CAPÍTULO I
EL PUNTO, LA LINEA Y EL CÍRCULO
Por mucho tiempo una de las convicciones personales más profundamente
arraigadas del autor ha sido que la astrología es el supremo arte interpretativo de la
humanidad. “Supremo” porque sus elementos de estructura y simbolismo componen los
elementos estructurales y simbólicos de las otras artes. La astrología es la representación
simbólica de los principios cósmicos “expresándose humanamente”, como tal, ella
representa todo lo que la humanidad misma trata de expresar en las bellas artes. Es la
creación de patrones de acciones y reacciones y estas dos palabras juntas son el
macrocosmo de lo que llamamos “experiencia humana” que, a su vez, es la “destilación de
la conciencia espiritual”. El arte en cualquier forma, sirve para intensificar y vivificar la
conciencia del Hombre, de sí mismo, de otras personas y del mundo que lo rodea.
La sencillez fundamental del simbolismo astrológico tiene un efecto muy penetrante
en nuestra conciencia debido a su cualidad arquetípica; de aquí que sus mensajes - a través
de los planetas, signos, casas y aspectos - nos llegan continuamente mientras nosotros
mismos desenvolvemos nuestros recursos de sabiduría y percepción. Todos los artistas de
fama universal son considerados así debido al alto desarrollo excepcional en por lo menos
una rama de su arte particular; el astrólogo prominente es aquel que ha logrado la
integración armoniosa del intelecto con el amor y la intuición. Él es, por la naturaleza de su
talento, intelecto e instrumento, estimulador y reflector, padre y hermano. Él conoce las
tinieblas, pero su percepción está centralizada en la Luz; él ilumina la conciencia de los
otros, concerniente a la identidad real de éstos como expresiones de la Ley de Causa y
Efecto, la cual es polaridad cósmica en acción a través del arquetipo humano.
La disertación preliminar sobre el “punto, la línea y el círculo”.tiene el propósito de
preparar la mente para la consideración de las analogías entre las bellas artes y la astrología.
Toda obra de arte es una organización “quimicalizada” de elementos, abstractos y
concretos, para la incorporación de una idea arquetípica. La concepción de la idea es la
acción de la polaridad femenina del artista; representa su funcionamiento como un
enfocador de poderes inspiradores y perceptor del arquetipo por intuición. Por el ejercicio
del poder de la voluntad y la destreza técnica (la polaridad masculina) tiene lugar una
fusión vibratoria que hace posible la gestación de la encarnación - el arquetipo es
condensado y objetivado a través del medio artístico particular - la perfección inherente del
arquetipo se manifiesta relativamente en tono, color, diseños, movimiento, gestos, palabras,
etc. La fusión de la intuición con la voluntad es el ejercicio de la bipolaridad - el artista es a
un mismo tiempo el “padre-madre” de su obra. Los seres humanos no CREAN - no pueden
CREAR tonos, colores -, diseños, movimientos, gestos, etc. Nosotros tenemos, sin
embargo, la facultad de percibir la existencia y naturaleza de los arquetipos, y nuestros
talentos nos permiten manifestar nuestros conceptos de los arquetipos que son y han sido
siempre inherentes a la Mente Divina. Nosotros como individuos damos simplemente
expresiones individualizadas de ellos? La cualidad trascendente de la obra de un genio
artístico verdaderamente grande tiene su recurso en la claridad con que él percibe el
arquetipo y la eficiencia conque lo expresa. Piense sobre esto con respecto a esas obras de
arte que usted ama más hondamente y que lo han inspirado con mayor intensidad. Ellas
viven siempre en su conciencia y sirven para simbolizarle realidades internas. Su respuesta
a ellas es parte integrante de su cuerpo de alma; la esencia de ellas vivirá en su cuerpo de
alma mientras usted exista. Ellas son en cualquier forma manifestaciones vibratorias de la
verdad. La facultad creadora del manifestador artístico es la originalidad con que él
incorpora el arquetipo.
He aquí algunos ejemplos para ilustrar la cualidad arquetípica del gran arte: La
música de Johann Sebastian Bach; el canto de Marian Anderson; el baile artístico de
Isadora Duncan, Vaslav Nijinsky, y Mary Wigman; la representación de Eleanora Duse, y
John Barrymore; los dramas de Shakespeare; la escultura de Rodin; las novelas de Pearl
Buck; la arquitectura del antiguo Egipto; la poesía de Verlaine, etcétera.
