidad de la rueda en doce
casas - cuatro niveles dimensionales triunos de conciencia y desenvolvimiento. Ésta es la
representación simbólica del “Progreso de los Peregrinos”.
Entonces, como el patrón de la rueda de doce casas describe el progreso
fundamental de todo desenvolvimiento humano, se desprende naturalmente que sus
símbolos pueden referirse a nuestras experiencias como astrólogos. En otras palabras,
ciertas facultades y cualidades especializadas de la conciencia, en combinación, abarcan la
“parte de astrólogo” de nuestro ser y por cierto número de encarnaciones esta región de la
conciencia es ejercitada en determinada forma como un factor en nuestro
desenvolvimiento.
Nuestra “conciencia astrológica”, debido a sus especializaciones, puede compararse
a una “sub-entidad” en la entidad de nuestra conciencia compuesta - semejantemente, por
decirlo así, al “amarillo” o “púrpura” como sub-entidades en la entidad vibratoria
compuesta que llamamos “color”. Cada sub-entidad tiene, por supuesto, sus divisiones
principales y éstas, a su vez, sus miríadas de expresiones variantes. Así también sucede con
la rueda y los signos por su división en decanatos, grados, minutos y segundos.
La “parte de astrólogo” de la conciencia humana es un compuesto de aquellos
factores que hacen de nosotros un científico, un artista, o un instructor sacerdote. Así como
las vibraciones de color cardinales están enlazadas entre sí por sus gradaciones, del mismo
modo estos tres correlativos humanos se funden entre sí para formar el “espectro” de la
conciencia astrológica. Todas las personas que trabajan en la astrología pueden tender hasta
cierto punto, a alinearse esencialmente en una de las tres clasificaciones; pero nosotros
debemos llegar al punto de “sintetizarnos” con las tres para que el “capítulo de
desenvolvimiento” astrológico sea completo y bien terminado.
Las significaciones fundamentales de las primeras casas contienen los secretos de
los tres cuadrantes restantes, el segundo, el tercero y el cuarto cuadrantes siendo
“extensiones” del primero. Nos parece que mediante la consideración “radiológica” del
primer cuadrante podemos revelar el secreto de estas cualidades y capacidades de la
conciencia humana, las cuales definen, en expresión especializada, nuestro “ser
astrológico” - cuya suma total representa a la humanidad como “astro-filósofo”.
Primera Casa: El Ascendente de todo horóscopo; el primer grito de “YO SOY”; la
envoltura física que instrumenta a la conciencia; la conciencia del ser y de la manifestación
física; la conciencia de la “seidad” de todas las cosas; la conciencia exotérica que identifica
a la humanidad como un factor en el universo manifestado; en el principio, el hombre
percibe esta manifestación como forma exterior a si mismo: subsiguientemente, en el
desenvolvimiento de la crisálida de la conciencia de la primera casa, él percibe la “multidimensionalidad”
de la vida por la percepción y la realización “esotérica” o “subjetiva”.
Como expresión de la primera casa, el astro-filósofo es “astrólogo como científico”.
Su acercamiento al asunto esta basado en el deseo de comprender la expresión física de la
vida desde una base diferente de cualquiera que haya tenido antes. Como su atención está
enfocada en la forma, él presta, naturalmente, atención cuidadosa a la cualidad y a la
medida. Él se entrena con exactitud escrupulosa en los cálculos matemáticos envueltos
porque éstos son la forma esquelética sobre la cual han de desarrollarse sus habilidades
interpretativas. Además, él trata de descubrir los secretos de los símbolos abstractos
conforme ellos sirven para delinear los procesos por los cuales se manifiesta el Mundo
Físico. El reconoce que la humanidad funciona por medio de sus principios especializados
así como funciona una máquina, de acuerdo con sus principios mecánicos. El estudia
acontecimientos según ellos representan el “lado de la forma” de patrones astrológicos en
acción. El estudia su propio mapa en términos de la sincronización del acontecimiento con
el aspecto; en los estados de desarrollo temprano, él identifica sus aspectos relacionándolos
con la acción vibratoria fuera de sí mismo.
Puesto que él es una “expresión de la primera casa”, el astrólogo es el pionero
astrológico. El es el que abre el camino en el sentido de “proyectar” la conciencia de
verdades astrológicas sobre su círculo de relaciones y asociaciones. Él es un “estimulador”
que trae conocimiento de un “tema nuevo” a su esfera inmediata o al mundo en conjunto.
Los desenvolvimientos del astro-científico están indicados por la primera casa del
segundo y tercer cuadrantes; esto es, la cuarta y séptima casas. A través de estos capítulos
es que el astro-científico comienza a desarrollar su conciencia subjetiva, porque en estos
niveles, él debe volver sus “ojos astro-científicos” a los mapas de aquellos hacia quienes es
atraído en patrones de familia y en patrones de relación. El carácter científico de su
acercamiento lo impele, naturalmente, a buscar la comprensión de los mapas de aquellos
más cercanos y queridos por él en la relación personal. El astro-científico falla en este
punto si permite que su conciencia astrológica sea perturbada y deformada por sus
sentimientos hacia los mapas - y sus contextos - de aquellos cercanos a él. Su parte
científica, objetiva, no emocional, debe ser entrenada y disciplinada para adherirse a su
propia verdad, sin tomar en consideración los sentimientos que él tenga hacia la persona
cuyo mapa está estudiando. La astro-filosofía, en esta forma, demuestra su valor como
“impersonalizador” de la naturaleza de deseos; ella hace posible una técnica por la cual la
mente puede entrenarse a “ver claramente” a pesar de las demandas de la naturaleza de
deseos; como astro-filósofos todos debemos adquirir y mantener este acercamiento
científico impersonal con respecto a todos los mapas.
En la expresión de su décima casa el astro-científico completa sus estudios
incluyendo la comprensión de muchos, sino de todos, de los patrones de interpretación. El
estudia la astrología horaria, los mapas de naciones y gobiernos, grupos, instituciones y
sucesos pertenecientes a mucha gente junta. Él estudia astro-biología y astro-diagnóstico; él
sabe algo de cómo los diferentes sistemas presentan el asunto.
En otras palabras, su carácter científico se extiende en alcance de acción para incluir
la comprensión de los elementos esenciales vibratorios a toda clase de manifestaciones de
la vida objetiva de la humanidad. El astro-científico que mantiene su interés en el asunto sin
comercializarlo, tiene la mejor oportunidad de desenvolverse en forma rítmica y natural.
Segunda casa: Regida abstractamente por Venus, la segunda casa es el correlativo
femenino de la primera. Es la primera de las casas fijas, su cúspide es el punto de arranque
del símbolo del trino y ella inicia esos niveles de conciencia por los cuales nace el astroartista.
Como éste es el único signo femenino del primer cuadrante, él inicia las dos
triplicidades de los trinos de tierra y de agua que abarcan las simbolizaciones de recursos y
respuestas emocionales de la humanidad, su instinto de amar y su impulso de transmutar; su
impulso hacia la belleza, con todas las inspiraciones y aspiraciones, visiones, sueños e
ideales concomitantes a ese impulso.
El término “astro-artista” es usado para designar la parte de nuestra conciencia que
“proyecta” la primera casa a regiones de identidad con la gente, no simplemente a la
“comprensión de las cosas”. Toda habilidad artística es cultivada, todo servicio verdadero
proyectado y todo refinamiento realizado, desde el centro del amor. El astro-artista ve en la
astrología una canalización para la liberación de sus impulsos emocionales; también, a
través del conocimiento acumulado en su “etapa científica”, él expresa el deseo de
armonizar y embellecer la vida humana trayendo a la gente la conciencia de las bondades y
las bellezas esenciales inherentes a los grandes Principios de la Vida según son designados
en la simbología.
El móvil principal de la motivación del astro-artista es la compasión, atributo básico
de la conciencia femenina (la segunda casa: Tauro, regido por Venus, punto de exaltación
de la Luna). El astro-artista desea ayudar, alentar, consolar, elevar e inspirar. Si él no se ha
establecido firmemente en los requisitos de la “etapa científica”, su impulso de auxiliar y de
expresar su sentimiento de simpatía, puede ser, hasta cierto punto impedido porque él ha
dejado de entrenarse en los tecnicismos del asunto. En otras palabras, puesto que él está
funcionando desde el centro del sentimiento - una motivación intensamente personal - él
debe desarrollar el “lado de la forma” del asunto para que sus interpretaciones sean hechas
de cuadros exactos. Por la adhesión a la sinceridad de motivación, el astro-artista evita las
trampas que pueden presentarse en el camino de toda la gente cuya reacción emocional es
la nota clave de su naturaleza. Este peligro latente puede ser compasión sin control por el
conocimiento, falsa piedad que tiende a alejar al astro-artista de cuadros de reorientación
necesitada demostrados en el mapa, y la privación de percibir como CADA INDIVIDUO
PUEDE APRENDER A AYUDARSE A SI MISMO POR MEDIO DE LA
COMPRENSIÓN DE SI MISMO. El astro-artista “terminado” cultiva el desapego de la
implicación emocional en los problemas de su cliente; él utiliza su conciencia del Principio
de Causa y Efecto según éste se manifiesta en el horóscopo y ve la Ley en operación en
todo respecto. No obstante, su corazón, su mente y sus manos son extendidos a todos los
que necesitan su guía; adhiriéndose a la verdad del arte astrológico, él despliega aquellas
áreas trascendentes de la conciencia y la facultad por medio de las cuales nacen la intuición
y la inspiración.
Tercera Casa: En esta expresión el astro-filósofo combina las cualidades de las dos
primeras casas y les añade el conocimiento de la conciencia humana que lo capacita para
interpretar los patrones astrológicos en sus fases más profundamente subjetivas. El tiene
habilidad, una mente entrenada y una buena técnica. A esto le añade un corazón
comprensivo - una conciencia que responde ardientemente a las necesidades internas de sus
congéneres. A esto, a su vez, él añade una comprensión mental abarcadora del significado
de los símbolos y patrones astrológicos conforme ellos representan estados de existencia,
estados de relación y estados de evolución - no simplemente sucesos y sufrimientos.
Puesto que la tercera casa es polarizada en la novena, vemos que el astro-filósofo
del tipo de la tercera casa es científico, artista y maestro. Su conciencia compuesta le
permite que se le designe como maestro sacerdote o “astro-sacerdote”. Él es el “hermano
mayor” para todos los que buscan su guía, porque él ha atravesado los patrones de
experiencia de aquellos que vienen a él; él comprende porque ha realizado por medio de su
propia experiencia.
Él conoce el sexo y el matrimonio porque ha destilado comprensión de sus
encarnaciones como varón y como hembra; él conoce el estado de marido y el de esposa, la
pasión y el sacrificio, la niñez y la paternidad o maternidad. Él sabe que lo exterior es un
reflejo de lo interno y busca siempre, alinear las mentes de las personas, con esta verdad.
Debido a que él ocupa la posición de intermediario entre la ignorancia y la instrucción del
hombre, el astro-sacerdote realiza la misma función en su servicio astrológico que pueda
desempeñar cualquier sacerdote en una religión ceremonial; como sacerdote, él “ve el
problema” desde la posición ventajosa de la sabiduría. El astro-científico conoce el efecto
de las fuerzas vibratorias en individuos y grupos; el astro-sacerdote comprende la vida
vibratoria de la humanidad. El científico es objetivo, el sacerdote es subjetivo; el artista
puede ser lo uno o lo otro, dependiendo en cuál de las dos clasificaciones él se alinea más
fuertemente. No obstante, la motivación del astro-sacerdote no es científica; él incluye ese
nivel; pero sus extensiones incluyen los niveles superiores trascendentes de mente y
corazón.
Los desenvolvimientos del astro-filósofo como maestro-sacerdote son muy
interesantes porque la última fase de su “cruz” (los signos mutables) es la duodécima casa
el final de la rueda. Como él es un compuesto de los dos primeros tipos, más otra cosa, sus
estados de desarrollo envuelven pruebas y recompensas que son comparativamente
mayores que aquellas de los otros dos.
El astro-sacerdote, en su “estado primitivo” es el moralista, expresión secundaria de
la novena casa. Sus interpretaciones literales de principio son necesarias porque él aún no
ha tenido suficiente experiencia para completar su comprensión. En este nivel, el astrosacerdote
ve el mapa como la “representación del bien contra el mal”. Puesto que él mismo
representa un punto de diferenciación de estos dos factores en la mente de sus clientes - y
ellos son atraídos hacia él por el poder de la simpatía vibratoria - su “conciencia moral” es
el punto focal de, sus interpretaciones. Él, con gran frecuencia, no puede percibir en este
nivel, la “relatividad” de lo que él llama “bueno y malo” y lee en el mapa de sus clientes,
sus propias normas. Él puede poseer lo mejor de los primeros dos tipos; pero su propia
verdad aún no está desarrollada. La polaridad de la tercera casa es la novena y ésta, a su
vez, es el resultado del cuadrante iniciado por la séptima casa y realizado por las
transmutaciones de la octava casa. La comprensión resultante es lo que está representado
por la novena y por eso es que el astro-filósofo, como maestro-sacerdote, se esfuerza, en su
desenvolvimiento, como la puerta al cuarto cuadrante.
La tercera casa alcanza sus “florecimientos” en la séptima y undécima casas; en
estos capítulos, el astro-sacerdote reconoce su paralelismo con toda la gente, a medida que
su desenvolvimiento progresa por la trascendencia de la experiencia, él realiza la sabiduría
del amor. Él conoce que el ser humano es una suspensión de lo cósmico en todas sus
expresiones y en él mismo encuentra aquello que refleja la solución de los problemas de sus
clientes. Luego vemos que la finalidad combinada del astro-filósofo es la apreciación que lo
peor en su cliente ha sido lo peor suyo propio, en alguna época del pasado; lo mejor suyo es
una iluminación en los rincones oscuros de las condiciones de su cliente y las reacciones a
esas condiciones. Su sabiduría y su amor se vuelven insondables recursos para la
reorientación de patrones humanos.
***
del libro " Estudios de Astrología V ", de Elman Bacher
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