sábado, 26 de diciembre de 2015

Crowley, Aleister


Crowley, Aleister 

Crowley, Aleister; (en realidad, Edward Alexander Crowley), nacido el 12 de octubre de 1875 a las 23h30* en Leamington (GB); fallecido el 1 de diciembre de 1947. 

*«Entre las 11 y medianoche» según el mismo Crowley en Equinox. 

Crowley fue la figura más cambiante de la escena esotérica de las tres primeras décadas del siglo XX. Puede definirse – junto a Gurdijeff – como uno de los magos más grandes del siglo XX. 

Y, ciertamente, fue un prototipo del gurú angloeuropeo o, como él mismo decía: «I am a hell of a holy guru» (¡Soy un gurú sagrado de la hostia!). En 1925 se dejo proclamar Weltheiland («El maestro del mundo... ha aparecido en la persona del maestro To Mega Therion»). Estudió en Cambridge, viajó mucho en su juventud, hizo alpinismo en los Alpes y el Himalaya, y entabló relaciones con muchos esotéricos de su época. En 1899 se hizo miembro de la orden Golden Dawn (Aurora dorada). A partir de 1905, fundó toda una serie de «órdenes secretas», escribió una gran cantidad de libros de magia, diseñó el conocido tarot de la Golden Dawn, publicó la revista The Equinox y se presentó – tanto en su actividad dentro de las órdenes como en los diversos libros – con distintos pseudónimos (Hermano Perdurabo, Gérard Aumont, Maestro Therion, etc.). 

Con su polifacética educación, su aguda y veleidosa intelectualidad y su permanente bordear entre distintas enseñanzas filosóficas y técnicas mágicas, mostró una imagen contradictoria ante su público, cuyas reacciones fueron desde la entrega pasional hasta el rechazo total y el odio. Lo único verdaderamente constante en su agresiva obra misionera fue la proclamación de una ley válida para él y para todas las personas que había experimentado en una «iniciación». Le dio el nombre de ley de Thelema: «Haz lo que quieras». 

También escribió un libro sobre astrología, con la clara intención de darle una mayor profundidad espiritual y acercarla al pensamiento científico: Astrologic. La intención es honorable, pero la astrología no era uno de sus puntos fuertes y los datos astronómicos contienen – medidos según el conocimiento de la época – demasiados errores como para convencer a los expertos. 


*

No hay comentarios:

Publicar un comentario