CAPÍTULO IV
EXPERIENCIA MILITAR INVOLUNTARIA
Desde el comienzo de nuestra experiencia encarnada, la lucha en cualquier nivel o
implicando cualquier cantidad de personas nunca ha sido otra cosa que una dramatización
de la lucha del individuo por evolucionar. La destrucción, el dolor y la pena que la entidad,
humanidad se ha infligido, nunca ha sido nada más que una expresión en acción de la
ignorancia de los principios de vida. Esta ignorancia ha sido siempre básicamente - ¿cómo
podría ser de otra manera? - una cuestión individual.
Hasta tanto hayan sido establecidos ciertos directivos propios, la humanidad
funcionará, en primer lugar, por la respuesta a estímulos al pensamiento colectivo, al
instinto colectivo o al sentimiento colectivo subconsciente. En esta forma la Naturaleza
provee que la retribución kármica sea experimentada colectivamente. Un grupo de
individuos - tribu, nación o alianza de naciones - están permitidos a saldar un patrón de
pago kármico todos juntos, en lugar de plazos individuales. Todas las personas, en una
circunstancia dada, afinadas a un negativo vibratorio particular - tal como el frenesí
sadístico de la cuadrilla de linchamiento - responden en simpatía y se expresan en masa.
Puesto que nosotros como individuos, somos muy deficientes en la expresión ideal,
estamos “empatados” hasta cierto punto, a determinados patrones de incumplimiento. Esto
se debe a nuestra ignorancia de los principios y al habernos expresado en la acción de
conformidad con la ignorancia, en pasadas encarnaciones. La expresión – causa - implica
su propio efecto. Uno de los efectos más fenomenales en la época actual ha sido el campo
global de la guerra tal como hemos visto desde el 1914. La oposición entre Urano en
Capricornio y Neptuno en Cáncer que precedió al estallido de la Primera Guerra Mundial,
fue la condición vibratoria por la cual seres humanos en grupos nacionales se enfrentaron a
la compensación kármica colectiva a través de la experiencia de la guerra. Esta oposición
fue el “patrón de Luna Llena” de la conjunción de Urano y Neptuno en Sagitario-
Capricornio durante los últimos años del siglo dieciocho y los primeros años del siglo
diecinueve. Era el plazo para la ruptura de cristalización universal de modo que pudiera
llevarse a cabo el progreso universal. Sólo unos momentos de reflexión son necesarios para
apreciar que la entidad entera, humanidad, fue afectada drásticamente por esta conjunción
y su oposición resultante. Nuevas octavas de Poder y Sabiduría fueron liberadas a través de
las encarnaciones de muchas personas, que, durante el pasado siglo y medio, funcionaron
como “señales de camino” hacia la trascendencia de lo que ya no es necesario. Los poderes
expresados por estas grandes personas afectaron nuestra experiencia en todos los planos - el
intelectual, religioso, filosófico, científico y artístico. Una “ola de vida” de encarnaciones
se hizo en los primeros años de este siglo cuando la oposición de Urano a Neptuno misma
no sólo estaba “calentada al rojo blanco” sino cuadrada por la oposición de Saturno en
Aries y Júpiter en Libra. Esta ola de vida - enfocando la cuadratura de Saturno con ambos
Urano y Neptuno - apareció en los momentos más precarios. Ese patrón vibratorio fue, en
la opinión del autor, el gran reto de cristalización al progreso. Tal vez el más importante
factor aislado en la experiencia de vida de esas gentes fue la opción, en la conciencia, de
apegarse a lo viejo o de seguir el progreso a través del desenvolvimiento individualizado.
¡Un punto evolutivo crítico, en realidad! El brote de la Rebelión de los “Boxers” y el
establecimiento del gobierno republicano en China durante esta era representó ese patrón
planetario aplicable al status evolutivo de una gran civilización - un ejemplo interesante de
la tremenda significación de aquellos años - y de ese aspecto.
Nosotros tenemos una historia registrada de muchos siglos de experiencia de cuyo
estudio podemos encontrar - así como podemos de nuestras experiencias del presente - los
principios subyacentes a la relación entre las causas individuales y colectivas y sus efectos.
En estos tiempos la gente pregunta: “¿Después de dos guerras globales en mucho menos de
medio siglo, habremos de tener otra?” La contestación responde: “Si la tenemos será
porque nosotros no nos hemos aplicado suficientemente a aprender de las experiencias
anteriores acerca de los principios que conciernen al bienestar mutuo entre grupos
nacionales”. En resumen, el efecto - como lo hace siempre - ha de describir e identificar su
propia causa.
