CAPÍTULO V
EL COLOR
El color es el atributo de la Manifestación de la Perceptibilidad. Puesto que el
Universo manifestado es el vehículo o instrumento del Espíritu, tiene que ser concebido y
luego percibido antes de que pueda ponerse en uso. Nosotros como “chispas del Espíritu”
en forma manifestada, nos percatamos de este instrumento por medio de nuestra facultad de
la vista. Los otros sentidos son medios por los cuales completamos nuestra percepción, pero
mediante la vista “damos el primer paso”.
Por lo tanto, el color, como “perceptibilidad” (nosotros vemos las “cosas” como
“parches de color”), tiene una gran significación con respecto a la naturaleza oculta de la
manifestación. Si nosotros estamos aquí para desplegar conciencia de los principios de la
vida, debemos aprender acerca de las funciones de las cosas materiales y también sobre lo
que ellas significan como quimicalizaciones de arquetipos. Comprender la naturaleza de
una cosa material así como su función es comprender el propósito de su arquetipo;
comprender el propósito de un arquetipo es comprender hasta cierto grado, un principio de
vida. Los arquetipos, en conjunto, son las manifestaciones primordiales de la vida; la vida
del arquetipo es el “ciclo de vida” de su quimicalización manifestada. “Arquetipo y
manifestación es la referencia más directa que podemos hacer a la Ley Cósmica de «causa
y efecto»”.
Después de centenares de encarnaciones estamos tan acostumbrados a aceptar los
colores del mundo que nos inclinamos a olvidar (si es que los hemos conocido) la
significación de este atributo en el ciclo de vida de las cosas manifestadas. Puesto que todas
las cosas afectan y son afectadas por todas las demás cosas, ¿será posible que el color
represente un aspecto de la naturaleza del intercambio universal vibratorio? Los colores son
emanados y se responde a ellos; afectan las cosas que reaccionan a ellos y son afectados por
las cosas que actúan sobre sus formas quimicalizadas. Por lo tanto si tuviéramos “ojos para
ver”, podríamos estudiar este aspecto de la emanación vibratoria de las cosas manifestadas
y aprender sobre la naturaleza y significación de sus arquetipos: sus realidades.
El estudio del color siempre ha ocupado un puesto en aquellos acercamientos por
los cuales los seres humanos han tratado de comprender la naturaleza interna y externa de
su propio arquetipo, la humanidad, y el de las otras octavas de manifestación. Puede decirse
con alguna justificación que el estudio de la vida es el estudio de la vibración, la cual es la
acción esencial de la vida. Los Grandes Seres que nos enseñan actúan para encender en
nuestra conciencia la percepción de la vibración porque ellos saben que la materia no es
una “cosa muerta”, sino la manifestación de algo eternamente vivo, pulsando rítmicamente,
liberando y realizando sus potencialidades eternamente, pero jamás cambiando en su
esencia.
Puesto que en este estudio nos concierne el color como un factor en la expresión del
arte, la simbología astrológica y las verdades concernientes a la naturaleza del arquetipo, la
Humanidad, recordemos en parte lo que se ha dado como instrucción perteneciente a los
colores del aura humana. El autor, aún no cualificado, nunca ha tenido la experiencia de
percibir el aura humana, pero varios de sus conocidos y quizás muchos de ustedes,
estudiantes, la han tenido. El hecho realmente destacado en la información trasmitida por
esta experiencia es el atributo del color de este cuerpo vibratorio. Prescindiendo de la
extensión, brillantez o la opacidad, se sobreentiende que el color se ve en toda aura. En
verdad, sin el atributo del color, el aura no podría ser vista en absoluto, y menos ser
estudiada y analizada; aunque su poder puede ser “intuido” por las personas sensitivas a
través de sus reacciones a la cualidad vibratoria del aura de la persona. En otras palabras,
aquello que es intuido (por reacción del sentimiento) es lo que se ve clarividentemente
como color del aura.
