viernes, 11 de diciembre de 2015

Bacon, Roger


Bacon, Roger

Genio universal inglés, ca. 1214- 1292. No confundir con Sir Francis Bacon (22/1/1561-9/4/1626).

 No obstante, los esotéricos ven a Roger como una encarnación previa de Francis y (según la opinión de H.P. Blavatsky, A. Bailey y otros) ambos coinciden también con el conde Saint Germain y el Maestro Rakoczi. 

Sobre el origen de Roger Bacon se sabe muy poco (ni siquiera se conoce su lugar de nacimiento). No obstante, es seguro que nació inglés. Sus primeras huellas son de la edad de 25 ó 26 años: se dirigió a París, donde se movió en los círculos universitarios y destacó por su intenso afán de aprender, que le llevó a acumular todo el conocimiento posible sobre las ciencias naturales. (Probablemente en esa época tuvo contacto con Alberto Magno). 

Algunos años después ya enseñaba física, matemáticas y astronomía, y destacó tanto por su diferente estilo de enseñanza como por sus propias concepciones científicas que estaban en oposición con las ideas escolásticas. En 1250 regresó a Inglaterra donde, en 1252 ingresó en la orden franciscana, a pesar de que (o quizás porque) estaba en pie de guerra con el pensamiento teológico. 

Cinco años después, un mandato de la orden le envía de nuevo a París con una misión de enseñanza, donde empezó a escribir su principal obra Opus Majus. 

En 1266 envió su obra finalizada al papa Clemente IV, con una propuesta de renovación de la educación en la universidad mediante las ciencias. El papa se mostró interesado y Bacon escribió una segunda obra, Opus Minus, en la que definió los nuevos principios de la enseñanza. No obstante, el papa murió al poco tiempo y Bacon no supo nada más de su su- cesor.

En 1272, de nuevo en Inglaterra, publicó otro libro contra los teólogos y otros oponentes, después de lo cual, el general de la orden le condenó y le «internó» (probablemente por años) en un monasterio.

Roger Bacon tenía un talento extraordinario tanto en ciencias naturales como en humanidades (con el tiempo se convirtió en maestro en todas las asignaturas de ambos ámbitos, con una especial capacidad para tener una visión de conjunto y representar de forma sintética todas las artes y ciencias de la época). 

Propagó el experimento y la observación como las fuentes únicas del conocimiento científico pero, al mismo tiempo, también abogó en favor de la conversión del conocimiento en sabiduría (pensamiento ético-filosófico) que en última instancia debía decidir sobre la aplicación del conocimiento (moral científica). 

Bacon también fue alquimista y astrólogo (en su época fue conocido por ello) y, en realidad, fue el primer astrólogo en postular la libertad de decisión del ser humano y en prevenir contra la aplicación determinista del «arte mágico». 

Además, era muy inventivo, por no decir visionario, y (según la leyenda) ya había descubierto la pólvora, las gafas, el telescopio y otros avances posteriores. 

En este sentido tiene un cierto parecido con Leonardo, que anticipó inventos que sólo pudieron ser hechos realidad siglos después.


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