No puede haber representación astrológica sin el “punto, la línea y el círculo” .Sin la
comprensión del significado arquetípico de estos tres no podemos comprender la
significación arquetípica de una obra de arte ni de un horóscopo. En la combinación del
“punto, la línea y el círculo”, como una continuidad ordenada se ve el símbolo de la
emanación - macrocósmica y microcósmica, divina y humana. ¿Se ha preguntado usted
alguna vez lo que se debe hacer para crear un símbolo de te “nada”? Bastante sencillo.
Usted deja el papel en blanco. Desde el momento que usted ha indicado cualquier cosa en
el papel ya usted le ha dado incorporación a un “algo”. El factor más fascinante en la
simbología es el estudio del punto - porque el punto es el comienzo de toda exteriorización
-. ¿Puede usted trazar una línea de pronto? No, usted tiene que comenzar con un punto. El
contradecir diciendo “pero yo puedo usar un sello y trazar una línea de pronto” es una
equivocación; el sello mismo (hecho para trazar una línea) fue hecho por un procedimiento.
La gente en su mayor parte está inclinada a creer que el cero (círculo) es el símbolo
de la “nada”. El mero hecho de ser el cero una “cosa trazada” invalida automáticamente tal
interpretación. (“Uno y cero” - como un diseño - no es “uno” sino “diez”). Consideremos la
naturaleza del “círculo del cero” desde el punto de vista de cómo está hecho esencialmente;
de eso tal vez podamos obtener una percepción más clara de lo que él simboliza
esencialmente. (Note que, en adición y multiplicación, nuestros “resultados numéricos”,
emanan hacia la izquierda - al igual que la línea del Ascendente “emana” del centro del
Gran Mándala en espacio-tiempo específico. El número más lejano a la izquierda en el
resultado aritmético es análogo al punto del Ascendente).
En el momento en que la punta de su lápiz toca el papel usted ha establecido el
punto. Por sucesión de movimiento en el tiempo-espacio, usted traza la línea desde ese
punto. El punto, por lo tanto, es el origen. La polaridad está representada aquí: su voluntad
y su mente se imponen sobre las sustancias materiales del lápiz y el papel; la idea de trazar
la línea es su acción subjetiva; el trazarla es la acción objetiva que resulta en la
manifestación de la línea. De los dos instrumentos, el lápiz es masculino porque su
sustancia está cualificada para hacer la marca; el papel es femenino porque su naturaleza es
“recibir” la impresión de la punta del lápiz y reflejar la representación de su idea.
Correspondientemente usted es Dios (en esta acción); el lápiz y el papel son materia y la
línea es el resultado específico de la acción de su voluntad sobre la sustancia material;
correspondientemente de nuevo - así como el Padre-Madre Dios (Voluntad creadora e
Imaginación) utiliza el universo material para manifestar arquetipos - y esos arquetipos
pueden ser la “humanidad”, el “gato”, el “árbol de roble”, o el “pájaro zumbador” (humano,
cuadrúpedo, vegetal, o pájaro). La acción de la punta del lápiz en el papel es análoga a la
acción de la polaridad cósmica y a través del universo material, resultando en una
manifestación especializada.
Del mismo modo que usted como una “emanación” del Padre-Madre-Dios es el
origen de sus expresiones, así también el punto que usted ha trazado es el origen de todas
las líneas, planos y (teóricamente) los sólidos que pueden emanar de él. Como tal, el punto
es el símbolo abstracto de la subjetividad infinita, desde ese punto pueden trazarse líneas en
el espacio infinito y en el tiempo infinito. Debido a que la línea “vive” es evidente que el
punto existe, debido a que nosotros, estamos sostenidos en la manifestación es evidente que
nuestro origen existe. La línea es, por esta razón, el efecto específico de una causa
específica; el trazarla es un proceso “quimicalizador”; el medirla es el ejercicio de su
voluntad para manifestar perfectamente el arquetipo en su mente. (Una línea indefinida es
manifestación irrealizada del arquetipo; una línea medida está cualificada específica y
definitivamente como una exteriorización arquetípica). Realmente el punto es un diminuto
“círculo relleno”; abstractamente, y ahora estamos tratando de abstracciones, él simboliza
el compuesto puro de todas las dimensiones. Reflexione seriamente sobre la palabra
“arquetipo” - podría ser el tema de estudio de toda una vida porque es una de las palabras
más fascinantes e iluminadoras.
Ahora vemos el punto como un símbolo abstracto - el arquetipo - del origen: Dios,
causa, esencia subjetiva, núcleo, simiente, etc. La línea es, correspondientemente, la
primera emanación de la fuente de potencialidad porque todavía ninguna otra línea había
sido trazada del punto. Cuando la línea es terminada por medida específica, ella está
completamente “quimicalizada” y está cualificada por sus atributos de línea para emanar
planos y sólidos. (Del mismo modo que un niño, “emanado” por sus padres posee, los
atributos de convertirse en padre cuando alcance la madurez; su madurez, física y
emocional, lo cualifican para una identidad específica - paternidad o maternidad - como la
medida de la línea, lo cualifica específicamente).
Refiriéndose al tema de esta disertación, el punto es la idea arquetípica del artista.
El trazar la línea es la acción de manifestar el arquetipo. La línea medida, completa, es el
trabajo terminado ya cualificado por sus atributos para ser visto, oído y disfrutado - para ser
respondido. En el Gran Mándala Astrológico el punto del centro es la Divinidad inherente
del arquetipo humanidad; la línea trazada a la izquierda es el ascendente abstracto, Aries, el
“YO SOY” de todos los seres humanos. En el horóscopo del ser humano individual, el
punto central es su “chispa de Dios”, su “porción” individualizada de la Divinidad, la
“quimicalización” de la cual es la línea dibujada horizontalmente hacia la izquierda desde
el punto; su contacto con la circunferencia del círculo es su nacimiento físico - la
objetivación de su “YO SOY”. Puesto que sólo hay un radio de cada círculo, esta “línea del
Ascendente” es el compuesto de las cuatro identidades básicas humanas: varón o hembra o
ambos; complementación (y estas dos comprenden la identidad sexual); género masculino y
femenino. Estos dos comprenden las identidades de ser Causantes y Efectos de Causas o
Manifestaciones y Reactores.
La palabra “Arte” corresponde a la palabra “Artista” así como la palabra
“Humanidad” corresponde a la palabra compuesta “Hombre-Mujer”. Existen muchas
formas de expresión del Arte así como hay varios tipos de seres humanos. Arte, como
palabra arquetípica significa: La manifestación de arquetipos a través del instrumento del
tono, el color, la sustancia, la palabra y el movimiento, y los elementos abstractos de diseño
y ritmo. “Humanidad” significa: La manifestarían en este planeta de una idea arquetípica de
Padre-Madre Dios; es expresada a través de los medios del sexo masculino y femenino que
aparecen en las “dimensiones evolutivas” de incumplimiento y de cumplimiento relativo de
las potencialidades Divinas. Tratemos ahora sobre las emanaciones de la línea como un
“origen” en sí misma.
Al igual que el número Arquetípico es “uno”, así hay sólo un centro y un radio para
cualquier horóscopo - aunque por consiguiente, dos diámetros. El artista posee -
manifestativa y/o interpretativamente una dotación artística y esa es su habilidad de percibir
arquetipos y de manifestarlos. Pero puede haber muchas formas por las cuales él ejercite su
“YO SOY” artístico - por la participación en diferentes formas de arte o en diferentes fases
de una forma particular -. Existen en astrología tres expresiones de las cuatro identidades
básicas mencionadas previamente. En cada una de estas doce identidades el ser humano
expresa sus potencialidades especializadas, en cada una de las fases de la dotación del
artista (los géneros de la cual, masculino y femenino, son manifestador e intérprete,
respectivamente) él expresa sus potencialidades artísticas especializadas; el dramaturgo se
expresa por medio de varias formas dramáticas y la actriz aprende a interpretar varios tipos
de papeles; el músico brega o puede bregar con diferentes instrumentos y formas musicales;
el arquitecto y el escultor aprenden a adaptar diferentes sustancias para darle forma a sus
ideas. El artista cumple los “radios de la rueda” con cada demostración satisfactoria de su
dotación manifestadora e interpretativa; el individuo humano realiza sus “radios” cuando él
se percata de los principios espirituales implicados en sus patrones de experiencia y expresa
esa realización en su vida cotidiana. ¿Cómo es simbolizado el fin de todo esto?