El compuesto de cuerpos etéricos de la estructura humana es una de las muchas
formas del estado arquetípico “matriz”; otra forma de “matriz”, es el aire, en el cual todos
estamos envueltos; otra forma más, es el agua (gestación), lugar de manifestaciones
generadoras. Se dice que el aire y el agua no tienen color. No obstante, si el aire y el agua
no poseyeran hasta cierto punto, el atributo de vibración del color, ¿cómo podría la luz ser
dirigida a través de ellos?, ¿cómo podrían ellos reflejar color?, ¿cómo podrían las colores
percibirse a través de ellos? Existe una máxima oculta que para poder manifestarse en
cualquier plano, es necesario un vehículo adecuado; ¿cómo puede entonces el color
manifestarse en y a través del aire y el agua, si ellos como “elementos no poseyeran en su
naturaleza esencial, aquello que corresponde a la naturaleza del color? ¿Será que la
cualidad incolora del aire y del agua es el único color blanco verdadero que existe y que
aquello que nosotros designamos como “blanco puro”, corresponde a lo incoloro, del
mismo modo que el cuerpo físico corresponde a la matriz etérica? ¿O es como cualquier
manifestación realizada, correspondiendo a su arquetipo, como una rosa en la completa
hermosura de su madurez perfecta corresponde al “arquetipo de la rosa” o así como el más
altamente evolucionado espécimen de una especie animal correspondería a su arquetipo
grupal? (¡materia para pensar!). El color es verdaderamente uno de los misterios de la
manifestación porque por él, la divina esencia de las manifestaciones es percibida en una
forma especializada. El color corresponde al diseño, así como una verdad filosófica
corresponde a la ceremonia o ritual que la transmite simbólicamente al conocimiento
interno de la humanidad; así como el amor entre marido y mujer corresponde a la
encarnación de un niño; como la aspiración corresponde al servicio.
Debemos usar analogías:
Si consideramos lo incoloro del aire y del agua como color blanco arquetípico (y
como tal, el “símbolo del color de lo Desconocido”, de lo Infinitamente Subjetivo),
entonces lo más puro de lo que llamamos “blanco” es el blanco manifestador. Este, a su
vez, y por correspondencia, es el color del Padre-Madre Dios en su esencia y en sus dos
expresiones de “Espíritu Virginal” y “Conciencia Perfeccionada”. (¿Por qué asociamos el
“blanco” con la pureza?) La pureza es “lo indiferenciado”, la inocencia no es refractada por
la experiencia”; la perfección es la realización de la unicidad (unidad). Todo lo que
describamos como “perfecto” es realizado, armonioso, y completo en la relación de sus
partes entre sí y con el total. El blanco es “inocencia antes de la refracción de la luz” y la
“perfecta re-unidad después de la refracción”. En su relación con los colores del espectro, el
blanco simboliza la relación entre la conciencia perfeccionada y la diferenciación de las
cualidades anímicas que nosotros designamos por medio de las palabras valor, paciencia,
integridad, etc. En relación al negro, el blanco es fuente espiritual y el negro es completa
“quimicalidad” de las emanaciones de la fuente. Considere esta analogía: El blanco
arquetípico es causalidad universal; el blanco manifestador es bipolaridad universal; el
negro es lo más denso de la quimicalidad universal. El negro es un tema muy interesante de
consideración y estudio y un tanto fascinante, para meditaciones filosóficas. Ha sido usado
(el pobre) durante edades para simbolizar los conceptos humanos del infierno, la muerte y
el mal - en resumen, el símbolo del color del Diablo. Nada menos que una injusticia. El
negro como “color” en el universo material, es la compresión del castaño (el compuesto de
todos los colores del espectro) y el castaño es el símbolo del color de la tierra productiva -
nuestro hogar en la encarnación. El negro es pues la congestión de fuerzas de vida
productivas, pero la congestión no significa muerte en el sentido absoluto - la congestión
es una pequeña muerte que puede, debe y ha de ser redimida. El color que podría
simbolizar la muerte absoluta tendría que corresponder al blanco arquetípico, así como el
negro corresponde al blanco manifestador. Y tal “color” no existe, porque el negro es el
“punto medio” entre blanco y blanco. El aspecto de cuadratura (congestión) entre dos
planetas en un horóscopo representaría dos colores que por su relación tienen el efecto de
“ennegrecimiento” del matiz de cada uno - ¿no ha visto usted “rojo negruzco” o “verde
negruzco”? Estos matices representan grados de congestión de potencialidad de color hacia
un punto común de “estatismo”. El negro no es reconocible como el “rojo o verde” o