Considere la fundación del Gran Mándala Astrológico: un círculo con un punto en
el centro; una línea horizontal emana del centro hada la izquierda, tocando la
circunferencia; el símbolo del signo de Aries fuera del círculo en ese punto. Todo esto del
Mándala es el cuadro esencial de las potencialidades de cada ser humano que aparece en el
cuerpo infantil en la aurora de la encarnación. En este radio están implicadas todas las otras
formas posibles de expresar el YO SOY individual durante la vida que sigue. Ahora añada
con línea leve en lápiz, lo siguiente: la vertical superior: Capricornio; la horizontal a la
derecha: Libra; la vertical inferior: Cáncer. Desde el centro del radio izquierdo - la línea de
Aries - trace tres cuartas partes de un círculo en la dirección de las agujas del reloj (hacia
atrás) a través de Capricornio y Libra, terminando en el medio del radio de Cáncer. Esto es
una “película cinematográfica” en reverso - desde el nacimiento hasta la concepción -
nueve meses de gestación humana. Todos los cuatro puntos genéricos están incluidos en
esta película: moviéndose hacia adelante de Cáncer a Aries - a través de los tres cuadrantes
- vemos un resumen de las cualidades genéricas destiladas del pasado al presente. Ésta es la
forma más simple que tenemos de “recolectar” los residuos kármicos de encarnaciones
pasadas para redención en el presente porque los puntos estructurales de la encarnación -
los signos Cardinales - están todos representados en sucesión, desde más femenino hasta
más masculino y cada Cardinal combina el Fijo y el Mutable de su elemento genérico
particular.
Puesto qué nuestra experiencia es dual: dinámicamente masculina una proyección
de nuestra conciencia genérica; y, por reflejo, femenina, una percepción por nuestra
conciencia genérica, tenemos en este simple mándala la suma total esencial de la “Egoidad”
del individuo cuando él vino a esta encarnación particular. Eso significa su “Egoidad” de
inconsciencia, temor-odio, e ignorancia así como su “Egoidad” de poder, amor, sabiduría:
los residuos y los logros espirituales, respectivamente, de sus encarnaciones pasadas como
hombre y como mujer. Su atracción magnética a sus padres exterioriza factores muy
significativos de su conciencia de relación genérica; su afinación con su nacionalidad racial
exterioriza gran parte de sus residuos kármicos colectivos. En esto último se encuentra la
razón por la cual él ha sido - o puede ser - llamado a servicio militar durante este tiempo de
mutación universal; es, en resumen, un residuo de servicio incumplido y de comprensión
incumplida de los principios.
Ahora añada al mándala el radio que representa la cúspide de la duodécima casa ;
coloque el símbolo de Piscis en la punta de la cúspide. Conecte los radios de Piscis y Aries
por una línea recta con una punta de flecha apuntando hacia abajo y tocando la cúspide de
Aries. Ésta es la manera más simple que tenemos en Astrología, de representar la
emanación del pasado en el presente. Como cada radio de una rueda astrológica es una
emanación del radio, esto demuestra que el “YO SOY” del presente es una emanación del
“YO SOY” del pasado. La cúspide de la segunda casa en relación con la de la primera
simbolizaría el “YO SOY” del futuro, la emanación del presente. Por tanto, la esencia
dinámica del radio de Aries - el “YO SOY AHORA”- simboliza la potencialidad, la
impulsión y la necesidad de poner en acción en esta encarnación las sumas totales de
nuestros “YO SOY” del pasado. Esto significa acción como expresión de la ignorancia de
los principios así como de la comprensión de los principios; tal acción, de cualquiera de los
dos niveles, emana efectos para el futuro.
Ahora, para hablar del interrogante en las mentes de la mayoría de las personas en
estos tiempos, ¿cuánto tiempo vamos nosotros, individual o colectivamente, a continuar
poniendo en acción causas que tendrán la guerra como sus efectos objetivados? ¿Cuánto
más ha de tomarnos - individual o colectivamente – reconocer que ciertas acciones – causas
- se objetivan en guerra, crimen, sufrimiento y desintegración? Esta pregunta - y su
contestación - no tiene nada en absoluto que ver con ninguna nación particular, ideología
política o forma de gobierno. Esta pregunta es formulada tarde o temprano por todo ser
humano. Su contestación y su comprensión, son derivadas por cada individuo como
resultado de su desenvolvimiento evolutivo. Cambie la cualidad de las causas aprendiendo
de la experiencia y tome acción desde la base de la nueva sabiduría.