Consideremos el cumplimiento del punto, el círculo:
La belleza inefable de un círculo perfecto es el símbolo supremo de la humanidad
para la realización espiritual y cumplimiento perfecto de las potencialidades. Después de la
realización y cumplimiento de potencialidad viene la liberación perfecta de la esclavitud de
la forma en el momento exacto. La “forma” puede significar una relación específica, un
patrón de experiencia específico en una octava particular, un estado específico de
manifestación, o un ciclo específico de evolución. Para ilustrarlo:
Dibuje en un papel la siguiente forma geométrica más simple - un triángulo
equilátero -. Los puntos medios de los lados son los tres puntos que están más próximos al
centro (de la figura). A medida que usted se mueve a lo largo del triángulo desde cualquiera
de estos tres puntos usted se aleja del centro hasta que llega al siguiente punto angular.
Haga lo mismo con el cuadrado: los puntos medios de sus lados son los cuatro puntos más
próximos al centro y los puntos de los ángulos están más retirados del centro. Todas las
figuras encerradas de tres o más lados son símbolos del cristal. Representan estados
estáticos. El movimiento a su alrededor, aunque rítmico en figuras equiláteras, no es
constante en relación con el centro. En este respecto, el círculo difiere de todas las otras
figuras encerradas. Trace la punta de su lápiz desde cualquier sitio en la circunferencia de
un círculo perfecto alrededor de la rueda y dé vuelta al sitio donde comenzó: La punta de su
lápiz está a la misma distancia del centro en todo instante. Por tanto la “perfección
espiritual” del círculo y su perfección estética (una corriente continua perfectamente
controlada desde un punto dado) representa el ideal de expresión rítmica, armoniosa, de
potencialidades y sus cumplimientos perfectos en “Amor-Sabiduría”.
Como el triángulo equilátero - el “Gran Trino - es el siguiente símbolo espiritual
más significante (debido a la “proximidad” de sus puntos medios al centro) tenemos en él,
la imagen de la perfección relativa del ser humano ejercitando, de tiempo en tiempo el
mejor y más elevado de sus atributos. Siendo humano él no permanece en esos puntos
elevados (los próximos al centro, y ellos tienen una analogía con los puntos medios, de un
diámetro horóscópico); él tiende a alejarse de su Centro hacia el siguiente punto angular
que simboliza una nueva identidad para más amplias liberaciones de los poderes de Amor-
Sabiduría. Estudie los cuatro trinos genéricos, cada uno encerrado en un círculo con los
puntos medios de los lados conectados con el centro - y ellos tienen una analogía con los
puntos medios, dé un diámetro horóscópico); él tiende a alejarse de su Centro hada el
siguiente punto angular que simboliza una nueva identidad para más amplias liberaciones
dé los poderes de Amor-Sabiduría. Estudie los cuatro trinos genéricos, cada uno encerrado
en un círculo con los puntos medios de los lados conectados con el centro - para representar
el “encerramiento”. Los puntos angulares como están más distantes del centro, son en cada
uno de los cuatro símbolos, el poder “triuno” de identidad (cardinal) que debe expresarse y
cumplirse por medio del amor (fijo) y la sabiduría (mudable). El encerrar un círculo más
pequeño por los tres puntos medios representa el “retorno” de la individualización (Adán y
Eva) a la unidad (el Paraíso) por la redención a través del Amor-Sabiduría (el Cristo). La
continuación de éste proceso de crear círculos más pequeños en la misma forma reduciría
eventualmente, desde un punto de vista simbólico, abstracto, el círculo original a su punto
Central original, las terminaciones de la experiencia de un arquetipo manifestado: “De la
Subjetividad a la Objetividad y de vuelta a la Subjetividad”. Conclusión:
El círculo no es un “símbolo químico”, es la manifestación de la perfección
inherente de una expresión “quimicalizada”. Es el ideal de la objetivación perfecta y de la
realización perfecta. Es el infinito del efecto perfecto como el punto central es la perfección
infinita del arquetipo.
El círculo de la rueda horoscópica es el arquetipo humano que debe ser manifestado
(Maestría); es la verdad, la bondad, y la Belleza - el poder inspirador - de la obra de arte
realizada. Es la conciencia refinada y sensibilizada del artista como manifestador -
interpretador - e interpretador significa “maestro” así como “ejecutante” - y el
cumplimiento de su dotación sagrada como un instrumento espiritual. El punto central del
círculo es la fuente divina de la manifestación - en todos los planos, octavas y ciclos.
***
del libro " Estudios de Astrología VI ", de Elman Bacher
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