cualquier otro color - él es la densidad extrema (la vibración ínfima) de todos los colores,
así como el blanco manifestador es la extrema redención de los poderes del color. En el
“Infierno de la Divina Comedia” de Dante, la región más baja de este lugar infortunado y
representada como un lugar de lo “perdido para siempre”, “fuera de toda esperanza”,
“imposible de redimir”, “absolutamente ninguna potencialidad”, “negación total” y
“completamente inanimado”. Es cierto, se nos dice, en la filosofía oculta, que hay unos
pocos miembros de olas de vida que se congestionan a tal grado que no pueden progresar
con los otros en su “ola” particular; pero se nos instruye también que, no importa cuánto
tiempo se les mantenga negros, finalmente ellos comienzan de nuevo con otra “ola” y así
progresan hacia la realización. Así pues, el “infierno”, como lugar de los totalmente
perdidos, es una ilusión, un falso concepto de la vida. Nosotros creemos que la
“misericordia de la vida” (o del Padre-Madre Dios) está expresada en la verdad que todas
las potencialidades han de ser redimidas eventualmente - nadie ni nada ha de “ser separado
y descartado para siempre”. El color negro podría, pos supuesto, simbolizar el estado de
“congestión a tal grado que el progreso quede inhibido por cierto tiempo”, pero el progreso
eventual será representado por la liberación (en un nuevo ciclo) de las potencialidades
congestionadas del negro. Sus aspectos astrológicos se aproximarán a la “negrura del color”
al grado que las cuadraturas estén aproximándose a los 90° exactos y sean exoneradas por
la ayuda de sextiles y trinos. Al grado que las cuadraturas sean removidas de los 90° será su
color más evidente. Al grado que sus planetas formen trino, así, resplandecerán sus colores
planetarios con esplendor, poder y belleza.
El autor no presume de presentar “verdades absolutas” en estas representaciones de
color simbólicas; sin embargo, nosotros como estudiantes de astrología nos acostumbramos
tanto a ver el arte astrológico representado por medio de “marcas negras sobre papel
blanco” que olvidamos el valor de “pensar cromáticamente”. Puesto que estamos bregando
con los espectros de diseños y vibraciones debemos ejercitar de cuando en cuando nuestras
mentes sobre los colores implicados en los símbolos trazados; estos “colores implicados”, a
la vez simbolizan los espectros de la conciencia y experiencias humanas, y debemos
percibir gradualmente si vamos a desenvolver nuestra comprensión de “cualidades de
localización”, “cualidades de relación” y la “naturaleza arquetípica de los planetas como
enfocadores, de los signos zodiacales. Un poco más de alimento para pensar: El blanco
arquetípico según se “manifiesta en las cinco octavas de color de tres octavas del punto, la
línea, y el círculo de la simbología astrológica:
Las cinco octavas manifestadas del blanco arquetípico son:
1) El Blanco Manifestador;
2) Gris (neutral);
3) los Colores del Espectro;
4) El compuesto de éstos, el Castaño;
5) La congestión de éstos, el Negro.
Las tres octavas de la línea, del punto, y de los círculos son:
1) Cósmica (lo desconocido;
2) Solar (Padre-Madre Dios);
3) Humana (el Gran Mándala del Arquetipo, la Humanidad, y el mándala personal
del horóscopo individual).
1. Cósmica - El punto, la línea y el círculo de la ideación cósmica; el centro es el
blanco arquetípico; la línea del Ascendente es el blanco manifestador y el punto del
Ascendente es el gris neutral, la abstracción del castaño y el “compuesto” de los extremos
del blanco manifestador y del negro. Nosotros no podemos conocer la extensión de .aquello
que es manifestado por lo Desconocido, de modo que su “presencia” en el punto del
ascendente debe ser lo indefinido, neutral, lo ilimitado del gris. El Gris es “ilimitado”, él
combina y se mezcla con todos los colores y es más que ningún otro “matiz” aquello que
puede trasmitir un sentido de la manifestación indefinida, infinita, sin enfocar nada pero
simbolizando “Todo lo que es”.
2. Solar - La acción manifestadora del Padre-Madre Dios; el centro es el blanco
manifestador; la línea del Ascendente sé modula desde el blanco manifestador a través del
gris y del castaño (compuesto de todos los colores del espectro) hasta el punto del
Ascendente que es negro; el punto Ascendente negro simboliza la manifestación
quimicalizada total, hasta el grado más denso de este sistema solar; en el negro se hallan
todas las expresiones incoloras que son inherentes simbólicamente en la naturaleza de
todos los seres de este sistema y que deben ser “liberadas” como símbolos de color
específicos de gradaciones de conciencia durante la evolución de estos seres en ciclos de
encarnación.