Puesto que cada radio en la rueda horoscópica es un factor de un patrón de polaridad
doble, extendamos ahora el radio de Pisas en el mándala anterior para formar un diámetro
completo; extendamos la línea al punto opuesto para formar el diámetro de Piscis-Virgo
cúspides de las casas duodécima y sexta. Un diámetro es una imagen desplegada de las
potencialidades de un radio puesto que demuestra ambas polaridades. Así que, con el
diámetro de Piscis-Virgo tenemos los signos femeninos de la cruz mutable. Virgo (Tierra)
es varón; Piscis (Agua) es hembra. Respecto a nuestro asunto, estos dos signos pintan
simbólicamente los dos tipos de personas que se dedican al servicio militar.
1) Aquellos que se alistan - sirven voluntariamente - expresan una conciencia de
servicio desde el nivel dinámico - o genéricamente varón - esta cualidad está representada
por Virgo, el cual, en esencia, es servicio amoroso.
2) Aquellos que son reclutados - sirven obligatoriamente - son movilizados al
servicio militar por fuerzas externas; en otras palabras, sobre ellos operan fuerzas kármicas
que son objetivadas por los representantes del gobierno y la autoridad militar. Este tipo de
experiencia representa la polaridad femenina genérica del diámetro del servicio; no
solamente es pasiva sino que la falta de dirección propia implicada hace esta clase de
experiencia una posible fuente de gran sufrimiento para el individuo a menos que - repito a
menos que - él haga un ajuste de la situación en su conciencia y la acepte en su interior, se
mueva con las fuerzas kármicas y cumpla sus responsabilidades hasta el máximo en todos
los pasos del camino. Consideremos una prueba de este patrón según se ha objetivado en
experiencias recientes de muchas personas.
La acción de reclutamiento de la pasada guerra fue un “punto de mutación” en la
vida de todos los que fueron afectados por ella; justamente como en una escala más
universal, aquellos que encarnan bajo las vibraciones de ciertos aspectos planetarios
mayores, se “empatan” con los puntos de viraje evolutivos. Puesto que la humanidad tiende
básicamente a la inercia - prefiriendo la adhesión a aquello que está establecido como un
símbolo de seguridad - la mayoría de la gente necesitan ser movidos por fuerzas kármicas
para flexibilizar sus acercamientos a la experiencia y para abrir nuevos niveles de
conciencia de cualidades y capacidades. Las autoridades a cargo de la última organización
de reclutamiento hizo mucho para tratar de determinar las cualificaciones de los individuos
para servicio adecuado. El hecho que muchos hombres fueron asignados a ramas de trabajo
que eran completamente nuevas para ellos fue la exteriorización de medios kármicos en
operación en sus vidas. Sus necesidades internas profundas para la elasticidad de
conciencia los magnetizó hada organizaciones específicas, ramas específicas de servicio y
localidades específicas para cumplir patrones de responsabilidad que pueden haber sido,
desde el punto de vista del tiempo, miles de años de existentes. Una cosa es cierta: la
oportunidad del servicio de reclutamiento ofrecida a cada hombre fue el efecto directo de
causas de faltas que él mismo incitó en el pasado. Estar encarnado implica la aceptación
voluntaria o de otra índole, de servir a la vida por el mejoramiento de la cualidad del
rendimiento y respuesta vibratorios; nosotros nunca podemos mejorar nada a menos que
logremos una comprensión más clara y más extensa de nuestras realidades. Una de nuestras
realidades básicas es lograr la maestría del destino individual: esto está probado por nuestra
posesión de la facultad de la opción. Nosotros podemos elegir el hacer de cualquier
experiencia un “punto de mutación” de vuelta hacia arriba o vuelta hacia abajo,
dependiendo de la cualidad de nuestra reacción y nuestra acción a una circunstancia
determinada. Nosotros podemos aprender a hacer mejores elecciones al grado que nos
tornemos conscientes sin emoción, de la cualidad de los efectos.
Si hemos dejado - y todos hemos dejado - de servir en el pasado de acuerdo con el
principio, entonces reconocemos que la vida provee, a través de la conciencia, la
oportunidad de redimir la cualidad del servicio deficiente por la armonización con la
experiencia grupal de modo que la conciencia combinada del grupo pueda añadir poder al
esfuerzo regenerador y cada persona que esté condicionada constructivamente sirva
entonces a todos los demás que están igualmente condicionados para el fomento del
progreso. El servicio militar es uno de los ejemplos más conspicuos, en períodos de
“tensión global” por los cuales la vida hace posible esta oportunidad, y cada persona es
colocada así, donde y con quien su karma (destino generado por sí mismo) decrete.
Su horóscopo es una variación del Gran Mándala, pero su duodécima y sexta casas
están en el mismo lugar que las de todos los demás. Estudie los signos de las cúspides de
sus Casas Mutables - tercera a novena, sexta a duodécima - como la cruz vibratoria que, en
su mapa, corresponde a la Cruz Mutable del Gran Mándala. Enfoque su atención en los
regentes planetarios - sus ubicaciones, aspectos y cualidad genérica - de dos casas:
duodécima y sexta. Estudie cuidadosamente todas las cuadraturas y oposiciones que
implican su duodécima casa y su regente. El regente de su duodécima casa le da la llave
para su afinación con las fuerzas kármicas; sus aspectos regenerados representarán sus
fuerzas espirituales profundas superconscientes para enfrentar y trascender las “duras
experiencias” representadas por sus aspectos no regenerados. En una experiencia semejante
usted se “enredará” con gran parte de lo que representa el astral negativo en la conciencia
humana, las condiciones vibratorias negativas de su duodécima casa describen su
magnetización a la gente así representada que servirá de retos a su hondo deseo por la
acción y la expresión redentoras. Infórmese sobre el principio de este planeta y el
principio de todo planeta que forme aspecto con él; porque usted lo necesita, usted será
probado poderosamente en ese punto. Sepa que los “Planetas son Gente”. Su mapa será,
en todo respecto, exteriorizado bellamente o de otra manera, por las personas con quienes
usted habrá de asociarse en este período de “servicio redentor”.
En tiempos de conflicto planetario el individuo puede tomar una de cuatro opciones:
1) Una abstención intransigente de participación en cualquier forma;
2) Abstención de combatir, pero buena voluntad de servir en otra forma;
3) Alistamiento voluntario como un gesto “auto-propulsado” de servicio;
4) Dejarse reclutar y tomar el plato servido.
De estas cuatro opciones, la última requiere el máximo de adaptabilidad a los
directivos de las fuerzas kármicas, puesto que está simbolizada por el punto de Piscis del
diámetro Piscis-Virgo. El cumplimiento concienzudo de “todo lo que es servido”, es la
palabra clave que hay que tener en mente, para neutralizar resistencias y resentimientos -
porque en esa actitud de realización, el servicio se llevará a cabo - y ése es el propósito
detrás de toda la cosa. Mediante el ejercicio expansivo de la inteligencia y la expresión de
las habilidades según sean requeridas se encontrará la persona que está “creciendo” en
forma admirable porque ella tendrá la obligación de considerar muchos problemas y
circunstancias con los cuales nunca trató antes. La vibración de Piscis simboliza la
necesidad del hombre reclutado de mantenerse armonizado con lo mejor suyo y de los
otros; él debe “alertar” su idealidad y tratar de percibir las más grandes potencialidades de
todos y reconocer toda oportunidad de proyectar lo mejor que pueda; alentar y animar
cuando sea necesario; flexibilizar su apreciación del mérito de cada factor en la experiencia,
como una oportunidad de aprender.
Estudiantes - es más que fútil congestionar en resentimiento si esta experiencia se
les presentara a ustedes. Sus vidas la prosiguen por completo - aunque en formas nunca
planeadas o esperadas por usted conscientemente. Nadie puede hacerle desperdiciar su
tiempo si usted utiliza su material tiempo. Nadie puede hacerle desperdiciar sus talentos si
usted ejercita sus habilidades y se pone consciente de los recursos más intensos de fuerza
física, mental y espiritual.
Los por qués y los por esos de esta experiencia están representados en su horóscopo.
En formas inimaginables, usted puede, si usted debe y desea, darse más cuenta de quién y
qué es usted realmente para el mejoramiento de toda su encarnación y para su relación con
la gente en el futuro.
***
del libro " Estudios de Astrología V ", de Elman Bacher
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