3. Humana - (A) El Gran Mándala Astrológico del arquetipo Humanidad; el centro
es el blanco manifestador, la línea Ascendente modula desde el blanco a través del gris y
del castaño; el punto Ascendente, el “Yo Soy” del arquetipo individualizado es el rojo, el
primer color cardinal que corresponde a Aries, primer signo cardinal del mándala. Las tres
variaciones del “Yo Soy” de la Humanidad son las cúspides (en la dirección de las agujas
del reloj) de la décima, séptima y cuarta casas; la totalidad de estos cuatro “Yo Soy” es el
Yo Soy de la familia human básica; procreadores varón y hembra, engendrados varón y
hembra; varón y hembra de causalidad y varón y hembra de reacción a, o efecto de, la
causalidad. Como quiera que los científicos que estudian y analizan el color nos dicen que
hay cuatro sentidos de los colores primarios básicos (rojo, amarillo, verde, y azul), nosotros
atribuiremos cada uno de éstos a un punto cardinal del Gran Mándala: Aries, rojo;
Capricornio, amarillo; Libra (complemento de Aries), verde; y Cáncer (complemento de
Capricornio e iniciador de la última Trinidad del espectro genérico), azul. La trinidad de
fuego será representada por gradaciones desde el rojo puro a través del anaranjado; la de la
Tierra, el amarillo a través de sus matices más oscuros hasta el aire - verde (en sus
modulaciones, al agua) azul - continuando hasta completar el espectro en Piscis, en la
púrpura, símbolo del color de las cualidades divinas y el último color del orden básico del
espectro. Este es un acercamiento. Usted puede descubrir otro o muchos otros. Pero -
¡descubra algo!.
3. Humana - (B) El horóscopo personal de un ser humano individual. En la
humanidad aún no evolucionada, el centro es el rojo de la sangre; en la humanidad en
evolución, es el rojo del “Yo Soy” individualizado mezclado con la redención del color
blanco; la línea del Ascendente modula a través del gris y del color del rayo hasta el color
que puede ser identificado con el regente planetario del signo Ascendente. Este color
representará la variación temporaria (para esta encarnación) del rojo - blanco del centro. El
color del rayo - es un “básico” para cada ser humano durante la totalidad de su progreso
evolutivo en la encarnación. El conocimiento filosófico u oculto revela tarde o temprano la
naturaleza del rayo de uno y el color que le pertenece. Podemos suponer que, en casos de
seres humanos no evolucionados, el color del punto Ascendente puede ser el castaño de la
Tierra que será redimido y diferenciado a medida que la persona comience su evolución
espiritual. En los horóscopos individuales de seres humanos, la negrura puede estar
implicada, como se indicó anteriormente, en aspectos planetarios congestionados, pero
nunca en el punto Ascendente.
Existen probablemente tantas “soluciones” a este estudio del color en la simbología,
como personas que lo estudian. Pero cuando nos desembarazamos de las limitaciones de la
reacción del sentimiento personal a los colores estamos más capacitados para enfocar
nuestra conciencia de los colores como factores en la simbología abstracta - para
correlacionar la esencia de la vibración del color con los fundamentos de las figuras
simbólicas. Otro acercamiento para estudiar los “colores básicos” en un horóscopo
individual es sintetizando las posiciones planetarias por el “dispositor” - y crear una
combinación de las posiciones planetarias por ubicación de signo. En semejante síntesis
todos los planetas dignificados trasmitirán un sentido de la mayor pureza de color, aquellos
en detrimento (opuestos a los signos dignificados) son “neutralizados” hasta cierto punto y
sus colores se acercarán a una mezcla con gris. También, para correlacionar el color con el
diseño estudie su mapa desde el punto de vista de ver cómo sus agrupaciones planetarias
forman patrones específicos - una gran cruz, un gran trino, una cuadratura con la
alquimicalización de un planeta por un tercero con el cual forma sextil. Su horóscopo es, en
cualquier forma o arreglo, en blanco y negro, una abstracción de un cuadro pintado en
símbolos. Fíjese en los planetas que están más al norte, sud, este y oeste - ellos son puntos
estructurales en su “Astro-retrato”; los aspectos de oposición son “verticales, horizontales y
diagonales” en su retrato, etc. Pero hágase más conciente de la importancia de colorear
mentalmente símbolos astrológicos - es un ejercido de lo más valioso y beneficioso de sus
poderes intuitivos.
***
del libro " Estudios de Astrología VI ", de Elman Bacher
*
*
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario